Reseña del cómic Jessica Jones: La hija púrpura - La sombra del mayor de los miedos

Si hay algo que cimentó las bases del personaje que parió Brian Michael Bendis en los cómics originales de Alias, eso fue el trauma que marcó a Jessica Jones en torno a la figura del Hombre Púrpura, también conocido como Zebediah Killgrave. El legendario guionista de Marvel Comics, que actualmente está haciendo de las suyas en la competencia con las viñetas de Superman, sometió a la heroína y detective privado a una historia de abusos mentales y físicos que rompieron psicológicamente al personaje y convirtieron la vida de Jessica Jones en un auténtico infierno. Jessica Jones: La hija púrpura es una historia durísima que marcó por siempre al personaje y que, a día de hoy, siguen resonando los ecos de las heridas en el alma de la protagonista.

Tras lo sucedido con el Hombre Púrpura en el pasado, el sostén de la vida de Jessica Jones pasó a manos de Luke Cage y de su hija en común, la pequeña y divertida Danielle. Atrás quedaron las noches en vela, los pensamientos autolíticos, las botellas de whisky vacías sobre la mesa de la oficina, las pastillas guardadas en el primer cajón del escritorio y el miedo a prácticamente todo.

Compra Jessica Jones: La hija púrpura

Con Zebediah Killgrave "supuestamente" desaparecido y Jessica Jones en manos de su nueva y esperanzadora rutina, el personaje se decantó por alimentar su relación con Capitana Marvel y empezar a hacer ese bien en el que había dejado de creer. Y es ahí donde llegamos a este punto, a Jessica Jones: La hija púrpura.

Si hemos comentado todo esto previamente es porque, para entender lo que sucede en Jessica Jones: La hija púrpura, es inevitable repasar la historia que ha tenido Jessica con su gran villano. Brian Michael Bendis la sometió a un durísimo abuso de mano del Hombre Púrpura y ahora, tras haber conseguido dejar atrás todos sus miedos y habiendo establecido la base de lo que será el resto de su vida, una vida feliz y acompañada, nada que ver con la tristeza y la soledad que emanaban las páginas de Alias; tras todo esto, la sombra del mayor miedo de Jessica ha salido a la luz y ha vuelto a quebrar a la heroína. Otra vez. Y, lo peor de todo, le ha dado donde más le duele. Porque el miedo de Jessica Jones no es el regreso de Killgrave, sino que éste ataque a su familia. Y ha sido su hija la víctima del legado del villano.

El relato oscuro y violento no olvida en ningún momento que este es un cómic de superhéroes

Kelly Thompson ha tenido claro, desde el primer instante en el que cogió la serie, que quería contar esta historia. Sí, volver a emplear al Hombre Púrpura es, realmente, un paso atrás en la vida de Jessica Jones. Al final, el lector puede llegar a tener la sensación de que, sin Killgrave, es imposible contar una historia protagonizada por este personaje. Sin embargo, la guionista ha querido empezar cogiendo el toro por los cuernos y ha dicho: "Miren, aquí hay unas cuentas pendientes que hay que saldar, sea como sea". Y allá que ha ido, cargada con una escopeta literaria que dispara un relato oscuro, violento, conmovedor, terrorífico y agridulce; pero, sobre todo, esperanzador.

Y es que la figura de la detective y heroína de Marvel Comics se torna en Jessica Jones: La hija púrpura en una especie de avatar o mesías de un mensaje de esperanza que no es triturado por la acción superheroica: sólo enfrentándonos a los miedos, aunque sean los mayores, podremos hacerles frente y, finalmente, vencerlos. Por otro lado, es muy interesante como, a pesar de haber perdido el arte visual y verdaderamente artístico de Michael Gaydos por el camino de esta nueva etapa, lo cierto es que el toque realista que le dan los pinceles de Mattia de Iulis hacen que la parte más humana de Jessica Jones, la que intenta por todos los medios no perder en esta historia, sea mucho más fácil de seguir.

Uno, cuando lee superhéroes, puede no llegar a sentir empatía con lo que ve. Puede entender perfectamente las emociones y por lo que está pasando sentimentalmente el personaje, pero no alcanza, en muchos casos, a sentir empatía con un hombre o una mujer que se lanza desde los cielos y cae contra un poderoso enemigo que nada tiene que ver con las némesis que nosotros podemos encontrarnos en nuestro día a día. Sin embargo, una de las grandes virtudes de la Jessica Jones de Brian Michael Bendis fue esa caída del héroe y esa aparición del humano. Si Jessica ya es un personaje con el que podemos sentirnos identificados, en Jessica Jones: La hija púrpura, con un relato tan conmovedoramente escrito, que nos hace enfrentarnos a nuestras pesadillas, y el dibujo realista de Mattia de Iulis... De empatía vamos verdaderamente sobrados en esta ocasión.