Crítica de El Cid temporada 2 - Más épica, más adictiva, más ambiciosa y espectacular

Ha llegado la hora de que nos reencontremos con Ruy Díaz de Vivar en Prime Video: la producción de Zebra estrena su segunda temporada de El Cid mañana 15 de julio y nos ofrece cinco nuevos episodios de unos 50 minutos de duración con un colofón final algo más largo que supera la hora. 

"Promesas y tentaciones", "La carga del deber", "Viento de guerra", "Emboscada" y "El camino del odio" son los títulos de estos nuevos capítulos que dejan ya entrever que el tema central de la serie El Cid sigue siendo la lealtad y la traición.

Debido a que en la particular Juego de tronos de Prime Video se ha optado precisamente por la espectacularidad y por elevar la apuesta desde apartados como el diseño de producción y los efectos especiales, en esta segunda temporada el personaje central interpretado por Jaime Lorente queda algo eclipsado por los que estaban llamados a ser secundarios pero tienen un enorme peso específico detentando el poder y, hasta ahora, dirigiendo el destino del fiel vasallo de Sancho.

Si la primera temporada de El Cid cerraba el arco del reinado de Fernando, ahora se abre otro melón de lo más interesante: las guerras fratricidas entre sus hijos, tentados por una parte por hacerse por territorios que consideran suyos y, por otro, por temer el ataque de sus hermanos. Así, ya sea por aspiración propia o por miedo, el conflicto está servido.

Recordemos que Sancho recibía por herencia el Reino de Castilla, Alfonso el de León y García el de Galicia mientras que Urraca y Elvira tenían que conformarse con ser Señoras de Zamora y Toro respectivamente.

Urraca sigue enfrentada a su hermano Sancho y moviendo los hilos para apoyar a Alfonso en sus aspiraciones, convirtiéndose en su mano derecha. Su hermana Elvira suspira por Ruy, que volverá a caer rendido en los brazos de Amina aunque aspire a conseguir el amor de Jimena. Y entre tanto el joven García será menospreciado por el resto, que lo consideran el eslabón más débil y fácil de romper.

La inquebrantable lealtad de Ruy hará que obre incluso contra sus principios con tal de satisfacer los deseos de su rey. Sancho seguirá tensando la cuerda hasta romperla. Y así es como el personaje que Jaime Lorente defiende con uñas y dientes se despide de su juventud y entra en una nueva etapa a la finalización de la temporada: llega el momento de la madurez y de la toma de decisiones consciente para alejarse de un rey injusto y desatado cuya sed de poder es inagotable.

La temporada 2 de El Cid ha dado el estirón exactamente igual que le sucede a su protagonista central: hechas las presentaciones en la temporada inicial y repartidos los dominios de Fernando a cada uno de los reyes le toca asumir un mando para el que algunos de ellos no están preparados, bien por inmadurez o por exceso de celo. 

Por el camino se enmiendan además algunos de los problemas de los primeros episodios: en esta segunda tanda todos ellos terminan en cliffhanger con una sorpresa final que hace que resulte de lo más adictiva y el ritmo sea mucho más satisfactorio.

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El Cid - Carteles de personajes (7 imágenes)

Quienes la vean con las gafas de historiadores y no tanto con la de espectadores de una ficción inspirada de forma parcial en hechos históricos tendrán sus motivos para echar espumarajos por la boca porque las fuentes son muy limitadas y los guiones se toman sus licencias para rellenar huecos o crear eventos más o menos impactantes (como la causa de la muerte de Sancha), pero hay que reconocerle a la serie su ambición y su buen hacer en cada uno de los apartados técnicos y artísticos: desde la iluminación hasta el vestuario pasando por el diseño de producción con batallas multitudinarias muy bien rodadas y postproducidas para darles una mayor escala y una banda sonora con personalidad propia compuesta por Gustavo Santaolalla, ganador del Oscar por Brokeback Mountain y Babel, y Alfonso González Aguilar, compositor de la película de animación Klaus.

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Destacan también las interpretaciones de Jaime Olías y Alicia Sanz, en gran parte por su excelente trabajo para meterse en la piel de sus personajes pero sobre todo por la forma en la que los guiones explotan su carisma y su química en pantalla y les permiten mostrar una enorme evolución como personajes.

En suma, la segunda temporada de El Cid regresa con fuerza sacándole un gran partido a los enclaves de rodaje y haciendo crecer una historia que nos lleva más allá del mito para internarnos en unos tiempos oscuros y difíciles que sabe estilizar y actualizar para mantener un correcto equilibrio entre acción y drama. Y con un gancho final irresistible que cambia por completo las tornas. ¡Deseando ver más!