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Películas en las que los intérpretes improvisaron gran parte de los diálogos

Drinking Buddies

Estas películas con diálogos improvisados no tuvieron guiones clásicos que seguir al pie de la letra: los actores debían improvisarlos cada día para garantizar naturalidad y que las películas fluyeran orgánicamente... como una banda de jazz. ¿Has visto alguna?

Una regla de oro en el mundo del cine es que las películas no pueden rodarse si no tienen un guion finalizado. Es como querer construir una casa sin unos cimientos. Afortunadamente, las películas no son construcciones, sino arte. Y en el arte las reglas están para romperlas.

Hemos seleccionado notables películas en las que los actores improvisaron la mayoría de los diálogos. En algunos casos, escribieron un guion mínimo, sin apenas diálogos, para fomentar la improvisación.

En otros casos, fueron los propios actores los que tomaron la iniciativa de crear nuevas líneas e improvisar escenas enteras para darle una nueva dimensión. Decisión que, a juzgar por los resultados, fue muy acertada...

Películas con diálogos improvisados:

Blue Valentine (2010)

Blue Valentine

Esta agria película romántica, protagonizada por Ryan Gosling y Michelle Williams, buscaba una fórmula similar a la trilogía Before de Richard Linklater: mostrar a la pareja en varios puntos de su vida, grabando escenas a lo largo de varios años.

Su director, Derek Cianfrance, no pudo asegurar la financiación de la que gozó Linklater, aun así logró dar a la película un aura de naturalidad al pedir a Gosling y Williams que improvisaran todos  sus diálogos.

Los actores incluso estuvieron viviendo juntos, manteniendo a sus personajes, incluso fuera de cámara y con los mismos ingresos que ellos.

Borat (2006)

Borat: Subsequent Film
Prime Video

Sacha Baron Cohen es uno de los actores y cómicos más peculiares de nuestro tiempo. Pese a que tiene una prolífica carrera en decenas de películas "serias", es más conocido por sus personajes ficticios: Ali G, Borat o Bruno o El Dictador Aladeen, que ha protagonizado sketches y películas en formato falso documental

En estas películas (Borat, y su secuela de 2020 en plena pandemia, quizás sean las más conocidas), Baron Cohen se disfraza de un periodista kazajo que viaja a América entrevistándose con personas de toda índole social y política que interactúan sin saber que en realidad es un actor... y cuando se enteran de que todo era una broma, no suelen tomárselo bien.

El Proyecto de la Bruja de Blair (1999)

El proyecto de la Bruja de Blair

La Bruja de Blair creó escuela en 1999, al popularizar un tipo de cine de terror en found footage, o sea, grabado con cámaras caseras y presentado con una edición invisible, para dar la impresión de estar viendo algo real. 

Muchas películas de terror después han imitado su estilo (incluyendo la exitosa Rec de Paco Plaza y Jaume Balagueró), pero El Proyecto de la Bruja de Blair sigue siendo la más terrorífica, quizás por su minimalismo: un grupo de chavales se pierden en el bosque de noche y son atacados por una "entidad".

En su momento, se llegó a jugar con la idea de que era metraje de un incidente real... y ayudó a esa sensación que el guion no tuviera escritas líneas de diálogo, y todos los diálogos fueran improvisados, algo que no todos los actores pueden clavar, de ahí que se hiciera un casting con 2.000 actores, todos ellos desconocidos.

 

Clímax (2018)

Climax
Avalon

Clímax es una película muy inusual, incluso para un director como Gaspar Noé: fue rodada en solo 15 días, a partir de una premisa desarrollada en un puñado de páginas de guion, sin diálogos para los actores, pero tampoco una historia: dio a los actores ideas sobre dónde podría ir la historia y los dejó libres.

Clímax trata sobre unos jóvenes bailarines que se drogan por accidente en una fiesta con LSD y sangría, y la fiesta se convierte en una pesadilla psicodélica colectiva. Noé lo compara con la historia de la Torre de Babel: "La humanidad puede crear grandes cosas, y con la influencia del alcohol, todo falla".

Enseñó a los actores vídeos de personas reaccionando de formas diferentes al LSD y les dio libertad para interpretarlo a su manera. Ni siquiera tenía final, más allá de la idea de que "los frágiles morirán, y solo los fuertes sobrevivirán". Más que una película, una experiencia sensorial.

