Crítica de Katla: El gran misterio islandés llega a Netflix

Si hay algo que debemos reconocerle a Netflix como plataforma streaming, eso sin lugar a dudas debería ser el arrojo, la valentía y el esfuerzo por aglutinar en su catálogo una amalgama heterogénea de productos que pueden llevarte desde una serie española como Élite a un proyecto brasileño como Ciudad Invisible, así como productos mucho más internacionales de la talla de Stranger Things, la adaptación de The Witcher o incluso la aclamadísima Gambito de Dama. Y ahora, de repente, para dar un paso más allá de todo eso... ¡ha llegado la serie de Katla!

Katla es una serie islandesa en Netflix creada por Baltasar Kormákur, más conocido en la industria del cine por haber dirigido la estadounidense Everest, película protagonizada por Jason Clarke, Josh Brolin, Jake Gyllenhaal y Keira Knightley. Sin embargo, esta serie de Netflix no tiene ninguna influencia hollywoodiense a simple vista, ya que es una propuesta puramente islandesa, desde la producción pasando por el guion, el reparto, la fotografía e incluso la música.

Una serie que, sin lugar a dudas, ha resultado ser toda una sorpresa para los amantes del terror y la ciencia ficción, con una propuesta muy interesante, sugerente y magnética, una dirección de fotografía extraordinariamente pulida, unas tonalidades arrebatadoras y una historia lo suficientemente extraña y misteriosa como para tenerte enganchado durante los ocho episodios y cincuenta minutos por capítulo que posee su metraje. Sin lugar a dudas, Katla es una de las grandes campanadas televisivas del año.

Katla es una serie fascinante, llena de misterios y con una factura técnica impecable 

En un pequeño pueblecito de Islandia, en una zona prácticamente deshabitada en la que la naturaleza campa a sus anchas y parece ajena al paso del hombre, la población se va adaptando al día a día tras la erupción de un volcán subglacial que puso en jaque sus vidas. Ha pasado un año desde aquello y parece que todo está controlado. Pero, de pronto, de esa erupción, comienzan a aparecer misteriosas presencias que poco o nada tienen que ver con el ser humano... y que le darán una nueva vuelta a la población, poniendo su mundo completamente patas arriba.

Esto es, sin lugar a dudas, lo máximo que deberíais saber de Katla antes de darle al play. Si por algo se caracteriza esta nueva serie de Netflix es por la palabra "misterio". Todo lo que rodea la trama y el delivery de la misma se sostiene merced a un cúmulo de incógnitas que van despejándose con el paso de los minutos y que mantendrá pegadito al sofá a todos los telespectadores.

Todo, absolutamente todo, se supedita al misterio y el terror de Katla. Un misterio y un terror que, por otro lado, son extraordinariamente embriagadores, obligando a la dirección de fotografía a derrochar tonalidades frías y oscuras, una mezcla entre azules, grises y negros que orbitan en un espectáculo paisajístico arrebatador, una Islandia tan misteriosa y extraña como esos seres que salen de la nada pero parecen tener tantos vínculos con nuestra raza.

Katla respira Islandia por todos los costados. Si los parajes naturales que te dejan sin habla y la dirección de fotografía que se nutre de esos parajes no son motivos más que suficientes para saber que estás delante de una producción del norte europeo, la música es la puntilla necesaria para rematar la faena. Puede que el trabajo de Högni Egilsson pase desapercibido frente a soundtracks mucho más sugerentes y reconocibles, pero logra crear un ambiente propicio para posibilitar el montaje, retrotrayéndonos incluso a leyendas y mitologías vikingas.

De hecho, desconocemos si la historia de Katla tiene inspiraciones ancladas en herencias narrativas de Islandia, pero da la sensación de estar delante de un mito o una leyenda propia de la región, haciendo que empaticemos todavía más con unos personajes bien dirigidos y bien interpretados, a pesar de que hay algún que otro actor y actriz ligeramente fuera de tono (en la versión original).

Todo ese envoltorio de musicalidad, fotografía, misterio, paisaje, tonos fríos y terror hace que Katla brille como una sorpresa mayúscula dentro del manido catálogo streaming actual. Las series se suceden una tras otra como fichas de dominó que empujan a la siguiente, pero esta producción islandesa tiene algo. Una personalidad fascinante y seductora desde el primer plano que te arrolla con su misterio y te obliga a seguir sumergiéndote en las dudas y las preguntas hasta que todo el puzzle esté resuelto y tengas las respuestas correctas en tus manos.

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Sin lugar a dudas, una serie muy recomendable, de lo mejorcito que hemos visto este año en televisión. Y tú, ¿le darás una oportunidad a Katla en Netflix?