Ya he jugado a Wild Hearts, el "Monster Hunter" de EA y Koei Tecmo y tiene ideas que me han gustado más de lo que esperaba

Anunciado hace escasos días, Wild Hearts es el nuevo juego de EA Originals. Un título desarrollado por el estudio Omega Force de Koei Tecmo, con el soporte de Electronic Arts, que saldrá el próximo 17 de febrero.

Una alianza "inesperada", si bien todos los originals hasta la fecha han sido con estudios pequeños, y no tan consolidados como Koei Tecmo. Con Wild Hearts, Los japoneses quisieron orientarse más al mundo occidental, y por eso se interesaron en las posibilidades de EA Originals. EA ayudó con el trabajo de investigación y compartieron las enseñanzas con ellos. 

Un juego que además sorprende por su enfoque, al más puro estilo Monster Hunter (cacerías de monstruos que podemos realizar en cooperativo), pero sin descuidar su propia personalidad. 

Por suerte, ya hemos jugado a Wild Hearts, y os adelantamos que no es un clon más de Monster Hunter, ni una evolución de Toukiden, lo más parecido que ha desarrollado antes Omega Force, aunque algunos indicios pudieran apuntar a lo contrario. Podéis ver un primer gameplay sobre estas líneas.

Wild Hearts lleva en desarrollo 4 años, y desde el principio, el objetivo ha sido confeccionar un juego de acción que todo el mundo pueda disfrutar y, además, hacerlo junto a otros jugadores. Además, la narrativa es importante para Tecmo y quieren contar una buena historia. Es su respuesta a los juegos de caza y crafteo, donde quieren crear un nuevo estándar.

A diferencia de otros estudios, que han apostado por Unreal Engine 5, Wild Hearts correrá sobre el nuevo motor Katana Engine, del que se tuvieron las primeras noticias en marzo de 2021, y se lanzará en PS5, Xbox Series X|S y PC (Steam, Epic y la nueva app de EA Games, que sustituye a Origin). 

Sayonara... ¿Wild Hearts?

Wild Hearts nos convierte en un visitante de la tierra del este, un lugar ficticio conocido como Azuma, que viene a ser una reimaginación de un Japón feudal propio de la fantasía, plagado de peligros, gigantescas criaturas y tecnología imposible.

Este lugar se ha convertido en el hogar de los Kemono (sí, imaginamos que habrá cachondeo con el nombre), criaturas de todos los tamaños y colores que, por razones desconocidas, han empezado a actuar de manera violenta y más territorial, acabando con la vida de muchos humanos.

Ahí entramos en juego nosotros. Como poseedores de "la semilla de la invención", pronto descubriremos que tenemos las armas necesarias para acabar con estos violentos Kemono y proteger a los habitantes de Azuma.

Vaya por delante que Azuma es una región compuesta por 5 áreas. Cuatro de ellas vienen a ser áreas  que recrean una estación del año (no faltará una montaña helada para el invierno, una fortaleza abandonado cubierto de horas secas para el ambiente otoñal...)...

La quinta zona será una ciudad conocida como Minato, que hará las veces de hub central del juego, donde podremos hablar con NPCs, cumplir encargos y tareas opcionales...

Nuestro primer objetivo es llegar a Minato, un viaje que nos permitirá descubrir las principales novedades de Wild Hearts, y que serán algunos de los principales aspectos diferenciadores respecto a Monster Hunter. 

Vaya por delante que, para estas impresiones de Wild Heartshemos jugado las 3 primeras horas del juego en PC, que vienen a ser una suerte del prólogo y menos de un 10% de la historia de la campaña, tareas extra aparte. Estiman 30 horas de juego sin muchas actividades secundarias, aunque habrá mucho más contenido y "endgame".

En Wild Hearts nos movemos por un mundo abierto, en el que los Kemono pululan a sus anchas. Podemos correr, trepar por paredes, agazaparnos y escondernos en hierba alta, esprintar, deslizarnos y rodar por el suelo, recoger materias primas...

Contamos con indicadores de vida o los usos de "cantiplora" que tenemos para recuperar vida, así como un indicador de energía, que se agota al realizar acciones como trepar, y se recupera dejando de hacer las acciones que la consumen. Todo bastante familiar, ¿verdad?

