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La excelente idea de Ridley Scott para hacer tan memorables los escenarios de Blade Runner

Blade Runner

Los tres elementos por lo que apostó Ridley Scott para hacer totalmente inolvidables los escenarios de la original de Blade Runner.

La película original de Blade Runner estrenada en 1982 fue una de esas grandes producciones que han pasado a la historia, y que además han envejecido bastante bien.

Esta película dirigida por Ridley Scott en aquel lejano 1982 tenía como papel protagonista a Harrison Ford en una de sus interpretaciones más memorables.

La acción transcurre en una versión distópica de la ciudad de Los Ángeles durante el mes de noviembre de 2019, en un futuro que, mediante bioingeniería, se fabrican humanos artificiales denominados replicantes, que se emplean en distintos trabajos como si fuesen esclavos.

Pero otra cosa que se recuerda bastante de Blade Runner son sus escenarios futuristas, a pesar que en la época de 1982 no estaba tan avanzada la tecnología para crear este tipo de mundos vanguardistas.

En un vídeo, el propio Ridley Scott, desveló cómo se las tuvo que ingeniar para crear esos escenarios tan memorables de Blade Runner. Para ello apostó por tres elementos: la oscuridad de la noche, la humedad de la lluvia y humo, mucho humo.

“La razón por la que no podría haber hecho la mayoría de los sets a la luz del día es que no se verían bien. Tenían muy mala pinta y tendríamos que gastar más dinero. Entonces, al filmar de noche, ahorras dinero y se ve mejor, y siempre está lloviendo; se ve mejor, de eso se trata. ¿Y por qué hay tanto humo? Porque no tengo suficiente dinero. Se ve mejor. Entonces esos tres elementos son casi mi arsenal. Noche. Humedad. Humo."

La película fue rodada en su mayoría en el famoso set The New York Street, de Warner Bros Studios, y como los escenarios futuristas de Blade Runner no lucían nada bien de día, apostó por filmar la mayoría de las escenas en la oscuridad de la noche, algo potenciado por las luces de neón.

Por otra parte, el aspecto mojado de la lluvia añadió más a la estética sombría y futurista de la película. Para finalizar, apostó por mucho humo y la oscuridad para elevar el escenario a otro nivel.

Así que al final, optando por filmar la mayoría de las escenas en la oscuridad de la noche, con multitud de luces de neón, rodeado de lluvia artificial por todos lados y finalmente con humo, logró ese ambiente que ha hecho famosa a la película.

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