Nos acercamos hasta el showroom de Sony, en Madrid, para asistir al evento preview de Nioh 2, el nuevo juego de acción samurái para PS4. La presentación tuvo como invitado estrella a Yosuke Hayashi, productor general de Team Ninja (estudio japonés responsable de sagas como Dead or Alive o Ninja Gaiden), quien también visitó nuestro país en un evento muy similar que se celebró antes del lanzamiento del primer Nioh.
Antes de dar paso a la sesión de preview, que nos permitió ponernos a los mandos en un nivel que tiene lugar aproximadamente en el meridiano de Nioh 2, Yosuke repasó algunos de los aspectos que diferencian a esta secuela del exitoso juego de 2017 (hace poco se desvelaba que roza los tres millones de copias vendidas). Y algo que llamó bastante la atención en sus palabras fue cómo han abrazado la idea de la dificultad.
Claramente inspirado por la fórmula Souls, el primer Nioh era un juego realmente difícil (aunque era cosa de niños si lo comparamos con los DLC). Y en Nioh 2, lejos de hacerlo más accesible o incluir un modo fácil, vuelven a apostar por esa dificultad brutal, con enemigos que pueden mandarnos al otro barrio de un par de espadazos. Porque esa es la idea en Nioh 2: hacernos sentir la tensión de un combate entre dos expertos samuráis, donde un único tajo bien dirigido marca la diferencia entre la vida y la muerte.
Claro que los enemigos de Nioh no siempre son samuráis... Y en este caso, ni siquiera el protagonista es humano del todo. Pero ni las nuevas habilidades, ni todo el equipamiento de alto nivel con el que empezamos la demostración, nos salvó de mil muertes. Vamos con nuestras impresiones de Nioh 2.
Cogiendo al yokai por los cuernos
Esta demostración tenía lugar por la noche, en un castillo asolado por las llamas. Antes de empezar tuvimos que pasar por el creador de personajes, donde sólo podíamos elegir sexo y cara. Es probable que esto fuese una restricción de esta demo concreta, porque si jugasteis a la última beta abierta, sabréis que el creador de personajes de Nioh 2 tiene un potencial y una cantidad de opciones enorme.
Ya dentro del propio juego, nos pusimos a los mandos... Y morimos. Varias veces. Contra los primeros enemigos. Pese a que se controla como un juego de acción al uso, con botones para ataques rápidos y fuertes, bloqueos, esquivas, etc., Nioh 2 cuenta con varias mecánicas que nos obligan a jugar de una forma diferente. Y en un principio tuvimos que "reaclimatarnos" a esas mecánicas, que si habéis jugado al primer Nioh conoceréis de sobra.
La más esencial de todas es la gestión de la resistencia: tras realizar acciones como atacar o esquivar se consume la barra de resistencia y debemos esperar a que se recargue, pero si pulsamos el botón R1 en el momento preciso, podemos efectuar lo que se conoce como "pulso de ki", permitiéndonos recuperar un fragmento de esa resistencia perdida de forma inmediata.
Esto tiene un segundo uso, también muy importante, y es que los enemigos yokai (demonios) pueden crear zonas de contaminación que ralentizan la recuperación de resistencia. Realizando un pulso de ki, purificamos estas zonas y nos libramos de sus efectos perjudiciales. Esta mecánica es una parte esencial de Nioh 2 (y de Nioh), y es necesario dominarla si queremos dar más de dos pasos por el Japón feudal.
No es el único aspecto heredado del primer juego: las posturas también están de vuelta, pudiendo adoptar una baja (ataques rápidos pero débiles), media (equilibrada) y alta (lentos pero fuertes). También como en el primero, cada postura tare consigo diferentes habilidades, que a su vez cambian con el tipo de armas que estemos manejando. Además de los siete tipos del primero (katanas, hachas, kusarigamas, katanas dobles, lanzas...) Nioh 2 introduce dos nuevos: hachas dobles y gujas, una suerte de guadaña transformable.
Lo cierto es que si hemos jugado al primer Nioh, la impresión inicial es la de que Nioh 2 no presenta demasiadas diferencias. Sigue contando con un "bucle de juego" que sigue la fórmula Diablo, así que los enemigos están constantemente dejando caer nuevos objetos cuando los derrotamos. Objetos que siguen un código de color para indicar su rareza con un simple vistazo, y que presentan pantallas con una cantidad excesiva de números y estadísticas. Incluso el diseño de los menús es calcado al del primer Nioh.
El diseño de los escenarios tampoco parece haber cambiado demasiado, al menos en el nivel que se desarrollaba la demostración: fiel al estilo Souls, el escenario era intrincado (por momentos incluso demasiado, algo de lo que también pecaba el primer Nioh), y debíamos hacer buen uso de los atajos que íbamos abriendo para no tener que volver a pegarnos largas caminatas al morir.
Pero al navegar hasta la pestaña habilidades ya nos encontramos un gran cambio, y es que ha aumentado considerablemente (y su apariencia ha cambiado). El primer Nioh presentaba una gran cantidad de opciones, con habilidades específicas para cada tipo de arma y postura, magia Omnyo, ninjutsu... Y esta secuela parece que va a llevar las cosas a un nuevo nivel de profundidad. Pero el cambio más destacable lo encontramos en las habilidades del protagonista.
Ya sabéis que en Nioh 2 controlamos a un personaje mitad humano, mitad yokai, pudiendo transformarnos en demonio durante unos preciosos segundos para repartir cera. Lo interesante, sin embargo, está en las habilidades que nos permiten transformarnos de forma momentánea. Por un lado, se ha añadido un nuevo tipo de contraataque demoníaco, efectuado al pulsar R2 + círculo. En ocasiones, los enemigos emitirán un brillo de color rojo antes de realizar un poderoso ataque imposible de bloquear por métodos humanos; es en esas situaciones cuando debemos usar este nuevo contraataque.
Además, nuestro personaje cuenta ahora con una nueva barra, de color morado, situada bajo las de salud y resistencia. Es la barra de poder yokai, que se recupera al atacar y nos da acceso a poderes yokai. Podemos tener tres diferentes equipados, y son ataques que hacen que el protagonista adopte la forma de un Yokai para realizar unos de sus movimientos característicos.
Esto va asociado a otra de las novedades de Nioh 2: los núcleos de almas. Al derrotar a un enemigo, existen probabilidades de que deje caer uno de estos núcleos. Este objeto es el que nos da acceso a esas habilidades yokai, pero para poder equiparlo primero debemos acudir rápidamente a un santuario para purificarlo. Esto es importante, porque si morimos antes de hacerlo, el núcleo se quedará junto a nuestro espíritu guardián. Y si morimos antes de reclamar el espíritu, adiós al núcleo (o núcleos) y la experiencia acumulada.
Si los ataques se corresponden con el número de enemigos que hay en el juego, eso significaría que Nioh 2 incluye una gran variedad de nuevos movimientos y, al mismo tiempo, una nueva vía de "grindeo" para hacernos con todos los yokai. Como Yo-Kai Watch, pero con espadas y sangre. Recordad que Nioh 2 llega a PS4 el próximo 13 de marzo.
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