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Crítica comiquera de El Escuadrón Suicida de James Gunn: ¡Es un cómic!

El Escuadrón Suicida

El Escuadrón Suicida de James Gunn es un cómic destilado en imágenes, una adaptación de DC Comics fabulosa que repasamos aquí desde una perspectiva comiquera

Como muchos deseábamos, El Escuadrón Suicida de James Gunn ya ha llegado a los cines y muchos de nosotros hemos podido disfrutar de la nueva película de DC Comics.

Aunque la taquilla avanza con lentitud y los datos que se estiman son desalentadores, la corriente de opinión de todo aquel que ha disfrutado del filme es realmente positiva.

En Hobby Consolasya os dimos nuestra opinión sobre El Escuadrón Suicida (The Suicide Squad), pero hoy vamos con una aproximación distinta, más enfocada en la adaptación de la película, en la traslación del material original a la pantalla.

El Escuadrón Suicida

DC

James Gunn, como ya demostró en Guardianes de la Galaxia y Guardianes de la Galaxia Vol. 2, es un auténtico conocedor de las viñetas. En esta crítica comiquera de El Escuadrón Suicida os desgranamos las inspiraciones más notorias de los cómics que han llegado a la película. ¡Avisamos de posibles spoilers, por si acaso!

La influencia del Escuadrón Suicida de Tom Taylor

En un post sobre cómics recomendables para leer antes de ver El Escuadrón Suicida de James Gunn, ya vaticinábamos la influencia que tendría el Escuadrón Suicida de Tom Taylor solo con ver los tráilers.

Y, efectivamente, así ha sido. El cineasta ha tomado como inspiración la amalgama de personajes desconocidos que pasa Tom Taylor por el aro en una etapa corta y sensacional, pero también el tono que combina con certeza la violencia y la humanidad, lo despiadado y lo solidario, lo villano y lo heroico.

Solo la sencilla premisa política en Corto Maltés, con la dictadura como telón de fondo en la isla, las desavenencias entre la población y el gobierno, evocan rasgos de lo leído en el Escuadrón Suicida de Tom Taylor.

El Escuadrón Suicida
Warner Bros.

Es cierto que la película de El Escuadrón Suicida de James Gunn combina personajes clásicos con modernos y que Tom Taylor opta más por el desconocimiento absoluto. 

Pero, en definitiva, el público general vive una experiencia similar al lector de cómics de siempre, porque descubre a nuevos personajes en entornos parecidos y con resultados igual de satisfactorios.

Amanda Waller, el corazón podrido del Escuadrón

El personaje de Viola Davis, a quien ya conocimos en el fallido Escuadrón Suicida de David Ayer, ha mostrado aquí la verdadera cara que posee.

Mientras que en la cinta de 2016 la vimos ser básicamente una funcionaria maquiavélica con un plan de usar «lo peor de lo peor» al servicio del gobierno estadounidense, aquí nos hemos encontrado a un personaje más aproximado a las viñetas.

Amanda Waller (Viola Davis)

Amanda Waller no es solo la mente del Escuadrón, sino también una mujer que juega con todas las cartas sobre la mesa. Y todas ellas están tapadas, ocultas a la vista, dándole un control absoluto sobre lo que sucede más allá de activar un explosivo cerebral.

Es capaz de desplegar miserablemente un primer equipo táctico que usa como cebo, como carnaza, para con su mano izquierda movilizar un segundo escuadrón sobre el terreno cuya misión es la «verdadera».

Y, al mismo tiempo, esa «misión verdadera» se despliega con aristas de origami para hacernos entender que el plan de Waller va mucho más allá de lo que dice y de lo que hace, adelantándose a los problemas que pueda encontrarse por el camino y superando los obstáculos con medidas dictatoriales y, en muchos casos, moralmente execrables.

Esa Amanda Waller es una traslación literal de los cómics de DC, la aproximación inspiracional que aporta a El Escuadrón Suicida de James Gunn un fondo maravilloso del que crecer, una base tan fundamentada en las viñetas, tan consolidada, que ha sido un sorprendente acierto dentro de la película sin necesidad de darle un protagonismo excesivo (e innecesario, si se hubiera dado el caso) a Viola Davis.

El Escuadrón Suicida es un cómic en movimiento

Muchas han sido las veces que nos hemos preguntado por qué las películas de superhéroes no emplean algunos elementos de narración y estéticos para contar sus historias. O incluso sus esquemas narrativos. Y aquí nos han dado una lección de cómo hacerlo.

Si Ang Lee ya intentó hacer un experimento primitivo en alusión a las viñetas con su menoscabada Hulk, James Gunn ha conseguido en El Escuadrón Suicida encorsetar su película dentro de una estética súper comiquera que va más allá de los personajes, los trajes, los villanos y los superpoderes.

El Escuadrón Suicida
Warner Bros.

Nos explicamos. ¿Recordáis todos esos carteles de «hace tres días», «hace tres horas», «mientras tanto, Harley Quinn», «Operación Jotunheim» y muchos más? Sí, efectivamente. ¡Ese detallito que podría darse por hecho nos mete de lleno en un cómic que, a su vez, es una película!

