Crítica de Thor: Love and Thunder, la nueva aventura del superhéroe con Taika Waititi en la dirección SIN SPOILERS

Solo hay una razón por la que Thor es el único superhéroe del UCM con cuatro películas en solitario y se llama Taika Waititi. El director neozelandés salvó a este personaje en Ragnarok y Marvel no parece estar dispuesto a soltarlo, pues aunque todavía no se ha confirmado nada oficialmente, parece muy probable queThor: Amor y Trueno no sea la última película sobre el dios nórdico. 

Pues Waititi se ha convertido en uno de los mejores activos de Disney en este momento gracias a la gran capacidad del director de crear obras extrañas y originales que, a la vez, conectan profundamente con el público, tal como ha demostrado con su comedia sobre piratas estrenada en HBO Max Nuestra bandera significa muerte. 

Además de eso, el director ha conseguido sacar a la luz el increíble talento cómico de Chris Hemsworth, que ha pasado de ser un dios nórdico que apenas hablaba a convertirse en una especie de vieja estrella de rock con mucha cara y poca vergüenza. 

Durante la rueda de prensa de presentación de Thor: Love and Thunder, Hemsworth describía los rodajes bajo la dirección de Waititi como "caóticos pero muy divertidos", algo que se nota, incluso, a través de la pantalla del cine cuando uno ve la cuarta película de Thor. Pero, a veces, la diversión hace que se pierda el foco sobre qué está contando la película.

Al ser una película de Marvel, la trama tampoco tiene mucho misterio, pues trata del clásico conflicto entre un villano que quiere acabar con el mundo y un héroe que intenta que esto no ocurra a toda costa.No obstante, a diferencia de otras producciones del estudio, la nueva película de Thor carece de esos "momentazos" que hacen que el público aplauda en las salas de cine. 

No hay un clímax realmente potente que te haga saber que se está acercando el final de la historia así como tampoco una verdadera construcción del personaje de Natalie Portman. La escena en la que ella aparece sujetando el Mjolnir por primera vez pasa casi desapercibida por un problema fundamental de Thor: Amor y Trueno: el villano. 

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Un villano salido de una secta

Una de las mejores cualidades de Thor: Ragnarok, el otro trabajo de Waititi para Marvel, era su espectacular villano, una Cate Blanchett convertida en la diosa Hela del infierno nórdico que volvía a la superficie a reclamar su trono dejando a los dos herederos de Odín sin palabras. No obstante, en Love and Thunder no hay nadie que se le parezca. 

Y eso que el personaje interpretado por Christian Bale lleva el nombre de Gorr, el carnicero de los dioses. Un título que inspira mucho miedo y que no es correspondido por el personaje que se ve en la película. Más que un asesino de dioses, Gorr parece un pobre hombre salido de una secta que tiene cierto poder mágico. 

Pese a que su transformación en villano queda muy clara en la película, sus razones para hacer lo que hace se difuminan y tampoco se llega a entender demasiado bien por qué Thor debe tener miedo a este nuevo villano. 

De hecho, se podría decir que hace poco honor a su nombre a lo largo de toda la historia y el clímax no alcanza esos enfrentamientos épicos entre el bien y el mal que sí se ven en otras películas de Marvel. Una oportunidad desaprovechada, sobre todo teniendo en cuenta que quien lo interpreta es un actor de la talla de Christian Bale. 

Hola Korg, adiós Valkiria

El problema de Gorr de Thor: Love and Thunder es el mismo que tiene con otros personajes de la película, pues por alguna extraña razón, en esta cinta Waititi se ha olvidado por completo de los personajes secundarios, especialmente de Valkiria, que en esta ocasión queda completamente difuminada en favor de Korg. 

Pues el que en un principio fuese una especie de añadido cómico con el que Waititi podía contentarse teniendo un personaje en la película, en Thor: Love and Thunder se convierte en una verdadera molestia, teniendo siempre el chascarrillo adecuado en cualquier situación pero sin desarrollar en ningún momento algún tipo de evolución como personaje.

Algo parecido a lo que le sucede a Valkiria, pues la actual rey de Asgard, solo sirve para hacer profundas reflexiones que ayudan a que continúe la historia del resto de personajes pero que, sin embargo, no aportan nada en absoluto a la suya. 

Es cierto que se la ve en una secuencia de imágenes que resumen su nueva vida como rey pero en ningún momento se le da la oportunidad para explicar realmente lo que siente, ¿le gusta su nuevo puesto? ¿Es feliz? ¿Cuáles son sus expectativas de futuro? ¿Sigue considerándose una guerrera? 

Es una pena que un personaje con tanta fuerza y esa capacidad para hacernos reír que tenía en  Ragnarok se haya quedado reducido a casi un acompañante de la pareja formada por los dos Thor. 

Una oportunidad perdida para crear un personaje fuerte, con personalidad y aires de superhéroe que además es una mujer abiertamente queer, y con la personalidad suficiente como para tomar algún día el relevo y contar su propia historia. 

¿Ha tenido Marvel algo que ver? 

Después de meses escuchando tanto a Waititi como Hemsworth que Thor: Amor y Trueno iba a ser una locura, o que parecía "escrita por un niño de diez años", es llamativo que no hayan conseguido expresar toda esa locura de la que tanto presumían.

Lo que hace que nos preguntemos, ¿Marvel ha tenido algo que ver? ¿Le ha parado los pies a Waititi? 

Desde luego sería la explicación más plausible, sobre todo viendo los anteriores trabajos del director, pues parece que le dieron más libertad creativa en su día cuando hizo Ragnarok que ahora. 

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De hecho, algunos "errores" de Love and Thunder, como el olvido de los secundarios, es realmente llamativo si tenemos en cuenta que Waititi ha trabajado en series como Lo que hacemos en las sombras o Nuestra bandera significa muerte, en las que los secundarios son oro, cuentan sus propias historias y ayudan a que avance la historia principal. 

Pese a que en la serie de los piratas no ha trabajado como guionista sí que ha ayudado a construir un Barbanegra inolvidable. Y aunque en la última de Thor se pueden ver algunas perlas que solo pueden ser idea del director neozelandés, como la imagen de una pareja homosexual, o las cabras cuyo balido se te clava en el cerebro, son píldoras demasiado pequeñas. 

Eso sí, donde Marvel ha dejado que Waititi se exprese al completo ha sido en la banda sonora, que vuelve a incorporar grandes clásicos de la música rock como la estupenda "Sweet Child O'Mine" de Guns N'Roses.

En resumen, Thor: Love and Thunder es una película de superhéroes más que entretenida y con algunos momentos muy divertidos (especialmente protagonizados por el Zeus de Russell Crowe), pero la historia se queda un tanto floja, sobre todo teniendo en cuenta quién la ha dirigido.