Análisis de Power Rangers Mega Battle para PS4 y One

Está claro que los 90 están volviendo con fuerza gracias a montones de series y pelis "resucitadas" y Power Rangers es una de las más claras. Si la película de Power Rangers da mucho que hablar por sus actores y diseños, estaba claro que de una forma u otra tendríamos a los guerreros de colores de vuelta a los videojuegos.

El elegido ha sido Power Rangers Mega Battle, un título descargable que nos quiere devolver la nostalgia a varios niveles. Por un lado, recupera a todos los personajes clásicos, desde los propios rangers hasta Rita Repulsa o Goldar (y sí, cientos de masillas); por otro, su planteamiento jugable apuesta por el beat 'em up más clásico, ese que otras licencias como Tortugas Ninja, Los Vengadores o Los Simpson hicieron grandes en los 90.

Así, hasta cuatro jugadores (solo en modo local, ya que incomprensiblemente no hay modo online) pueden cooperar avanzando por los escenarios mientras eliminan a los masillas que salen al paso, amén de otros enemigos algo más correosos e incluso jefes finales. Por el camino, podemos encontrar orbes que restauren nuestra salud o energía o que incluso nos den experiencia con la que mejorar nuestras habilidades más adelante.

El jefe final de cada nivel (hay 6 niveles, divididos en 3 áreas) culmina con el obligatorio duelo con su versión gigante, momento en el que nos toca llamar a los Dinozords. Una escena animada (por decir algo) da paso a un minijuego en el que, como Megazord, hemos de disparar a los puntos débiles del monstruo gigante y a los disparos que nos lance. Después, una serie de QTEs nos sirven para atacar al rival con una estética similar a la de los juegos de lucha uno contra uno.

Ahora bien, la mayoría del tiempo estamos peleando "a pie" con nuestros rangers. Es más, al comenzar la partida ni siquiera estamos transformados, por lo que hemos de acumular algo de energía a base de golpear a los rivales antes de llegar a ese punto. Es tan innecesario como molesto. Por cierto, aunque nuestro progreso se salva al superar cada zona, no tenemos vidas, de tal forma que si nos matan hemos de volver al principio (lo cual puede suponer unos 10 minutos de juego tirados a la basura). Por suerte, la mayoría de los puntos de experiencia sí se conservan en Power Rangers Mega Battle, por lo que tarde o temprano acabaremos subiendo de nivel y volviéndonos más eficaces.

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En cuanto a nuestras habilidades, todos los rangers tienen prácticamente los mismos movimientos, aunque varían en su velocidad, contundencia y alcance. Tenemos golpes cuerpo a cuerpo, en el aire o disparos, que necesitan tener suficiente energía para activarse. Disponemos de algunos combos y al avanzar desarrollamos la capacidad de activar un modo "veloz" en el que golpeamos más rápido temporalmente. Lamentablemente, eso no evita que a partir del tercer nivel la dificultad se dispare y resulte frustrante abordar algunos duelos en los que se nos obliga a ejecutar movimientos muy concretos que, por otra parte, cuesta mucho mostrar porque el control es bastante durito. Por cierto, podemos elegir entre los 5 rangers originales, pero a partir de la mitad del juego desbloqueamos al icónico ranger verde.

El apartado gráfico es, como mínimo, extraño. Todo está recreado a base de sprites, lo cual mola de cara a la nostalgia, pero los personajes tienen un aspecto cabezón que resulta feúcho y que para nada tiene que ver con el de la serie. Por otro lado, el sistema de animación y coloreado recuerdan a los vídeos flash... Quedan "artificiales", por así decirlo, además de que los enemigos se repiten más que el ajo. Los fondos tienen algo más de gracia, pero en todo caso todo tiene más pinta de juego de navegador que de consola. Además, tanto las escasas voces (grabadas de la serie) como los textos están en inglés. Eso sí, el tema principal de "go, go, Power Rangers" sí que aparece. ¡Se agradece!

Así, Power Rangers Mega Battle podía haber molado más como juego de la vieja escuela, pero en absoluto esperéis un producto tan sólido como un Final Fight o un Streets of Rage. Más bien, terminaréis exclamando un "ay,ay, ay, ay" como hace nuestro amigo Alpha 5.