Guerra Mundial Z fue todo un apocalipsis tanto en pantalla como detrás de las cámaras

Aunque se parece al libro como un huevo a una castaña, la adaptación cinematográfica de Guerra Mundial Z tuvo una buena acogida en las salas de cine por parte de los amantes del terror y los zombis.

Estrenada en 2013 y con Brad Pitt al frente del reparto, la trama de la película gira en torno a Gerry Lane, un investigador que tratará de evitar el fin de la civilización recorriendo el mundo en busca de una cura para la epidemia de zombis que azota a la raza humana. 

Si bien la película obtuvo una buena recaudación de taquilla, en más de 10 años desde su estreno nadie se ha puesto manos a la obra con una secuela. Y no es de extrañar, pues el proceso de producción de Guerra Mundial Z fue todo un infierno.

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Excesos de presupuesto, reescrituras de guion y situaciones surrealistas en la producción de Guerra Mundial Z

Tal como recoge Collider, la producción de Guerra Mundial Z se enfrentó a serios problemas a las pocas semanas de comenzar su rodaje debido a varios choques internos en el equipo de producción que provocó el cambio de guionista por parte de su director, Marc Foster.

El cineasta también tuvo conflictos con el supervisor de efectos visuales John Nelson por "diferencias creativas", según Foster, lo que hizo que también fuese reemplazado cuando se completó la fotografía principal.

Para más inri, Foster también tuvo encontronazos con Brad Pitt y se dice que el director y el actor no se hablaban durante el rodaje de la película.

Pero esto no ha hecho más que empezar, ya que los problemas empezaron a acumularse desde el primer día del rodaje al descubrir un montón de órdenes de compra olvidadas que sumaban millones de dólares y que no se habían tenido en cuenta en las estimaciones de costos originales del presupuesto.

Así, de los poco más de 125 millones de dólares estimados del presupuesto, la película acabó costando más de 200 millones de dólares junto a unos 160 millones invertidos en marketing.

De esa cifra, unos 20 millones fueron destinados a rodar un nuevo final para la cinta de terror debido a que no gustó el que se hizo, contratando a Damon Lindelof para que escribiera el desenlace.

Pero sin duda lo más surrealista del rodaje fue una redada policial en Budapest al almacén donde el equipo había guardado armas para usar en la filmación, quedando incautados 85 rifles de asalto, pistolas y granadas de estilo militar.

Aunque afirmaban que las armas habían sido desactivadas, eran completamente funcionales y, por tanto, su transporte en el país es ilegal. Sin embargo, el arsenal finalmente fue devuelto a la productora de Pitt y los cargos fueron retirados por un tecnicismo.

Con todo lo que ha sucedido durante la producción de Guerra Mundial Z, no nos extraña que nadie muestre mucho interés por realizar otra película.