Pero también hay diferencias. El primero es que los Kemono son seres inspirados en animales reales que se han fusionan con la tierra, con Azuma, y son capaces de modificar el entorno a su antojo. Hay roedores, simios, gorrinos, mapaches, lobos...

Durante el evento de presentación preguntamos cuántos habrá en total, pero desde el estudio no nos confirmaron cifra. Sólo que habrá muchos, de muchos tipos y tamaños.

Durante los combates con ellos vemos que pueden destruir el entorno (derribar árboles y edificaciones, prender fuego a zona...) y si reciben mucho daño, huir a un lugar más seguro para recuperarse (pueden comerse a otros Kemono).

Como hemos adelantado, no todos son criaturas enormes, aunque los más atractivos sí. Encontramos desde pequeñas manadas de "pseudo" ciervos a largatijas gigantes, pasando por sapos o incluso una colina andante.

Para pararles los pies podemos usar 8 tipos de armas, aunque no todas están disponibles de primeras. Antes de poder acceder a ellas tendremos que aprender a crear una forja (algo de lo que hablaremos más adelante), y muchas de las mecánicas del juego. 

Entre estas armas hay katanas, arcos, martillos, paraguas wagasa (que también actúan de escudo)... hasta un arma mutante con 5 formas distintas. Cada una de estas armas abraza un estilo de juego distinto, así como unos combos o velocidad de ataque completamente diferentes.

Además, al derrotar a un Kemono, podemos despedirlo de manera honorable, con un remate que es distinto con cada tipo de arma y que es un espectacular broche a los intensos combates.

Karakuri, el invento sorpresa de los "cazaduris"

Pero sin ningún tipo de duda, el factor diferenciador de Wild Hearts es el llamado Karakuri, una tecnología que nos permitirá levantar trampas y "edificaciones" para ayudarnos de diversas formas, desde desplazarnos a inmovilizar a las bestias y más usos... entre ellos ayudarnos a reconstruir el mundo.

Es una nueva función que, salvando las distancias, de algún modo nos han recordado a Fortnite y va incluso más allá, ya que aquellos Karakuri que no sean destruidos por los Kemono en el fragor de la batalla (o por el jugador) permanecerán en el mundo de manera permanente.

Habrá dos tipos de Karakuri, uno que será útil en el combate, y otro que podremos usar fuera de él. En la primera categoría, comenzaremos con cosas muy básicas, como bloques apilables, que en la parte superior tendrán un trampolín para ganar altura y realizar ataques en caída muy demoledores.

También hay otros trampolines que nos propulsarán en una dirección, o trampas como una enorme maza que aporreará a los Kemono cercanos. O incluso hasta una bomba. 

La forma de "plantar" el Karakuri es muy simple: pulsamos LB/L1 y aparece la marca que nos indica dónde plantaremos la pieza en cuestión (nos podemos mover para ajustar la posición). Cada Karakuri está asociado a un botón frontal (podemos elegirlo nosotros) y bastará con pulsar ese botón para que aparezca el Karakuri.

Lógicamente, los que hemos mencionado se van desbloqueando a medida que avanzamos, aunque para conseguir algunos Karakuri tendremos que realizar alguna acción en combate que "nos inspire".

El uso del Karakuri está limitado por un contador, que rellenamos recopilando materias primas como madera o al atacar a los puntos débiles de los Kemono. En el fragmento que hemos jugado, no nos hemos quedado nunca a cero.

Para mejorar la cantidad de Karakuri que podemos usar, tenemos que interactuar con puntos de interés como los llamados "fosos del Dragón", que nos permiten cambiar los objetos que vamos consiguiendo por mejoras para nuestro personaje (aumento de stats, más cantidad de Karakuri).

El otro tipo de Karakuri es más de soporte y apoyo, o incluso para recorrer Azuma. Así, gracias al Karakuri podremos levantar tiendas de campaña (o campamentos), así como fuegos donde cocinar, una forja, sistemas para secar alimentos... 

... o incluso torres de caza para abatir presas desde la altura o incluso una suerte de gigantesca ballesta para lanzar una tirolina. Por haber, habrá incluso Karakuris que se encargarán de proveernos de alimentos (como una jaula que pescará por nosotros). ¿Habrá algo como una granja o campo para sembrar? Veremos.