Colegas de copas (2013)

Drinking Buddies

Drinking Buddies engaña desde fuera: cuatro amigos, jóvenes adultos, reunidos en torno a una copa en un bar, suena a situación de sitcom, pero Drinking Buddies tiene un desparpajo y naturalidad poco habitual en comedias de amigotes, dado que fue rodada sin ningún guion.

El director, Joe Swanberg, les decía a los actores cada día un esquema básico de lo que iba a pasar, y dejaba que ellos decidieran de qué hablar, incluso decidieron qué personalidad tendrían sus personajes o qué vestirían.

Forma parte de un movimiento del cine indie USA llamado Mumblecore, en el que prima la naturalidad, los diálogos y situaciones más que tramas complejas, y habitualmente centrado en la vida social y sentimental de jóvenes adultos. La improvisación no es un requisito: otra popular exponente de este subgénero es Greta Gerwig, colaboradora habitual de Swanberg.

El resultado es una película mucho más impredecidble y desinhibida... de forma bastante literal, porque los actores también bebían alcohol real grabando las escenas, con la intención de relajarse y "soltarse" un poco. 

Coherence (2013)

Crítica de Coherence, ciencia-ficción de calidad

En esta lista hay varias comedias románticas grabadas sin guion para aprovechar la naturalidad y química de los actores. ¿Pero se puede rodar una película de ciencia ficción "cerebral" de forma espontánea? El director James Ward Byrkit aceptó el desafío en 2013 con Coherence.

Coherence partió de un tratamiento escrito durante un año, en el que Ward Byrkit escribió con detalle el recorrido de la historia y los arcos de los personajes. Pero nunca hubo diálogos, y los actores, especializados en improvisación y que no se conocían entre ellos, solo recibían unas pocas notas al día de lo que debía hacer su personaje o sus motivaciones.

El resultado era una película que evolucionaba orgánicamente, "como jazz". Los actores no sabían qué notas habían recibido los otros ni por dónde iba a ir la historia, por lo que las reacciones de sorpresa eran genuinas.

Like Crazy (2011)

Like Crazy

Anton Yelchin y Felicity Jones protagonizaron esta comedia romántica entre estudiantes, que fue rodada con una historia en mente, desarrollada en un guion, pero dejando casi todos los diálogos a los actores.

El director Drake Doremus procuró un equipo técnico muy pequeño para dar intimidad a los actores y que crearan ellos diálogos que solamente podrían salir de alguien totalmente metido en el personaje y en el momento. Rodaron tomas de hasta 30 minutos casi sin interrupciones por parte del director. 

Bridesmaids (2011)

Bridesmaids

Hasta ahora hemos visto muchas películas que se basaron en la improvisación bastante poco conocidas, de circuitos independientes. ¡Quizás una de las más populares sea la de Gaspar Noé! 

La realidad es que es poco habitual que en el cine más comercial se deje tanto hueco a la improvisación, pero Bridesmaids, una taquillera y premiada comedia de un director tan comercial Paul Feig, si bien partió de un guion mucho más convencional, sí tuvo mucha improvisación.

Claro, cuando tienes a estrellas de SNL de la talla de Melissa McCarthy, Kristen Wiig o Maya Rudolph, es imposible que no salten chispas de la pantalla. Feig incluso grabó diálogos con un set-up poco convencional, con dos cámaras grabando al mismo tiempo las líneas y reacciones entre diálogos, para asegurarse de que no se perdiera nada de magia.

This is Spinal Tap (1984)

This is Spinal Tap

Rob Reiner, director de comedias tan queridas como Cuando Harry encontró a Sally o La Princesa Prometida, debutó en 1984 con una película mucho más peculiar: un falso documental sobre una banda de heavy metal ficticia, Spinal Tap.

This is Spinal Tap es una película de culto, que muchos no conocerán porque ni siquiera se llegó a estrenar en cines en España. El "mockumentary" parodiaba los excesos del mundo del espectáculo y la música, pero también las convenciones de los documentales biográficos que adulaban de forma exagerada.

Y si necesitas otra razón para verla... en ella sale Michael McKean, conocido por ser Chuck McGill en Better Call Saul, y que en la vida real también es músico (aunque no de Spinal Tap). Él y Christopher Guest improvisaron todos sus diálogos, y también crearon sus personalidades ficticias (de ahí que los tres actores principales sean acreditados como guionistas).

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