Crítica de la temporada 4 de Black Mirror, ya en Netflix

Después de contaros todo lo que necesitáis saber sobre la temporada 4 de Black Mirror y la increíble acumulación de talento delante y detrás de las cámaras de esta serie antológica nos toca mojarnos un poco sobre el resultado final.

Ya sabéis que es una de esas series antológicas (compuestas por episodios independientes que cuentan con una trama autoconclusiva) si bien parece ser que este año, por primera vez, hay sobre la mesa el proyecto de ampliar uno de ellos mediante una suerte de spin-off. Es pronto para saber si esto saldrá adelante, pero es una curiosidad que no podíamos dejar de mencionar como el hecho de que en su día se planteara una película a raíz del capítulo "The Entire History of You" que de momento sigue en el limbo. 

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Os hemos dado tiempo para ver esta nueva tanda de seis episodios que Netflix tiene en línea desde el pasado 29 de diciembre y, después de sopesar los pros y los contras de cada episodio, ahora tenemos las calificaciones finales.

A grandes rasgos, hay que decir que la serie no ha bajado el listón, si bien sí que hay más resquicios para los mensajes positivos. En general, como nexo de unión (probablemente involuntario) hay que señalar que todos los episodios de Black Mirror 4 tienen como protagonistas a mujeres. Por lo demás, cada uno de ellos explora temáticas muy distintas, abordándolas además de una forma visual muy diferente: tenemos episodios muy puros en clave de horror como "Metalhead" y otros que os remitirán con facilidad a los relatos de Stephen King como "Black Museum".

Vamos allá con unas minicríticas de cada episodio en las que os contamos nuestra recepción de la serie:

Black Museum

Nota: 93

Sinopsis: Una joven descubre en plena autopista un museo que contiene objetos criminológicos supuestamente auténticos... Y que ofrecen una perturbadora atracción principal. Se trata del Black Museum de Rolo Haynes, un lugar tétrico en el que el anfitrión le narrará tres historias muy particulares.

Análisis: Estamos ante el episodio más redondo, gore y autorreferencial de la temporada. A lo largo de él accedemos a tres historias unidas por un idea idea de fondo: la posibilidad de transplantar nuestra consciencia en otro lugar, ya sea éste otra persona, un objeto o incluso un ente digital. ¿Cuál es el límite de nuestra identidad? La deshumanización que implica trasladarnos a otro lugar fuera de nuestro cuerpo es la idea que late en esta historia de final inesperado.

Lo mejor: El excéntrico personaje de Rolo Haynes interpretado de forma magistral por Douglas Hodge. El regustillo ochentero a Historias de la cripta.

Lo peor: Si analizas racionalmente las acciones de los personajes, te darás cuenta de que actúan de forma muy ilógica.

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Hang the DJ

Nota: 89

Sinopsis: Cuando Frank y Amy se conocen gracias a un programa de citas que pone fecha de caducidad a las relaciones, pronto empiezan a cuestionarse la lógica del sistema.

Análisis: Giro hacia el romanticismo en un episodio que explora las complejas relaciones sentimentales humanas pasadas por el tamiz del cálculo de probabilidades. No solo es interesante por lo que cuenta y su final, de nuevo completamente inesperado, sino por el hecho de que te da pie a plantearte si tú preferirías vivir así o simplemente vivir. Tiene trasfondo, grandes interpretaciones y una idea muy fresca latiendo al fondo. Es un episodio además muy simpático y optimista.

Lo mejor: La reflexión a la que da pie y los momentos humorísticos (que levante la mano quien no se sienta identificado con alguna de las situaciones propuestas).

Lo peor: Tiene algún momento que resulta reiterativo, quizás podría haberse acortado un poco su duración sin perder un ápice de eficacia narrativa.

Arkangel

Nota: 85

Sinopsis: Una madre trata de proteger a su única hija de los peligros y miedos que la acechan. Cuando una sofisticada clínica crea un dispositivo que, al implantarse en el cerebro, garantiza esa protección, Marie no duda en acceder a ese servicio. Gracias a una aplicación, le dan la posibilidad de monitorizar a su hija en cualquier momento.

