Análisis de Chocobo's Mystery Dungeon EVERY BUDDY! para Nintendo Switch y PS4

Chocobo's Mystery Dungeon EVERY BUDDY! es el nuevo spin-off de la saga Final Fantasy, que llega para los amantes de la franquicia de Square Enix poseedores de PS4 o Nintendo Switch. Aunque la palabra nuevo es relativa, ya que se trata de una versión remozada y adaptada del título publicado en 2007 para Wii y Nintendo DS.

El paso del tiempo trae diversas mejoras a la propuesta, además, claro está, de las concernientes al apartado visual. Uno de los mayores atractivos de Chocobo's Mystery Dungeon EVERY BUDDY! es la inclusión de un modo cooperativo para dos jugadores. Un aspecto ideal para disfrutar su historia en compañía, lo que siempre provoca que se ganen enteros. Más del que ya tiene de por sí un nuevo juego protagonizado por estas adorables mascotas.

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Las mascotas al frente

Una historia que de por sí, no tiene demasiado atractivo. Pero que en este caso pasa a segundo planos. Es difícil profundizar en una trama con un Chocobo como protagonista, ya que solo dicen 'Kweh! Kweh!', pero estos polluelos tienen mucho encanto. Además, hacen acto de presencia personajes icónicos de la saga Final Fantasy, como Cid, quien tiene una gran incidencia en el devenir de la trama. Además de otros personajes como Moguris, Cactilios y el resto de habituales. Eso sí, el juego está completamente en inglés, lo que puede ser una losa para muchos. 

El juego comienza con Cid y Chocobo entrando en una torre en mitad del desierto para encontrar un tesoro. Pero alguien se les adelante y aparecen en un extraño mundo en el que pasan cosas ídem. Dicho lugar lo habitan personajes de lo más extravagantes, entre los que se encuentra el alcalde, quien asegura que la mejor forma de vivir es olvidar los problemas. Y allí no se acuerdan de ellos, ya que la campana que preside la plaza de ese misterioso sitio hace perder la memoria de la población. Pero el Chocobo, gracias a un bebé que cae desde el cielo (en serio) encontrará la solución para entrar en las mentes y recuperar la armonía. 

Podría decirse que, a lo largo de su larga aventura, el juego se divide en dos segmentos. Uno en el que encontramos el clásico juego RPG, con personajes con los que interactuar para comprender mejor la trama, comprar objetos y nuevos elementos; y otro que es la principal esencia de Chocobo's Mystery Dungeon EVERY BUDDY!, que nos lleva a explorar mazmorras repletas de enemigos y tareas que realizar. 

Mazmorras para chocobos valientes

El juego nos lleva a través de mazmorras que se generan de forma procedural, y que cobran vida cuando movemos a nuestro Chocobo por el lugar, tratando de buscar la salida hacia un nuevo nivel, generalmente custodiado por un poderoso jefe final. Vamos, lo que viene a ser un roguelike.

En estas mazmorras nos encontramos a enemigos de todo tipo a los que nos enfrentamos, como no podía ser de otra manera, por turnos. Pero bajo una propuesta más dinámica y en la que tenemos el control en todo momento. Si varios enemigos nos encierran, podemos tratar de alejarnos hacia otra parte del escenario para poder embestirlos de uno en uno y facilitar nuestro propósito.

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Cuando más exploremos los niveles de Chocobo's Mystery Dungeon EVERY BUDDY!, más recompensas podremos obtener, ataviando a nuestro personaje con un equipo que mejore sus estadísticas y haga más sencillo cumplir el objetivo. También es vital encontrar comida para mantener elevado el nivel de hambre del Chocobo, que como buena mascota quiere comer. Además de para tener las fuerzas necesarias para acabar con los peligros que le acechan.

Chocobo's Mystery Dungeon EVERY BUDDY! no inventa la rueda ni en el género de los RPG ni en el subgénero dungeon crawler, pero tiene aportaciones muy interesantes. Como la posibilidad de cambiar de "trabajo", aspecto visto en otros juegos semejantes -incluso de la saga Final Fantasy- en los que, en función de la que escojamos, nuestro estilo de combate y habilidades variarán. Aunque pueden cambiarse periódicamente.

ChocoDos

Pero, como el nombre del juego remarca, también podremos estar acompañados de un segundo personaje, que bien puede ser controlado por la máquina o por otro jugador en la faceta cooperativa. Este apartado tiene la curiosidad de que al derrotar a un enemigo incrementaremos afinidad con ellos e incluso podremos hacer que se unan a nuestro equipo. Es con esta adición con la que el conjunto gana muchos enteros, especialmente disfrutándolo en compañía.

La aventura tiene en estos tintes estratégicos la variedad suficiente para entretener en todo momento. Además, a medida que avanzamos, las mazmorras se vuelven más exigentes, y no bastará con andar como pollo sin cabeza -nunca mejor dicho- por el mapeado, sino que tendremos que pensar qué lugar es mejor para hacer frente a los enemigos. Aunque, eso sí, se echa en falta más variedad en este aspecto, ya que las mazmorras suelen ser muy mecánicas y los objetivos son simplotes. Esto provoca que el juego sea ciertamente repetitivo. Afortunadamente, no se trata de un juego demasiado difícil. 

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Con el paso de los años, tampoco se aprecian demasiadas mejoras en el apartado visual. Cumple especialmente en los escenarios narrativos, donde desprende la belleza habitual de la franquicia. En las mazmorras, principal aliciente a priori, se le notan los años y ofrece un acabado que resulta poco atractivo. Además, con respecto a la versión original se ha suprimido el minijuego Pop-Up Duel de cartas coleccionables. 

Aun así, es una grata propuesta, tanto para los neófitos en Final Fantasy como para, sobre todo, los fieles al universo de Square Enix, que verán complementada su experiencia con una de las sagas más queridas del mundo de los videojuegos.