Noah Hawley no quiere caer en la misma trampa tecnológica que Ridley Scott en su serie de Alien

Además de la película de Alien: Romulus que Fede Álvarez estrenará este 2024, está en el horno una serie de la saga que transcurrirá justo antes de la película original, Alien, el octavo pasajero. Noah Hawley, creador detrás de éxitos como Fargo, está a cargo del proyecto.

Hawley ha estado charlando con la KCRW sobre su proyecto de serie de Alien y ha dejado claro que no quiere repetir el error de cálculo que tuvo Ridley Scott en Prometheus y Alien: Covenant.

Se refiere a que sendas precuelas perdieron el toque retrofuturista característico de la saga Alien que se hizo tan disfrutón en las primeras películas.

Las dos precuelas dirigidas por Ridley Scott llegaron más de 30 años después de la película original, con el consiguiente salto tecnológico en la realidad que hacía que muchos elementos del filme de 1979 se antojasen obsoletos. El director incluyó esos avances en Prometheus, haciendo que rechinase bastante en la continuidad.

Vuelve la estética retrofuturista a Alien

Noah Hawley no quiere ni oír hablar de ese tipo de avances y apuesta por una estética clásica que se alinee mejor con la película original, por lo que volveremos a disfrutar del estilo que tuvimos en Alien, el octavo pasajero.

"En las precuelas, Ridley hizo la tecnología mucho más avanzada que la tecnología de Alien, que se supone que tendrá lugar en el futuro de esas películas. Hay algo ahí que realmente no me cuadra. Prefiero el retrofuturismo de las dos primeras entregas, y esa es la decisión que tomé: no hay hologramas, la comodidad de esa hermosa tecnología de la Apple Store no está en ningún lado".

Alien no es la única saga de ciencia ficción que ha sufrido los estragos de nuestros verdaderos avances tecnológicos: Star Wars o Star Trek han compartido este aciago cambio con precuelas que parecen mucho más futuristas y avanzadas que las historias a las que pretenden preceder.

Habrá que esperar un tiempo para comprobar si Noah Hawley se mantiene fiel a esa visión original donde los monitores enormes y los ordenadores gigantes atestan las naves espaciales y bases, sin hologramas ni modernidades posteriores.