Los nuevos hitos del desarrollo español de videojuegos

Hoy mismo nos hacemos eco de dos nuevos hitos para el desarrollo español de videojuegos. Call of the Sea, desarrollado por Out of the Blue Games ha sido nominado a los premios BAFTA en la categoría de mejor juego debut en 2020.

De hecho, Call of the Sea fue el juego que ganó en los Hobbypremios 2021 en la categoría de mejor juego español del año (y no ha sido una decisión fácil). Aquí podéis leer nuestro análisis de Call of the Sea.

El mismo día, otro ganador de los Hobbypremios (en este caso en la edición del año pasado), ha comunicado oficialmente que supera el millón de unidades vendidas. Se trata de Blasphemous, el estupendo "metroidvania" con elementos de "soulsborne" a cargo del estudio sevillano The Game Kitchen. Aquí tenéis nuestro análisis de Blasphemous.

Y los logros de los videojuegos españoles no se quedan ahí. Tan sólo han pasado meses desde el lanzamiento del acceso anticipado de Temtem en PS5 (desarrollado por Crema Games) y en 2019 celebramos que Gris (Nomada Studio) se había llevado tres nominaciones en The Game Awards y había ganado en la categoría "games for impact" que premia el contenido con conciencia social -por cierto, fue otro de los ganadores en nuestros Hobbypremios-.

Hasta Gylt, un juego de Tequila Works, fue el elegido como primer gran exclusivo por Google para su plataforma Stadia. 

No hace mucho que, mientras realizaba el avance de Narita Boy (de los barceloneses Studio Koba), reflexionaba sobre la "edad de oro del software español"; los desarrollos españoles para microordenadores, a cargo de compañías como Opera, Topo, Dro o Dinamic, que comienzan a sonar a "copas de Europa en blanco y negro". 

Está bien reivindicar los triunfos pasados de nuestro desarrollo, y no perder nunca de vista grandes hitos "intermedios", como la saga Commandos de Pyro Studios, Blade The Edge of Darkness que acaba de cumplir 20 años, los Castlevania Lords of Shadow o Metroid Samus Returns de Mercury Steam, y el éxito de Rime, de Tequila Works. Pero también es un momento para sacar pecho. No nos olvidemos de los juegazos "patrios" que hemos tenido durante los últimos años. Sólo como ejemplo, tenemos The Red Strings Club, Moonlighter, Maldita Castilla EX... 

Todavía no podemos compararnos con el "milagro polaco". Allí, las inversiones del estado para conseguir una industria fuerte de los videojuegos han resultado en más de 400 estudios, encabezados por equipos conocidos en todo el mundo como CD Projekt Red, Techland (Dying Light), 11 Bit Studios (This War of Mine, Frostpunk) o PlayWay. Desde luego, ha sido una demostración de que los videojuegos son una industria viable si reciben el apoyo adecuado.

Lo de Polonia aún queda lejos (aquí no hemos recibido el mismo apoyo, aunque empiezan a surgir iniciativas institucionales, como la ampliación del catálogo de videojuegos en la Biblioteca Nacional). También se han convocado las primeras subvenciones para el desarrollo de videojuegos. Y el talento lo tenemos de sobra. 

Así que, ¿es pronto para hablar de una segunda edad de oro de los videojuegos en España? Por ahora es precipitado, me temo. Pero también sospecho que estamos a punto de dar un "salto" que nos coloque a la altura de otros países europeos. Ya tenemos los estudios y el reconocimiento internacional. Ya hay editoras, como Devolver Digital o Team 17 fijándose en qué se hace en ese pequeño país del sur de Europa. Sólo es cuestión de tiempo y de seguir trabajando duro.