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Crítica de Rainbow: Paco León fracasa en su intento de reinterpretar El mago de Oz... pero lo disfruta a tope

Rainbow

Crítica de Rainbow, la nueva película de Paco León que se estrenará de forma limitada en salas el 23 de septiembre y posteriormente el día 30 en la plataforma de streaming Netflix.

Tras su estreno mundial en la 70ª edición del Festival de San Sebastián, Rainbow llegará a los cines el 23 de septiembre para recalar después en Netflix a nivel global el 30 de septiembre. Se trata del cuarto largometraje de Paco León tras Carmina o revienta, Carmina y amén y Kiki, el amor se hace. Pero el también actor y guionista tiene su trayectoria en televisión, con Ácaros y Arde Madrid.

De todas las obras nombradas, Rainbow es la menos interesante por diversos motivos, que iremos desgranando en esta crítica escrita con algo de tristeza, puesto que ha supuesto una decepción para quien la escribe.

Hasta ahora, la mirada de Paco León parecía a la vez tierna, ácida y transgresora, pero es casi imposible empatizar con los personajes que nos propone en esta ocasión y su sello personal (con su particular sentido del humor como clave) ha quedado diluido.

¿Cuáles son los problemas? Querer abarcar demasiado y aspirar a ser una suerte de neo-Almodóvar ávido de gritar libertad, de condenar el miedo y abrazar la curiosidad como motor vital. A la salida del cine, pasa una de las peores cosas que le pueden suceder al espectador: se queda con una mezcla de estupefacción e indiferencia.

Rainbow nos presenta a Dora, una joven adolescente que decide ir a buscar a su madre en medio de un vendaval, dejando a su padre plantado el día de su cumpleaños tras una fuerte discusión.

Con la única compañía de su perro Totó comienza un viaje en el cual conocerá a distintos compañeros que la acompañarán hasta su destino.

Dora tiene una forma única de enfrentarse a la realidad: es capaz de percibirla de una forma musical, diluyéndose en las coreografías de lo cotidiano, así que cuando descubre el misterio de su pasado y sus relaciones familiares, todo desencadenará un torbellino de magia que la llevará al lugar al que pertenece.

 

Sigue al camino de baldosas amarillas

Si algo se puede rescatar de este naufragio que es Rainbow es el reparto de artistas consagrados: Carmen Maura, Carmen Machi y Luis Bermejo levantan con su mera presencia el torpe y pobre guión, cuya excenctricidad abrazan sin ambages. Destacan también las colaboraciones especiales de Rossy de Palma y Ester Expósito.

Sin embargo, el resto del casting es más bien flojo, comenzando por la protagonista Dora Postigo, modelo, actriz y cantante hija de Bimba Bosé y Diego Postigo, a quien le faltan muchas tablas como para llevar un rol de tanto peso en una ficción.

En verdad da la sensación de que Paco León ha utilizado Rainbow como un enorme contenedor ecléctico en el que ha incluido todo aquello que le gusta: desde su enorme grupo de amistades hasta diversas tendencias artísticas ligadas a la moda, la expresión corporal, la música o las artes plásticas.

Por desgracia, se le ha olvidado dotar a todo eso de un propósito que vaya un poco más allá de los dos o tres eslóganes que se apuntan durante el metraje: "El miedo es una mierda", "La curiosidad es más fuerte que el miedo" y "Abajo el postureo".

Y de paso, de coherencia, porque es contradictorio que los personajes formulen estas ideas y a la vez estén en un frívolo fiestorro lleno de colegas (y en apariencia grabado con un móvil) en el que la propuesta estética se zampa cualquier objetivo narrativo.

A veces la suma de las partes no da pie a un todo, sino a un batiburrillo sin sentido, naif y mucho menos original y fresco de lo que ansía ser.

Es lo que le pasa a Rainbow: le falta la alquimia para unificar los elementos y alumbrar algo digno de mención. ¡Hasta desaprovecha la presencia de Carmina Barrios, que es ya por sí misma una institución que él mismo nos presentó! Así que este Oz ibérico y diverso, preñado de color y de talentos disgregados no cuaja en una película fallida a todas luces.

En esta versión libérrima y bastante petarda de El maravilloso Mago de Oz, nuestra Dorothy está más que perdida. No sabemos si llegará a algún lugar más allá del arco-iris pero a nosotros nos ha conducido a los confines del sopor. Va de más a menos hasta estrellarse por completo en el tercio final. Veredicto: no hay historia, señoría.

VALORACIÓN:

La propuesta de Paco León peca de inmadura y pretenciosa, pero no es ni tan inteligente ni tan rompedora como aspira a ser. Pierde todo el sentido cuando, después de criticar el postureo lo abraza con fiereza en el tramo final.

LO MEJOR:

Carmen Maura y Carmen Machi superpasadísimas de rosca: son divertidas per se y abrazan la locura del guión con entusiasmo.

LO PEOR:

Todas las metáforas son torponas, la película se hace larga y el fiestón final llega a resultar enervante.
Hobby

40

Malo

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