Análisis de The Mummy Demastered en PS4, PC, One y Switch

La historia del videojuego ha dejado grandes licencias de películas convertidas en horrorosos productos, muchos aventuras y arcades, que poco o nada tenían que ver con el film. Ahora, ahora, en pleno siglo XXI, se da justo el caso contrario… o al menos en el caso de The Mummy Demastered. Wayforward, el estudio encargado de resucitar algunas IPs famosas como Double Dragon (con Double Dragon Neon) o Contra (con el inédito en Europa Contra 4) también ha alumbrado la genial serie de plataformas Shantae. Títulos que, en muchos casos, apuntan claramente a un nicho, y en muchos casos, generan sensaciones encontradas. Con The Mummy Demastered puede pasarte algo parecido, dependiendo del tipo de jugador que seas.

The Mummy Demastered está ligerísimamente ligado con The Mummy, la película de Tom Cruise apaleada, y con razón, por la crítica. Como hemos dicho, “ligerísimamente”, porque aquí ni hace falta haber visto la película para seguir la historia: la princesa Ahmanet ha despertado sus poderes, desatando la oscuridad sobre la Tierra, resucitando a los muertos y amenazando a la humanidad. Vamos, nada tremendamente original. Nosotros jugamos como un agente de Prodigium, una organización preparada para plantar cara a este tipo de amenazas paranormales. Y, ahí, salvo por un par de guiños más, se acaban prácticamente toda relación con la película. Todo un acierto, porque el juego cuando menos es resultón, bajo el desarrollo y mecánicas de un metroidvania, pero añadiendo por el camino a la ideas propias.

Con The Mummy Demastered, lo más correcto sería decir que combina ideas de run & guns como Contra (disparamos en 6 direcciones, con acción constante) y de aventuras al estilo Metroid o Castlevania, en el sentido de que podemos recorrer libremente un mapa, consiguiendo habilidades o nuevo equipo que nos permitan acceder a nuevas zonas, sin olvidar que los enemigos reaparecen al volver a entrar en un área ya visitada, que abundan las zonas plataformeras o que hay salas específicas para guardar la partida.

La muerte en The Mummy Demastered

La novedad aquí es que, al ser un agente, no conseguimos poderes “paranormales”. Lo que vamos desbloqueando son armas (siete, como una escopeta o un lanzallamas, aunque sólo podemos llevar dos a la vez), granadas y aumentos de barra de vida aparte, y podemos conseguir una especie de reliquias que nos confieren “poderes” más mundanos: agarrarnos a techos, ganar velocidad al correr en una dirección… Son todo habilidades orientadas a avanzar por el mapa, nada de magias o cosas raras. Aparte de este detalle, la otra gran novedad de The Mummy Demastered radica en la muerte de nuestro personaje. Cada vez que caemos, Ahmanet lo resucita como un zombi, y debemos regresar con otro agente (visualmente idéntico) para derrotarlo y recuperar todos nuestros objetos (habilidades incluidas). Es decir, nos enfrentamos a un zombie mejorado capaz de usar armas con un agente “raso”, sin mejoras de ningún tipo (ni vida, ni granadas… nada).

Este original sistema puede resultar frustrante, como el resto del juego, si no estás “rodado” en el género. Derrotar a uno de estos zombis puede ser pan comido o una pesadilla, dependiendo de si dominas o no en el género y del lugar donde hayas muerto. Por ejemplo, al principio hay una zona en las que no paran de aparecer murciélagos, y si no avanzas rápido o tu habilidad va justita, puedes morder el polvo repetidas veces. Otras veces es más más sencillo: palmarás durante el duelo con un jefe final (arañas gigantes, saurios gigantescos…) y podrás recuperar tu equipo justo antes de empezar el duelo… siempre y cuando hayas guardado en la sala cercana que suele haber siempre. El problema de este sistema es que, nada más morir, el juego guarda la partida, obligándonos a enfrentarnos a estos zombis mejorados para recuperar el equipo. Y este es uno de los problemas.

En estos duelos con zombis mejorados siempre perderemos vida, obligándonos a repetir algunas secciones del mapeado (derrotando a enemigos para que suelten esferas de energía), para volver a tener todo al 100%... por lo que siempre es más fácil cargar la partida antes de morir para evitar este repetitivo proceso. Que no es que lleve demasiado, pero rompe un poco el ritmo del juego al tener que repetir algunas secciones para volver a enfrentarnos a un jefe. Su otro inconveniente, más allá de que los poderes sean “mundanos”, es su duración. A un jugador medianamente experto en el género le puede llevar 4-5 horas terminarlo, aunque sólo habrá visto una parte. Hay 50 documentos escondidos, más las mejoras y armas… y es probable que no consigas todo en una primera vuelta. Si quieres ver el 100% del mapa y conseguir todo, puede llevar fácilmente unas 10 horas.

Look de 16 bits

Tampoco hemos hablado de la parcela audivisual… que es otra de las grandes bazas del juego. Su “look 16 bitero” le sienta de verdadera maravilla, y retrotrae a tiempos pretéritos. Pero ojo, que también cuenta con efectos y detalles más actuales (como niebla) que le sientan de verdadero lujo. Si te criaste en la era de SNES, es un juego que en lo gráfico te convencerá, aunque el diseño de algunos enemigos peca de básico y no todas las zonas del mapeado (cuevas, grutas…) son igual de brillantes.

Pero donde realmente triunfa, es en la banda sonora. Buenos efectos y sobresalientes melodías con sintetizador que nos transportan a los años 80/90, con partituras siempre pegadizas que acabarás tarareando aunque no quieras. Y eso es, a grandes rasgos, todo lo que ofrece The Mummy Demastered, una aventura metroidvania con algunas ideas propias que pueden frustrar, no demasiado larga (sobre todo para los no completistas), y con una buena realización técnica.

Si lo miramos en el marco de Switch, lo cierto es que la consola de Nintendo ofrece ya buenos exponentes de este subgénero, como Steamworld Dig 2 o Axiom Verge, frente a los que The Mummy Demastered queda ligeramente por detrás, aunque sin desmerecer para nada sus logros: como licencia de una película, supera y con creces los logros de la cinta…