Del mismo modo, todo está bloqueado de primeras, y tendremos que usar lodos de los fosos de Dragón y otros materiales para poder ir desbloqueando estos Karakuri, que además se pueden potenciar usando los orbes que obtenemos al acabar con los Kemono. Parece un trabalenguas, ¿verdad? 

Es un sistema con posibilidades, al igual que sucede con las opciones para forjar y mejorar las armas (será posible deshacer los cambios y recuperar los elementos usados si no estamos satisfechos).

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Cacerías cross-play para tres jugadores

Como sucede en este tipo de juegos, el cooperativo es una parte central de la experiencia de Wild Hearts, y en esta ocasión hasta tres cazadores pueden juntarse para dar cuenta de los Kemono.

Pero a diferencia de Monster Hunter y sus tabernas para unir a los jugadores, aquí quieren que jugar con amigos sea más fácil y ágil, y que los jugadores puedan unirse en cualquier momento, aunque ni siquiera estén en la misma misión o momento del juego.

Los amigos que quieran jugar juntos pueden reunirse en los campamentos (recordemos, los puedes crear con Karakuri), y juntos pueden disfrutar de todo, incluidas las escenas de vídeo o las tareas secundarias.

Puedes unirte a otros dos jugadores y lanzarte directamente a una cacería, teniendo en cuenta que, a más jugadores, más Karakuri y las opciones combinadas que ello abre.

Y no sólo eso, también abre la puerta a todo tipo de estrategias. Por ejemplo, existe la posibilidad de escalar a cualquier Kemono con un sistema parecido al de The Legend of Zelda Breath of the Wild, algo que permitirá atacar puntos débiles y obtener materiales.

De hecho algunas partes del Kemono se romperán, como en el juego de Capcom, logrando materiales adicionales y que la bestia enfurezca aún más (de hecho, a lo largo del combate irá cambiando su aspecto, con zonas de color lava para indicar su enfurecimiento extremo).

Del mismo modo, cuanto más se caza, más materiales se obtienen y más armamento y armaduras se pueden craftear, que es otro de los elementos recurrentes en este tipo de juegos. Podrás repetir las cacerías de los enemigos vencidos.

Además, los mundos de cada jugador son "persistentes", y podrás ver los Karakuri que han levantado, bien para progresar en el mundo, o que han sobrevivido al fragor de un combate.

Lo mejor de todo es que Wild Hearts será Crossplay desde el mismo día de lanzamiento, es decir, tendrá "juego cruzado" y podrás jugar con amigos indistintamente de la plataforma en la que esté cada uno, ya sea PS5, Xbox Series X|S o PC.

Y si eres de los que prefieres jugar sólo, tranquilo. Aquí no tenemos Felines, pero en su lugar podremos encontrar Tsukumos, una suerte de ¿robots? de apariencia esférica que se convertirán en nuestros leales compañeros y nos permitirán desplegar algunas técnicas especiales.

Wild Hearts, primeras impresiones

Como jugador "veterano" de Monster Hunter (de las entregas de PSP sobre todo) y años después de Monster Hunter Rise, debo reconocer que este primer contacto con Wild Hearts me ha gustado más de lo que esperaba.

Es una fórmula familiar, pero al mismo tiempo distinta. El Karakuri cambia el ritmo y sensaciones de las cacerías, al tiempo que abre la puerta a la experimentación, a que los combines y uses de maneras distintas. Y si juegas en equipo, pues aún más.

Desde Koei nos dijeron que tenían curiosidad por ver hasta dónde van a llevar este sistema los jugadores, y yo tengo curiosidad por ver por dónde lo van ellos en el resto del juego. 

Lógicamente estamos a casi 5 meses del lanzamiento, y los gráficos no están terminados, pero ya presentan detalles de calidad en el mundo, pero sobre todo, en el diseño de los Kemono, que es lo más impresionante del juego, así como su capacidad para arrasar el escenario.

Sin duda, un título con muchas papeletas para encandilar a los amantes de las cacerías de monstruos y Monster Hunter. El problema es que en el calendario de lanzamientos de 2023 febrero de 2023 ya se está convirtiendo en uno de los meses más "apelotonados" del año, y eso puede jugar en su contra.

Pero si lo que he jugado es indicativo del producto final, Wild Hearts es un título al que seguir la pista en los próximos meses.