Análisis de The Legend of Dragoon, el RPG para PlayStation

Recuperamos nuestro análisis de The Legend of Dragoon, el JRPG desarrollado por SCE Japan Studio y publicado en exclusiva para la primera PlayStation en 2001. En su momento gozó de una popularidad relativa, debido especialmente a que las reviews de los medios especializados no fueron todo lo excelentes que deberían, debido a su gran parecido con la saga Final Fantasy.

Pero la aventura de Dart, Rose, Shana, Lavitz y el resto de los Dragoon se grabó a fuego en la mente de todos aquellos que la jugaron en su momento, convirtiéndose con el paso del tiempo en un clásico de culto, y en uno de los juegos que más se mencionan cuando se habla de recuperar franquicias olvidadas (Dart estuvo a punto de llegar a PlayStation All-Stars Battle Royale como personaje DLC).

Por eso, y porque hoy nos hemos levantado nostálgicos, os traemos el análisis de The Legend of Dragoon que se publicó en el número 113 de la revista Hobby Consolas. ¿Retomará Sony la franquicia algún día?

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Tras comprobar el éxito que han cosechado los juegos de rol durante los últimos años, Sony ha decidido, por fin, entrar en el género por la puerta grande. Aunque para ello haya tenido que seguir los pasos de la saga de aventuras de mayor renombre en la historia de PS.

El hijo ilegítimo de «Final Fantasy»

Después de las expectativas que «The Legend of Dragoon» había levantado en el pasado E3, la verdad es que la beta que pudimos jugar hace unos 6 meses nos dejó completamente desorientados por lo primitivo de su estado. Afortunadamente algunos retrasos, además de acabar con nuestra paciencia, también sirven para limar las asperezas de las primeras versiones y convertir un título prometedor en uno de los juegos de rol más largos y cuidados del catálogo de PlayStation.

Rol a lo «Final Fantasy»

Sin embargo, estamos seguros de que tras echar un vistazo a las primeras pantallas más de uno ha pensado de que se trataba de una nueva entrega de «Final Fantasy», y debemos reconocer que no andaría del todo desencaminado. No es que la licencia de Squaresoft haya cambiado de manos, pero en lugar de arriesgarse con un nuevo sistema de juego los muchachos de Sony han decidido recuperar los combates por turnos, los escenarios prerrenderizados con protagonistas poligonales, la ambientación medieval fantástica... en fin, las señas de identidad de cualquier «Final».

Con todo, no penséis que «The Legend of Dragoon» carece de sus propias señas de identidad. Su "personalidad" radica en ligeros cambios en el esquema tradicional, especialmente en el sistema de combate, que en su mayoría consiguen agilizar el juego. Para empezar, al igual que ocurría con «Vagrant Story», los enfrentamientos combinan turnos de ataque con la ejecución de combos, pulsando los botones en el momento adecuado, y aunque pueda parecer complicado, de este modo se consigue salvar el principal escollo de cualquier título del género: la lentitud de las batallas.

Su falta de originalidad se compensa con un desarrollo DINÁMICO, un buen apartado técnico y una enorme DURACIÓN

Gran parte de este logro se debe a la práctica desaparición de los conjuros mágicos, que resultan limitados si los comparamos con la cantidad de especiales y objetos que tendremos a nuestra disposición a lo largo de 4 CDs que ocupa la aventura. Sin embargo, el hilo conductor del juego son unas poderosas armaduras (algo así como las de "Los Caballeros del Zodiaco") que dotan a nuestros guerreros de demoledores golpes especiales, el único modo de que nuestros 7 protagonistas -siempre en grupos de tres- atraviesen uno de los mundos más grandes que hemos visto en un juego de este tipo. 

Por su parte, la épica historia que sirve de excusa a nuestra aventura no sólo se apoya en la exploración de los bellísimos escenarios estáticos que componen el mundo de Serdio, sino que por vez primera aprovecha elementos característicos de las aventuras de acción (como puzzles, enemigos con IA a los que debemos sortear o laberintos) para "animar" cada uno de los niveles por los que tendremos que guiar al grupo.

Estamos de acuerdo en que quizá estos elementos no sean suficientes para superar la falta de originalidad que acusa «TLOD» (especialmente comparado con «FFVII», con el que comparte un buen número de situaciones) pero la superioridad técnica del juego de Sony lo convierte en un duro rival para la obra maestra de Square. Y eso sin olvidar detalles tan refrescantes como los indicadores activos (que nos indican cómo y cuando actuar en cada pantalla) los minijuegos e incluso el doblaje de CGs y combates, detalles que sin resultar determinantes, consiguen «The Legend of Dragoon» recupere un encanto perdido por culpa de un apartado visual algo atrasado.

Eso sí, el estigma que este título no ha conseguido borrar ha sido cierta linealidad. Tanto por un diseño del mapa que nos obliga a viajar de una a otra población atravesando una senda predeterminada, como por una sucesión de objetivos más que evidente (que no sencilla) echamos de menos mayor capacidad de decisión en nuestro itinerario, aunque a la larga no influye en la capacidad de diversión de las más de 80 horas de juego.

Parece que, finalmente, tras los infructuosos intentos de «Granstream Saga» o «Legend of Legaia», Sony ha dado en el clavo con un juego de rol, aunque nos dé la impresión de que no todo el mérito sea suyo.

• Gráficos: 87

Los protagonistas no son "superdeformed" aunque no llegan al nivel de detalle que cabe esperar, y en cuanto a los escenarios renderizados, son impresionantes.

• Sonido: 94

A unas bonitas melodías, une el doblaje a nuestro idioma a nuestra idioma de CGs y movimientos de combate, y todo eso con unos logrados efectos especiales de fondo. Impecable.

• Jugabilidad: 88

El nuevo sistema de combate es un acierto, y le da al juego un aire mucho más dinámico, pero se podían haber mejorado pequeños detalles, como la detección de objetos móviles.

• Diversión: 91

No sólo se trata de un juego mastodóntico, sino que resulta mucho más activo y variado que la mayoría de los de su género. Eso sí, peca de cierta linealidad en el desarrollo.