Crítica de CODA: Los sonidos del silencio, nominada a 3 premios Oscar

Sorpresa: CODA: Los sonidos del silencio se postula en tres categorías fuertes de los premios Oscar 2022 como son mejor película del año, mejor guión adaptado y mejor interpretación para el actor secundario Troy Kotsur.

Lo cierto es que sus posibilidades, en cualquiera de las tres categorías, son bastante limitadas, pero no deja de ser curioso que la encontremos compitiendo por la estatuilla dorada entre lo más granado del cine del año en el que encontramos títulos como Dune, Belfast, West Side Story, No mires arriba, El poder del perro o El callejón de las almas perdidas, por nombrar solo las más fuertes.

El estupor viene por duplicado cuando se aprecia otro dato: es el remake de una película francesa encantadora titulada La familia Bélier, que vio la luz en 2014 y tenéis disponible en Prime Video, por si queréis echarle un ojo para poder compararlas. Estuvo nominada como mejor comedia en los Premios del Cine Europeo y obtuvo seis nominaciones a los César.

El secreto de su éxito era su natualidad, su aparente sencillez y un metraje con un montaje muy dinámico en el que los diálogos "hablados" y las conversaciones en lengua de signos volaban por la pantalla para hacernos llegar una historia de maduración de la protagonista.

Los Oscar incluirán una categoría de votación popular para premiar las películas favoritas del público

El remake estadounidense le amputa a la historia algunos aspectos que eran fundamentales: el más importante de todos ellos, la tradición musical y la fuerza de las canciones en las que el mensaje de lo que estaba sucediendo llegaba alto y claro mediante la melodía y la letra, tremendamente precisa.

El sentido del humor es otro de los grandes perjudicados en esta nueva versión: los personajes (todos y cada uno de ellos, con sus defectos y sus manías) eran entrañables y la medida del drama y la comedia estaba muy bien ajustada para no descuidar el mensaje pero tampoco la diversión.

Ver galería

CODA Señales del corazón - Galería de imágenes (6 imágenes)

Pero antes de continuar... ¿De qué trata CODA: Los sonidos del silencio? La película nos presenta a Ruby Rosi, la hija pequeña de una familia de pescadores que viven en Gloucester, Massachusetts. Como único miembro oyente, su apoyo en el negocio familiar es indispensable, pero su gran pasión es cantar, algo difícil de imaginar para sus padres y para su hermano mayor.

Con la intención de acercarse al chico que le gusta en el instituto, Ruby escoge como optativa una clase de coro. Pronto su profesor de canto ve en ella unas cualidades poco comunes y la emplaza a recibir clases particulares para optar a una beca en Berkeley pero eso conlleva dejar atrás a su familia, algo que le genera un conflicto personal importante.

En esencia, la historia es la misma, pero los puntos álgidos de la narración varían bastante. En el caso de CODA todo parece más estudiado e impostado. No en vano, la cinta introduce 20 minutos más de metraje en el que apenas se añaden momentos relevantes.

La granja de la versión francesa se transforma en un pesquero, las aspiraciones políticas del cabeza de familia en su comunidad cambian ahora por emprender la venta del pescado por su cuenta, sin contar con los intermediarios chupópteros que pujan en las subastas y la idiosincrasia individualista estadounidense se abre paso para imponer su lógica en unas coordenadas espaciales distintas.

No obstante La familia Bélier y CODA han compartido polémica... porque en ambos casos la mayor parte del reparto no es sordomudo. En su día Louane Emera y ahora Emilia Jones, han tenido que trabajar duro para aprender la lengua de signos y tener la suficiente destreza y velocidad como para poder hacerse con ello.

Pero es que sus respectivas familias ficticias también: solo Troy Kotsur, el secundario nominado por dar vida al padre de la protagonista, es sordo, así que sí que es cierto que ambas películas visibilizan al colectivo, pero hay quien se rasga las vestiduras por el hecho de que no lo haga mostrando a personas sordas en la vida real... 

En resumidas cuentas, CODA es una película formularia, con buenas intenciones, que quizás no ha sabido quedarse con lo mejor de la película en la que se inspira, pero que no por eso es menos eficiente a la hora de desarrollar la historia. Es una "feel good movie" de manual, más dramática y menos fresca, pero que funciona.