¿Por qué One Piece sí y Cowboy Bebop no? Los motivos por los que Netflix ha triunfado esta vez

Muchos nos preguntamos por qué One Piece sí ha sido un éxito y Cowboy Bebop fue un desastre en Netflix. La obra de Eiichiro Oda es una de las más populares de la historia de Japón. Su consolidación en la sociedad japonesa lo manifiesta. Alcanza más de los 500 millones de seguidores en todo el mundo. Los datos hablan por sí solos.

Sin embargo, el anime de Shinichiro Watanabe es uno de los más grandes de todos los tiempos. Una amplia mayoría de fanáticos considera que Cowboy Bebop es el mejor anime de la historia. Un servidor que escribe estas líneas defiende ese axioma. No obstante, las opiniones y los… Bueno, ya sabes. Todos tenemos una.

La adaptación live action de One Piece en Netflix ha cambiado el panorama. Hasta el pasado jueves 31 de agosto de 2023, todos creían (creíamos) que las series de animación japonesas pasadas a acción real no funcionan. Desde luego, había precedentes para afirmar sin tapujos que esto era una ley escrita en piedra.

Pero ni ley escrita en piedra, ni prejuicios, ni nada de nada. One Piece ha estallado el catálogo de Netflix como nunca se había visto, superando los datos de triunfos tan grandes como Stranger Things o Miércoles. De hecho, como siga así, va a acabar superando incluso las rocambolescas cifras de El juego del calamar.

La pregunta que surge (y que es totalmente lícita, por cierto) es… ¿Por qué Cowboy Bebop pasó completamente desapercibida para el gran público, no gustó a los fans del anime, se canceló tras su estreno y fue borrada del mapa de la plataforma streaming sin pena ni gloria? Hay dos razones que podrían justificarlo.

Cowboy Bebop se desvió completamente de la versión anime

Aunque los personajes se llamen igual, vuelen en la misma nave y se enfrenten a desafíos similares, Cowboy Bebop no fue una buena adaptación. De hecho, fue una adaptación pésima. No voy a entrar en los elementos estéticos, que también resultaban chocantes y fuera de lugar. Me voy a centrar puramente en lo narrativo.

Muchos creen que la narrativa tiene que ver exclusivamente con la trama y el desarrollo de los personajes, pero olvidan que también la narrativa tiene un impacto directo en la atmósfera y el tono de esa historia y esos personajes. En el caso del anime de Shinichiro Watanabe, la atmósfera es el corazón de la historia.

Sin embargo, la serie live action de Cowboy Bebop en Netflix ni tuvo atmósfera ni tuvo corazón. Se lo arrancaron sin tapujos para ofrecernos una revisión amistosa e inocente de la historia de Spike Spiegel, perdiendo por el camino toda la fuerza y la potencia, el jazz y el soul que definen a los pasajeros de la Bebop.

Series de Netflix con finales sorprendentes que no todo el mundo entiende de la misma forma

Indagamos en el catálogo de Netflix para recopilar algunas series de Netflix con finales complicados que no todo el mundo interpreta y entiende de la misma forma.

Descúbrelas

Cowboy Bebop es una historia triste protagonizada por perdedores, gente que sigue en la vida por pura inercia y está completamente extraviada del camino. Nada de lo que se traslada en el anime está en el live action, y ese fue el motivo principal de su fracaso, a diferencia del cariño, la transparencia y el trato recibido por la historia de Luffy.

La participación de Eiichiro Oda en el live action de One Piece

Por otro lado, el factor principal del éxito de Netflix con el live action de One Piece ha sido la participación de Eiichiro Oda. El creador del anime y el manga originales se ha involucrado de una forma nunca antes vista por parte de un creador. Se ha entrometido al cien por cien en la producción para controlarlo todo.

Puede parecer un auténtico disparate e incluso una excentricidad propia de Oda ponerse en plan capitán general en pleno rodaje, pero a los hechos me remito. La serie ha gustado no solo a los más fanáticos del anime de One Piece, sino también a todos aquellos que repelen todo lo que tenga que ver con la animación japonesa.

Desafortunadamente, esto no es algo que sucediera en Cowboy Bebop. Se vendió desde la parcela de marketing y publicidad que Shinichiro Watanabe había participado en el desarrollo del live action y en el rodaje, pero nada más lejos de la realidad. El legendario animador ni estuvo involucrado ni hizo nada más allá de cobrar el cheque.

Por lo tanto, lección aprendida: el creador de un anime o un manga debe estar muy cerca del proceso para poder controlar todos los aspectos, los detalles, las tramas y los personajes del mismo. Es la única forma de que se logre alcanzar el nivel de One Piece en Netflix y no caer en la misma trampa del live action de Cowboy Bebop.