Dragon Ball Z capítulo 51 - Análisis y curiosidades

Llegó el domingo, y como siempre, arrancamos con un nuevo análisis de Dragon Ball Z. Seguimos inmersos en la saga de Namek, y en esta ocasión, nos adentramos en el capítulo 51 de la serie. Seguramente que muchos de vosotros recordaréis este episodio por su peculiar acabado artístico...

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El episodio anterior terminó con la llegada de Vegeta a una aldea namekiana y Goku totalmente liberado de la atracción de una estrella solar. Si te quedaste con ganas de más, el príncipe de los saiyans tiene ganas de darte tu merecido.

Y es que Vegeta está dispuesto a acabar con la vida de todos los namekianos, o al menos, los que ha encontrado en la primera aldea que ha visitado. ¡No quiere dejar vivo ni a los más pequeños! Sus ansias por conseguir la bola de dragón antes que Freezer son irrefrenables, y así lo demuestra aniquilando a esta pequeña población.

¡Análisis del episodio 50 de Dragon Ball Z! 

En otra parte del planeta, Gohan, Krilín y Bulma empiezan a conocer mejor al pequeño namekiano que salvaron de las fauces de Dodoria. Se trata de un niño llamado Dende, el cual se encuentra realmente afligido. Al principio creen que está tan triste que no tiene ganas de comer, pero al instante les asegura que la comida no es necesaria para los namekianos, y simplemente plantan los árboles ajisa para repoblar su planeta. 

Al parecer, les cuenta que hace muchos años, el planeta Namek tenía una vegetación abundante y era un lugar ideal para vivir, pero un desastre climatológico estuvo a punto de destruir el planeta, así como su población. Gracias al Gran Anciano, el más venerable de los namekianos, la raza sobrevivió y empezó a prosperar hasta la actualidad. ¿Queréis ver el planeta en sus buenos tiempos? Ahí va: 

Más tarde, el capítulo nos lleva de nuevo a la aldea que ha destruido Vegeta. El malvado saiyan ha encontrado la bola de dragón de 4 estrellas, la cual estaba expuesta al descubierto en una de las casas. Para evitar que Freezer la localice fácilmente, opta por sumergirla en el fondo del lago. ¿Le saldrá bien la jugada? 

Por otra parte, Freezer también quiere mover sus piezas del ajedrez, por lo que decide llevarse las 5 bolas de dragón que alberga consigo hasta su nave, y mientras tanto, ordena a Apple y Zarbon que busquen las bolas restantes. Entonces, si por aquí tenemos ya 5 bolas y Vegeta tiene otra más, ¿dónde está la que falta?

¡Sí, la tiene el Gran Anciano! De hecho, una vez que Dende descubre que las intenciones de Krilín y compañía son buenas, les invita a llegar hasta el Gran Anciano de los namekianos para que les ceda la bola de dragón y puedan esconderla de los enemigos que la acechan. Así, Gohan se queda cuidando de Bulma mientras Krilín coge a Dende y se marcha en busca del Gran Anciano. ¿Saldrá bien el plan hasta que Goku llegue dentro de 5 días? 

Y ya que hablamos de Goku, el saiyan ya ha conseguido adaptarse a una gravedad 20 veces superior a la de la Tierra, y cuando está a punto de subir el nivel de exigencia... ¡Kaioh del Norte contacta con él para decirle que sus amigos caídos han recorrido el Camino de la Serpiente y ya están en su planeta dispuestos a entrenar! Sin duda, una inyección de energía para el bueno de Goku, todo acompañado con una banda sonora llena de esperanza.  

¡CURIOSIDADES! 

1- Dende menciona que es el hijo número 108 del Gran Anciano. ¿Qué número tendrá Kami Sama, el hijo de Katattsu?

2-  El Gran Anciano, denominado Saichoro en japonés, fue el único namekiano que logró sobrevivir al desastre climatológico del planeta, dando a luz al resto de habitantes.

3- Los namekianos no tienen género, tal y como desvela Dende para sorpresa de Bulma.  

¡Y así finalizamos el análisis del episodio 51 de Dragon Ball Z! ¿Lo recordabas así? ¿Te esperabas algo mejor o cumplía tus expectativas? ¡Próximamente más novedades Z en Hobby Consolas! ¡Kai, Kai!

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