Crítica de Shazam: La furia de los dioses, ya en HBO Max

Los cuatro años que nos separan del estreno de ¡Shazam! hacen que la brecha entre la primera película y su secuela, ¡Shazam! La furia de los dioses, se note especialmente. Poco queda del encanto inicial de los personajes, su aire de aventura simpática y su humor fresco, familiar y juvenil.

No se trata únicamente de que llegue tarde, con cameos que poco importan ya y dos escenas postcréditos que pueden estar abocadas al olvido, como la de la primera película, sino de que solo consigue entretener a ratos y ha perdido mucho encanto.

La trama parece delimitada con escuadra y cartabón cayendo en todos los tópicos previsibles y los personajes no están tan cohesionados como para trasladar la idea de equipo. Pero puede que su mayor pecado sea el de tirar de un humor que funciona a medio gas abusando de recursos ya vistos con anterioridad y proponiendo un festín de CGI y estruendo por momentos insufrible.

¿De qué va la peli?

Buena pregunta... De salvar el mundo una vez más, claro, en esta ocasión de las hijas de Atlas, unas malévolas deidades dispuestas a sembrar el caos y valerse de su magia para cobrarse venganza aunque más allá de la revancha como tal no se entiende mucho cuál es el motivo de su brutal animadversión hacia los humanos.

Entre tanto nuestros héroes tienen que lidiar con los problemas habituales de cualquier adolescente: primeros amores, matones de instituto y compaginar una vida de entrega a la noble causa de hacer el bien, lidiando con la mala prensa y con sus vidas personales.

Los paralelismos con Spider-Man son más que evidentes, así que da la sensación de que muchas de las cosas que se nos proponen en esta película ya las hemos visto. La acción está descompensada, no hay espacio para que los personajes respiren y apenas hay desarrollo porque el elenco es demasiado coral por no decir que es un batiburrillo de campeonato .

La gran pregunta... ¿Daba este argumento para una película de dos horas y cuarto? Teniendo en cuenta que dos tercios se han dedicado a destrucción urbana vía la sobreexplotación de un CGI por lo demás muy mejorable, es fácil concluir que está alargada de más, pero esto se hace particularmente patente en el desenlace donde las decisiones de guión son muy desacertadas.

A pesar de dejar un poso de decepción muy pronunciado, ¡Shazam! La furia de los dioses tiene algunos aspectos que sí funcionan razonablemente bien porque tiene a varias intérpretes de primer nivel muy metidas en sus personajes, como son la gran Helen Mirren y Lucy Liu en los roles de Hespera y Kalipso.

A pesar de tener poco tiempo en pantalla también siguen siendo un refugio maravilloso Cooper Andrews y Marta Milans como padres adoptivos de la tropa. Suman cierto encanto a un grupo algo deslavazado, pero unido por el amor que ellos les profesan.

Amén de los guiños a otras franquicias con el cameo imprescindible de Annabelle (que ya se dejó ver en el tráiler) y menciones expresas a muchas películas que han marcado época, como Fast & Furious, El señor de los anillos o Star Wars, y forman parte de los referentes inmediatos de los jóvenes héroes.

Si analizamos fríamente la película, tiene todo lo que tiene que tener: acción, drama familiar, una gotita de romance, magia, grandes criaturas y una producción en la que han llovido billetes. Esto constata una vez más que hay que currarse el guión y que no todo vale. El cine no es una ecuación matemática. O te atrapa y te subyuga, o no, y eso depende en buena medida de un montón de cuestiones.

La más importante de todas ellas es que hay que intentar ofrecer algo nuevo y emocionante sin dejarse arrastrar por lugares comunes ni jugárselo todo a un eterno clímax en el que el estruendo se adueñe de todo. 

Con estos mimbres y una proyección de taquilla bastante modesta habida cuenta de que se estrena en modo sandwich entre varios blockbusters potentes, se hace difícil imaginar una tercera entrega de ¡Shazam!, aunque ya haya alguna idea esbozada, y es una verdadera pena porque había conseguido presionar una tecla en las adaptaciones de DC distintas... Lástima que haya tardado tan poco en desafinar.