Análisis: Jodie Foster, firme defensora de la forma en la que Netflix permite a sus directores trabajar con libertad en sus historias, nos presenta un trabajo de lo más inquietante en el que la tecnología se erige en la causante de que una niña no aprenda a reaccionar ante los estímulos negativos o peligrosos y que, a la postre, sea un tanto disfuncional a nivel emocional. Pero lo inquietante es la forma en la que su madre se vale de la información que obtiene a escondidas para manipular la vida de su hija. La sobreprotección materna, que puede entenderse en estadios muy prematuros elevada a la enésima potencia da auténtico pavor porque implica un totalitarismo y una pérdida de la intimidad intolerable. 

Lo mejor: Las interpretaciones y el mal rollo que se crea por ese Gran Hermano individual.

Lo peor: Es un capítulo que recuerda un poco al especial de Navidad "Yuletide" aunque sea menos funesto.

USS Callister

Nota: 78

Sinopsis: Robert Daly, un ferviente admirador de la serie USS Callister, dirige una empresa tecnológica y tiene un secreto que está a punto de hacer saltar por los aires sus tribulaciones.

Análisis: Es un episodio que engaña desde el principio y ese es su gran potencial junto con un reparto impecable. Dos planos de la realidad interaccionan y se condicionan el uno al otro y ver a los protagonistas lidiando con ello es de lo más divertido, incluso a pesar de ser también bastante perturbador.

Lo mejor: Jesse Plemons y Cristin Milioti mantienen un pulso interpretativo memorable. El poder nostálgico de este episodio que claramente homenajea a Star Trek, te ganará muy rápido.

Lo peor: Es el episodio más largo de toda la historia de la serie, con más de una hora y cuarto de duración que no siempre se justifica. Funciona mejor cuanto más se desmelena... y se echa en falta más desmelene, aunque habrá quien considere que se inventa demasiadas "reglas" sin consistencia.

Metalhead

Nota: 77

Sinopsis: En un almacén abandonado, unos carroñeros en busca de suministros se topan con un implacable enemigo. Si quieren sobrevivir, deberán escapar a través de un inhóspito páramo.

Análisis: La deshumanización futura y la autodestrucción son las dos claves del episodio más lúgubre y pesimista de esta temporada. Hemos creado máquinas superiores a nosotros y punto: somos su objetivo de modo tal que la humanidad en sentido estricto, lo que nos conforma como humanos, está en peligro de extinción. En clave de distopía postapocalíptica, con una foto en un crudo blanco y negro y poquísimos diálogos nos enfrentamos a un final desesperanzador. En la retina ecos de Depredador, Mad Max y el cine expresionista alemán aderezando una imposible huída hacia delante.

Lo mejor: La actriz Maxine Peake está estupenda, al punto de que te olvidas de los errores de bulto que el guión lleva a su personaje a cometer a cada instante. El tratamiento de la fotografía y su expresionismo, suman enteros a la propuesta.

Lo peor: Es quizás un episodio demasiado inusual para Black Mirror que puede chocar al público habituado a una estética y una retórica muy diferentes.

Crocodrile

Nota: 70

Sinopsis: En un futuro cercano en el que los recuerdos personales ya no son del todo privados, Mia debe guardar un secreto inconfesable.

Análisis: Esta temporada de Black Mirror nos trae un episodio más flojo de lo habitual que es éste. Esto no tiene nada que ver con el trabajo interpretativo de Andrea Riseborough sino más bien con lo difícil que es hacer soportable a su personaje cuyo comportamiento resulta extremo. Es el guión más imperfecto de los que componen esta tanda porque en lugar de centrarse en el hecho de que cuanto mayor sea la descarga de pensamientos/recuerdos/sentimientos en dispositivos más vulnerables a la intromisión seremos, nos presenta la utilidad de una herramienta que fácilmente sería monstruosa.

Lo mejor: Que sea tan familiar el uso de la tecnología. Todo lo que se muestra está al alcance de la mano, incluyendo la descarga de pensamientos. Y eso da miedito.

Lo peor: Imposible empatizar con la protagonista, a la que soportar es una tortura. En este episodio no se abren cuestiones como hacia dónde nos lleva la tecnología, deja claro desde el principio que lo que es disfuncional es el comportamiento humano, lo que le quita un poco el chiste a la trama.

Y hasta aquí, nuestro análisis de la temporada 4 de Black Mirror siempre tan ingeniosa y estimulante aunque pocas veces tan ecléctica. ¿Os apetece compartir vuestras impresiones? ¿Creéis que la serie sigue jugando en la misma liga que cuando Charlie Brooker lanzó la primera temporada? Sed sinceros, os esperamos en los comentarios para debatir sobre esta interesante serie que ahora podéis ver en Netflix.