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El problema de las series que adaptan grandes novelas: ¿hasta qué punto deben respetar el original?

Disa princesa enana de Khazad-dûm El señor de los anillos: Los anillos de poder

"La mejor adaptación de algo es calcarlo punto por punto": ¿verdad o mentira? Vamos a repasar esa afirmación en el caso de las series que adaptan grandes novelas al formato televisivo.

Si te dedicas al mundo de la televisión (o del cine) y caen en tus manos los derechos para adaptar una novela que ha cautivado a millones de lectores, vas a querer adaptarla. En ese punto, se inicia un peligroso juego para conseguir adaptar la esencia de la novela.

Es casi imposible encontrar una adaptación literal de una novela, ya sea en una serie de televisión o en la gran pantalla. Incluso aquellas adaptaciones en las que el autor original está implicado encontramos bifurcaciones que separan el argumento original con lo que estamos viendo en escena.

Se trata de algo que molesta soberanamente a muchos lectores. La mentalidad ante una adaptación es que "queremos ver el libro hecho película/serie". Cualquier variación provoca sarpullidos en cierto sector de espectadores.

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Si sueles ver series cuando viajas o en varias partes de casa, estas tablets pueden ser buenas compañeras para el consumo de entretenimiento.

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Ejemplos, tenemos a patadas. Da igual que quieras adaptar Dune en una sola película, a lo David Lynch, o convertir El cuento de la criada en una fantástica serie de televisión, las licencias narrativas van a estar ahí, al alcance de los guionistas.

Puede ser por añadir tramas que a nadie le importan, o sí, o para complementar una temporada y que no quede ridículamente corta. También puede darse el caso contrario: la novela cuenta demasiado y hay que optimizar el tiempo de metraje, así que se eliminan cosas.

Juego de tronos, por ejemplo, incluía variaciones en sus primeras temporadas para apoyar el ritmo de sus episodios. Naturalmente, cuando la serie quedó sin la cimentación del material fuente... pues todo se desmadró.

Otras series, como Los Bridgerton, marcan muchísimo más la distancia con las novelas, y lo hacen de forma deliberada, alterando el orden de los eventos y su desarrollo.

Guste más o guste menos, estas licencias están presentes en el sector audiovisual. Ahí tenemos el Universo Cinematográfico de Marvel, por poner un mal ejemplo. Muchos fans siguen pensando que las películas y series deberían ser 100% fieles a los cómics, pero el UCM se ha establecido como su propia realidad.

Sin embargo... ¿hasta qué punto deben tener libertad estas adaptaciones para desviarse de la obra original? 

¿Dónde está la línea que delimita las licencias narrativas?

Voy a ser franco con vosotros, esa pregunta es imposible de responder de manera absoluta. Muchas veces, la línea la delimita el autor. Al firmar derechos de adaptación audiovisual de su obra, un autor puede agregar cláusulas de debido cumplimiento que prevengan de cambios sin su consentimiento.

Sin embargo, esa práctica es muy poco habitual. J. K. Rowling, por ejemplo, ejerció con firmeza su posición en las adaptaciones cinematográficas de Harry Potter. La autora incluso hizo que se descartasen actores por no ser británicos. Sin embargo, incluso ella tuvo que hacer concesiones, de ahí que haya notables ausencias en las películas.

La autora de Los Bridgerton, Julia Quinn, es el caso contrario. Quinn está encantada con el hecho de que la serie de Netflix sea tan diferente de las novelas, y dice que, en su opinión, ofrecen dos historias distintas, pero igual de disfrutables.

Muchos autores no acuerdan estas cláusulas de control porque supone "atarse" a una producción durante meses o años. Que te consulten absolutamente todo está bien, pero puede llegar a ser abrumador. Tened en cuenta que en una producción hay muchos departamentos implicados.

Luego, llegamos al caso de El señor de los anillos: Los anillos de poder. Hay que tener presente que la serie de Prime Video se basa en los Apéndices escritos por Tolkien, ni siquiera es una novela en sí misma. 

Esto hace que la serie brinde bastante libertad a los creadores, ya que "solo" tienen un puñado de eventos y nombres, pero, cómo recorran la línea punteada, es cosa suya.

La serie presenta variaciones con respecto al Legendarium de la Tierra Media, o al menos a lo que los fans tienen mayoritariamente asumido. Muchos se han llevado las manos a la cabeza por lo que se ha visto en la serie (otros directamente criticarán todo, porque es la moda de las redes sociales).

Es importante recordar que la serie ha sido supervisada por The Tolkien Estate y, por extensión, los herederos de Tolkien, que es lo más cercano al autor que puede haber.

Ser fiel a la historia o desviarse en un intento por mejorarla o adaptarse

En todo este panorama, lo ideal sería que una adaptación fuese 100% fiel a la obra original del autor. Pero (siempre hay un "pero"), no siempre es práctico o funcional. Y, mucho ojo, la palabra clave en todo esto es que se llaman "adaptaciones", lo que implica cambios en cierto modo.

Ya sea porque la historia se escribiese hace demasiado tiempo o porque, sencillamente, requiere adaptarse a los nuevos tiempos para llegar a las pantallas, muchas requieren de estas licencias. Harina de otro costal es que tales licencias se realicen bien o no.

 

Me decanto por la mayor fidelidad a la obra original, claro, pero no creo que en muchos casos en los que nos encontramos con estas variaciones debamos rasgarnos las vestiduras. Y ojo, que no quedo exento de culpa: a mí tampoco me gustan ciertos cambios en los personajes, especialmente cuando no vienen a cuento.

En cualquier caso, y con esto ya vamos cerrando el blog, antes de criticar algo por una foto o un fragmento de vídeo, hay que verlo completo. Y, si lo vamos a criticar, mejor que sea con argumentos. "Es una basura", no aporta nada si no se acompaña de un razonamiento, como recordaba hace poco Stephen King.

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