Crítica de Saw X, un episodio intermedio en la saga que nos trae de vuelta al Jigsaw de Tobin Bell

Vuelven los juegos retorcidos de Jigsaw en una décima entrega de la saga que navega por aguas complicadas en el plano ético... pero ¿cuándo fue fácil comprender sus retorcidos valores morales?

A nivel cronológico Saw X da un salto hacia atrás para hablarnos de un episodio desconocido en la vida de John Kramer y centrar nuestra atención completamente en él en un momento muy delicado de su vida.

Estaríamos entre la primera y la segunda película de modo que es una secuela directa de la original, con el retorno de otros personajes conocidos de la saga, aunque la gran atracción es el protagonista.

Eso significa que tenemos de vuelta a Tobin Bell en el papel más característico de su carrera, lo cual es una gran noticia. Es un rol que desempeña con una tremenda naturalidad y en el que siempre es un placer volver a verlo.

Saw X ha sido dirigida por Kevin Greutert, montador de las tres primeras entregas de Saw y que ejerció como director en Saw VI y Saw VII 3D y escrita por el dúo de guionistas Josh Stolberg y Pete Goldfinger (Saw VIII, Spiral. Saw y la saga Piraña), la décima entrega promete grandes dosis de gore, terror y angustia. 

Un epic fail de proporciones bíblicas

De todas las personas del mundo a la que puedes estafar, John Kramer debería ser la ultimísima... por aquello de sus aficiones secretas. Pero Saw X trata precisamente de aquellas personas que se aprovechan de lo único que le queda a un enfermo terminal: ese hálito de esperanza de una recuperación y por tanto de volver a nacer para hacer las cosas de forma distinta.

Con el carrerón que ya lleva a cuestas Kramer, hay un momento en el que hasta se plantea tirar sus bocetos a la basura (ojo, que hay huevos de Pascua de pelis posteriores). Pero el caso es que se la cuelan. Le da igual el motivo: el beneficio económico, una adicción irreprimible, la necesidad, la falta de escrúpulos, la búsqueda de una segunda oportunidad...

Considera a todos los eslabones de la cadena tan importantes como la ideóloga del plan: la supuesta doctora Pederson, que le propone un revolucionario y experimental tratamiento que conjuga cirugía y un cóctel de fármacos, aún no aprobado por la Agencia del Medicamento estadounidense que tiene que llevarse a cabo en México.

¿Una mirada al futuro?

Lo peor de Saw X es, de largo, el desenlace. Evidentemente no lo vamos a desvelar, pero solo se explica si se está pensando en una futura película (una secuela de la secuela que tendría que desarrollarse antes de Saw II), porque deja grandes cabos sueltos y la sensación de que la trama general no queda cerrada en absoluto.

Por otra parte, la violencia va de más a menos. Las trampas de Jigsaw son gradualmente menos brutales y crueles mientras que la película nos coloca como espectadores en una postura complicada: humanizan y suavizan tanto al monstruo en comparación con la malvada persona a la que se enfrenta que nos sale la víscera en más de una ocasión.

Es algo similar a lo que nos sucedió con No respires 2, pero aquí resulta aún más forzado porque vemos en Kramer una redención fallida. En guión además que tiende a sobreexplicarlo todo mucho. No esperéis grandes revelaciones argumentales, porque los giros se ven a la legua. Gran fichaje el de la actriz Synnøve Macody Lund, a quien hemos visto antes en Ragnarok.

Es harina de otro costal lo relativo a la sensibilidad de la audiencia. Lejos quedaron los tiempos en los que la saga llegó a ser relegada a los cines X (Saw VI allá por 2009 en concreto) por su contenido extremo... parece que después de cintas hiperrealistas como Terrifier, ya nos cuesta más apartar la mirada de la pantalla escandalizados.

Así que, los asiduos al gore, avisados están de que pueden sentirse algo desilusionados por una película como ésta: Saw X prometía escenas de alto voltaje y las tiene, unas cuantas, pero se va desinflando. Toda la liturgia habitual, como es obvio, la tenemos, incluyendo la escabrosa presencia de Billy con su grabadora, pero aquí Jigsaw se muestra mucho a pecho descubierto y es muy vulnerable.

¿Le queda carrete a la saga Saw? Podéis apostar que sí, aunque se echa en falta más imaginación en el libreto y más arrojo para perturbar a los espectadores. Nos han hecho demasiado duros a base de burradas.