Pero no solo hablamos de los rótulos temporales, sino del propio uso del tiempo en la narración. Como hacen los cómics, El Escuadrón Suicida de James Gunn fragmenta la narrativa en distintos bloques y la rompe cuando sucede algo particularmente especial, como si se tratara de uno de los muchos cliffhangers que copan los cierres de las grapas (cómics) para hacer que el lector siga enganchado a la historia, comprándose el siguiente número, próximamente en sus librerías especializadas y bla, bla, bla.

¡El Escuadrón Suicida de James Gunn hace lo mismo! Cuando estamos en el clímax del enfrentamiento entre Peacemaker y Ratcatcher 2, con el personaje de John Cena encañonando a la millennial, el montaje se paraliza y se retrotrae, prologando lo climático y otorgándonos una visión general que atraviesa la particular del momento.

El uso de este recurso narrativo, criticado en su día en la película de Aves de Presa, funciona mucho mejor aquí gracias —en parte— a esos rótulos espacio-temporales que hemos mencionado. Y eso, damas y caballeros, está sacado directamente de la herencia comiquera.

La catarsis dramática de los villanos

Se ha hablado mucho —y de una forma polémica que no llegamos a comprender— sobre el humor de El Escuadrón Suicida, como si reírse fuera malo, como si los chistes fuera algo de lo que tuvieras que esconderte o arrepentirte.

La película de James Gunn, como casi toda su obra, tiene una base fundamentada en el humor. En este caso, un humor soez e incluso violento, un humor que funciona gracias al tipo de personaje que se está expresando y a las dinámicas que surgen entre ellos.

El Escuadrón Suicida
Warner Bros.

Y, a pesar de todo ese humor, el cineasta —director y guionista del filme— ha impreso un carácter dramático en todos los protagonistas. No como contraste que balancee el cúmulo de chistes, sino como base para construir unos personajes empáticamente destructivos.

No necesita un desplegable congelado en la pantalla para definirlos o unos tatuajes ridículos y de mal gusto para explicar sus orígenes o sus sentimientos. Es lo que dicen los protagonistas, cómo lo dicen, lo que hacen e incluso lo que los demás piensan sobre ellos lo que les otorga una identidad y una personalidad propias.

A veces nos olvidamos de que estos villanos tienen mucho más de lo que vemos a simple vista. James Gunn, como ya hiciera con Guardianes y sus secundarios, no necesita sobreexplicar esa profundidad, regodearse en el drama barato o hurgar en la herida.

Convertir en virtud la síntesis le ha dado grandes éxitos en el pasado y aquí vuelve a hacer lo mismo, engrandeciendo la psique de Harley Quinn, otorgándole un origen cruel a Ratcatcher 2, elevando a Rick Flagg, evolucionando a Bloodsport y «humanizando» a un tiburón antropomorfo caníbal en bermudas alienado que lo único que desea es sentirse un poco menos solo.

Un festival de referencias incontables que hemos adorado

En definitiva, El Escuadrón Suicida de James Gunn es una adaptación sobresaliente. Son muchas las referencias que se ocultan en su metraje, un festival innumerable que nos ha atrapado de principio a fin y que hemos disfrutado como niños.

Desde la camiseta amarilla de Rick Flagg hasta el aspecto de Peacemaker pasando por el increíble outfit inicial de Harley Quinn, fuertemente inspirado en The New 52 (¡tiene el corpiño de los cómics de Amanda Conner y Jimmy Palmiotti, tenía que decirlo!).

The Suicide Squad El Escuadrón Suicida Harley Quinn

Todo en esta película respira cómic por los cuatro costados y la convierten en una de las mejores adaptaciones que hemos visto en los últimos años.

Divertida, trepidante, sencilla, sabe cuál es su lugar en el abanico de oferta y demanda del cine de superhéroes y aporta un aire fresco a las apolilladas oficinas del DC Extended Universe (DCEU), que languidecían en pos de un pasado que no terminaba nunca de hacerse presente.

El Escuadrón Suicida no ha tenido miedo ni vergüenza. Ha vestido a Peacemaker con su ridículo traje de los cómics y le ha salido bien; ha utilizado a Starro como villano y le ha funcionado; ha usado a King Shark como protagonista y nos ha hecho enamorarnos de él.

James Gunn apunta a quedarse en Warner o, como mínimo, repetir. No sabemos cuál será su siguiente proyecto, aunque estaríamos muy satisfechos si hace algo con la Harley Quinn de Margot Robbie o incluso una película de Green Lantern Corps.

El que escribe el presente artículo le daría la adaptación del Hitman de Garth Ennis sin dudarlo, pero sea cual sea su próxima aventura de DC en el cine… ¡Como tenga la misma calidad que ha tenido ésta, vamos a seguir disfrutando como enanos!

Y a vosotros, ¿qué os ha parecido El Escuadrón Suicida de James Gunn?

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