Análisis de Another World remasterizado para Nintendo Switch

Another World (también conocido como Out of This World) fue uno de esos juegos que me impactó hace 25 años. Era un título que no se parecía a nada que hubiera jugado antes. La aventura de Delphine Software, desarrollada por Eric Chahi y con banda sonora de Jean-Fraçois Freitas, era un paso firme hacia la madurez del videojuego, entendido desde un punto de vista argumental, sonoro y visual. El gameplay, sin embargo, era uno de sus puntos débiles. 

Estaba diseñado como una aventura de plataformas, con puzles y disparos, pero bajo la superficie se trataba de un juego parecido a las recreativas basadas en Laserdisc tipo Dragon´s Lair o Space Ace, en que las interacciones del jugador estaban muy limitadas, y bastaba con pulsar la dirección (o el botón de ataque) en el momento adecuado para contemplar una espectacular película de dibujos animados. De modo que para avanzar en Another World, estábamos obligados a memorizar una secuencia de movimientos, aprendidos mediante el doloroso procedimiento de ensayo y error. Es cierto que teníamos más libertad que en los juegos mencionados anteriormente, pero cada situación se resolvía de un modo (y sólo uno).

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Y eso es precisamente lo que le ocurría a Another World (y le sigue ocurriendo a la versión remasterizada para Nintendo Switch). Todavía impresiona esa secuencia de introducción, con animaciones en rotoscopia (dibujadas sobre el movimiento de un actor) y gráficos vectoriales. Y sigo pensando que hay pocos títulos que plasmasen un mundo de fantasía de un modo tan elegante y único. Pero en cuanto comenzamos a jugar, también se hacen patentes las "flaquezas" del original.

Un modo de superarlo

Pronto recordamos el modo de superar el desarrollo. Salir del estanque y correr con Lester (el protagonista) hacia la derecha, evitar el ataque de unas babosas con aguijón, y llegar hasta la bestia de fauces enormes. Dar la vuelta y saltar hacia una liana, que se rompe y nos da un poco de oxígeno para volver a un lugar seguro... No sigo porque os podría destripar el "walkthrough" completo. Una vez que lo hemos interiorizado, Another World se disfruta como una película de ciencia ficción que sigue siendo emocionante y está narrada con buen pulso. Eso sí, s puede superar en unos veinticinco minutos, y no hay recompensas que nos animen a repetir. 

El apartado técnico también se conserva en buena forma. Uno de los "trucos" de Another World era su construcción con gráficos vectoriales y texturas planas. Sólo de este modo se podía almacenar un juego así de complejo en un espacio reducido (la versión de Switch supera por poco los 170 MB). El modelo de los personajes era muy simple, hasta para tratarse de un juego de hace veinte años, pero los cambios de plano, la iluminación, los escenarios minimalistas y unas animaciones muy suaves siguen funcionando para que haya envejecido estupendamente. 

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Another World remasterizado

El "remasterizado" es sutil. Tanto que al comienzo del juego me parecía estar de nuevo frente a la versión original, pero en cualquier momento podemos pulsar el botón Y para tener los gráficos clásicos, mucho más pixelados y con fondos menos detallado. Y también podemos seleccionar el sonido original en el menú. 

Algunos movimientos -especialmente los cambios de dirección y los saltos en carrera- son imprecisos, pero parte de la gracia de Another World está también en esa dificultad que se puede disparar en algunos tramos. Por no hablar de la solución "rocambolesca" de algunos puzles (como el que implica vaciar un estanque de agua, que recordarán todos los que lo hayan probado).

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Con todo, el juego se sigue disfrutando, gracias a su historia, ambientación, una narrativa que no necesita diálogos (ojo que está en español neutro y algunas expresiones como "manejar" el Ferrari suenan un poco extrañas) y una dirección artística que se mantiene actual. 

La versión de Nintendo Switch

En esta ocasión, el formato (Nintendo Switch) nos ofrece las ventajas de jugar tanto en modo TV como en portátil, pero conviene señalar que el juego ya lleva unos años disponible en dispositivos Android (salió coincidiendo con el 20 aniversario) y la versión de Switch no añade extras (aparte de la posibilidad de escoger entre tres niveles de dificultad). Por otra parte, tiene un precio muy asequible: por menos de diez euros podemos llevar en nuestra consola una parte de la historia.

Si tenéis tan buenos recuerdos de este juego como nosotros (y aprovechando que su "secuela espiritual" Flashback también se encuentra disponible para la consola, seguro que merece la pena volver a este mundo extraño, silencioso y hostil que marcó una época.