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Crítica comiquera de Thor: Love and Thunder - Entre árboles y bosques

Thor Love and Thunder

Thor: Love and Thunder ha llegado a los cines y ha sido todo un éxito. Analizamos la película desde un prisma más "comiquero". ¿Cómo de buena es su adaptación? ¿Qué ha aportado a la franquicia asgardiana?

Hay ocasiones en las que el árbol no permite ver el bosque y hay otras ocasiones en las que el bosque no permite ver el árbol. El regreso del Dios del Trueno a los cines, de la mano de Taika Waititi, ha tenido un poco de ambas. Por eso, no sorprende la disparidad de opiniones con respecto a la película. Es casi inevitable.

La vida de Thor en Marvel Studios ha tenido tantos puntos de vista como creadores. Kenneth Branagh, un tipo que está más obsesionado con William Shakespeare que con su propia respiración, trasladó porciones del legado del bardo británico a un universo cinematográfico que andaba en pañales, pero ya funcionaba.

El Dios del Trueno pasó de ser un héroe mitológico complejo, profundamente familiar, algo perdido y egocéntrico, obnubilado y romántico, a ser un tipo de héroe cómico cercano a la parodia. Muchos vieron en esto una involución del personaje; otros, un alejamiento del material original por defecto de franquicia.

Sea como sea, Thor: Ragnarok asentó las bases de lo que ha sido el personaje desde entonces, apostando por la vis cómica de Chris Hemsworth sin perder de vista toda la épica del dios asgardiano. 

A fin de cuentas, fue en Thor: Ragnarok, Vengadores: Infinity War, Vengadores: Endgame y demás donde hemos visto la versión más poderosa del Hijo de Odín.

En esa tesitura, hemos llegado a Thor: Love and Thunder. A ello hay que sumar el hecho de que la Fase 4 del UCM parece estar apostando por la huella de la autoría cinematográfica en detrimento de la «fórmula Marvel» tradicional. Lo que significa que había más Waititi en esta entrega.

Efectivamente, podemos decir que ha sido así. Thor: Love and Thunder es una película que tiene mucho de Taika Waititi, pero también del Dios del Trueno de Marvel Studios y del propio UCM en sí. Pero también tiene problemas.

Pasaremos lista brevemente a las parcelas más problemáticas de la película para después analizar todo aquello que ha hecho bien, así como la traslación de los conceptos de los cómics a la gran pantalla. Para una crítica cinematográfica más elaborada, tenéis la opción de leer nuestra crítica original.

Quizás, el mayor problema de Thor: Love and Thunder sea el hecho de querer contar mucho, pero en muy poco tiempo. Es curioso que esto pase en una historia que no es precisamente compleja o ambiciosa, más allá de la profundidad psicológica que transmite Christian Bale con su villano.

La historia de Thor: Love and Thunder es un «A-B-C» de superhéroes: un villano con motivaciones quiere hacer algo malo; el héroe vive una aventura que hace evolucionar su personaje, y ese héroe termina derrotando al villano y alterando su futuro tras el aprendizaje aprehendido.

Sin embargo, por el camino tenemos una dosis de árboles que no te dejan ver el bosque. A fin de cuentas, Taika Waititi se ha esforzado en hacernos comprender que Thor se comporta de esta forma porque, después de tanta pérdida y tanta tragedia, ha forjado un escudo a base de humor. No quiere volver a sufrir como antaño.

Esa coraza cómica, ese porte de hombre estúpido y tontorrón, solo es una fachada. Se derriba en cuanto aparece Jane Foster y le recuerda el pasado con ferocidad. Pronto recupera el esqueleto del humor, la estupidez, en cuanto se da cuenta que ese pasado sigue haciéndole daño. No quiere sufrir más.

En ese pacto silencioso consigo mismo, el propio Taika Waititi trata de rebajar aquel pasado con ingeniosas herramientas de comunicación que evitan los flashbacks, pero permiten repasar los momentos más trascendentales en la vida del Hijo de Odín y de la franquicia que lidera.

Thor ha perdido amigos y familiares. Ha enterrado a compañeros y a enemigos. Ha matado, ha peleado, ha luchado, ha llorado, ha reído. Ha amado. Ha tenido una relación y le han dejado. Le han roto el corazón. Ha visto caer su mundo. Ha sufrido una depresión. Ha vivido tanto como era posible, y más.

Es una decisión comprensible —pero no por ello acertada— que la Jane Foster de Natalie Portman se convierta en un vehículo para el crecimiento emocional y el desarrollo psicológico del dios asgardiano en Thor: Love and Thunder.

También es una lástima que Taika Waititi haya decidido emplear a este personaje para ello. Porque, más allá de su puesta en escena, la fabulosa estética de la Poderosa Thor y su extraordinario potencial… Más allá del bosque, no hemos podido ver el árbol.

Afortunadamente, el villano de Christian Bale en Thor: Love and Thunder ha talado todos los árboles y todos los bosques que orbitaban en el guion de Taika Waititi y se haya elevado como el elemento más interesante del filme, así como uno de los mejores villanos de las películas de Marvel.

El origen de Gorr el Carnicero de Dioses ha cambiado ligeramente en la película, pero mantiene la esencia de los cómics: un tipo que creía en los dioses y deja de creer en ellos cuando estos parecen haber olvidado a su mundo y a su familia. Una espada cae en sus manos y el resto es historia.

Sea como sea, y habiendo adaptado al personaje a la gran pantalla con una estética muy acertada, el gran punto a favor del Gorr de Christian Bale es la puesta en escena. El dominio fotográfico de Taika Waititi en ese aspecto es demoledor, demuestra una vez más por qué es uno de los mejores cineastas del momento.

Además —y sin desmerecer el trabajo del resto—, Taika Waititi es consciente de que tiene en Gorr a uno de los mejores actores con los que ha trabajado en toda su carrera. Desde luego, es el mejor actor en el reparto de Thor: Love and Thunder; o, por lo menos, ha sido el que mejor ha trabajado.

La transformación de Christian Bale en Gorr el Carnicero de Dioses es tan fascinante como perturbadora. Lo turbador de su comportamiento no resta potencia a su impacto inmediato. Las partes más superficiales —terror— se unen a las profundas —confusión—, pero se diluyen por el camino.

Por eso mantengo que lo mejor de Thor: Love and Thunder es el villano, mientras que lo peor es el manejo del leitmotiv de la película. Para cuando llegamos a la conclusión, al clímax, entendemos a dónde nos han querido llevar, pero no por ello debemos aplaudir la forma en que nos han dirigido hasta allí.

 

En resumidas cuentas, Thor: Love and Thunder es una película divertida, ingeniosa, sencilla y con un fuerte aroma a Taika Waititi. Un filme con luces y sombras, tantas como porta en su alma el villano de la cinta, que tiene árboles y bosques peleando entre sí para hacerse ver y destacar.

Por cierto, no podía desaprovechar la oportunidad antes de irme para reivindicar a las cabras de Thor: Love and Thunder. Pocas veces he reído tanto y tan fuerte en una sala de cine como cada vez que gritaban. Gracias por tanto, Waititi.

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