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Crítica de Los Detectives Muertos Temporada 1: los fans de Neil Gaiman pueden estar orgullosos

Los detectives muertos

Crítica de la primera temporada de Los Detectives Muertos, creada por Neil Gaiman y Matt Wagner. La serie es un spin-of de Sandman en Netflix que está protagonizada por George Rexstrew, Jayden Revri y Kassius Nelson, entre otros. El estreno de Los Detectives Muertos en Netflix España fue el 25 de abril de 2024.

El universo Gaiman sigue su recorrido como uno de los más prolíficos y exitosos de la literatura contemporánea en el cine y las series. Mezclando la fantasía y la ciencia ficción con la cultura y sus marcadas raíces británicas, el escritor y cineasta vuelve a la palestra con la primera temporada de Los Detectives Muertos.

Netflix ha dado buena cuenta del éxito de The Sandman, que recogió el guante de una de las obras maestras del cómic con el sello de Vértigo y DC, y ha seguido la dinámica habitual cuando un universo funciona: hay que hacerle un spin-off.

Los Detectives Muertos es el resultado. Una nueva serie, esta vez con un marcado tono juvenil, basada en el cómic homónimo de Pornsak Pichetshote sobre un par de investigadores paranormales... que son fantasmas. Que están muertos, vaya.

George Rexstrew y Jayden Revri son Edwin y Charles, dos chavalitos que llevan décadas siendo mejores amigos a pesar de tener el aspecto de unos veinteañeros. Privilegios del otro lado. Llevan toda su muerte evitando a la Parca para seguir resolviendo casos sobrenaturales de posesiones, magias oscuras y extrañas desapariciones.

Empezad a macerar ese aroma a Supernatural, que volveremos a ello. En uno de sus casos se cruzan con Crystal (Kassius Nelson), una joven médium poseída por un demonio (que a la vez es su ex) y que terminará uniéndose al equipo gracias a la utilidad que supone su poder para los planes de los detectives.

Esa es la base con la que la serie de Netflix se introduce en la arquetípica estructura de misterio juvenil, con una estética de neón cuyo cartel es una representación pura de lo que vamos a ver en sus ocho episodios de 45 minutos de duración.

Los Detectives Muertos irán resolviendo casos sobrenaturales de forma individual en cada episodio, con el caso de la propia Crystal y el de los detectives, que siguen escapando de su inevitable destino en el Más Allá, como ejes narrativos perennes durante la primera temporada.

Una bruja inmortal, el Rey de los Gatos o una casa encantada a lo Mansión Winchester son algunas de las tramas de sus primeros capítulos para que podamos entrar con facilidad en la dinámica estructural que se libera de toda profundidad para ir directa al grano con muchísimo ritmo.

Neil Gaiman puede estar orgulloso

Tanto si has visto The Sandman como si no, puedes ver este spin-off sin que suponga un lastre. Es otro apéndice de este universo en reciente expansión con el que Netflix ahora pretende atraer al público más joven de la plataforma a su particular enfoque de la fantasía.

De hecho, este es un detalle que te interesará si eres seguidor de Neil Gaiman o de los cómics originales en los que se basa la serie: hay varios puntos menos en el dial del horror y la visceralidad con la que sus escenas se convirtieron en pesadillas para muchos de sus lectores.

El ejemplo más evidente es el de Edwin. Ambos detectives, como ya sabes, están muertos. Y sus muertes no fueron precisamente amables. La de Edwin llegó después de que lo utilizaran como broma macabra en un ritual satánico que, para sorpresa de nadie, salió mal.

Aunque la recreación de la escena en la serie no tiene un pero técnico que ponerle, su enfoque se vuelve más ligero e incluso paradójicamente casual para la terrorífica realidad que supone que un demonio te arrastre a los infiernos absorbiendo tu alma. Y funciona de perlas, la verdad.

Toda la temporada está plagada de un humor fresco, natural y contemporáneo que se ríe hasta de las más inimaginables experiencias para rebajar la carga dramática y hacer de Los Detectives Muertos una serie maratoneable para ese público que metió en el Top 10 series como Stranger Things, Las escalofriantes aventuras de Sabrina o Locke & Key.

Su vinculación con The Sandman, sin embargo, es prácticamente anecdótica. Muerte (Kirby Howell-Baptiste) aparece en el primer episodio para atar a sus fans al nuevo contenido, pero tendremos que esperar a una segunda temporada para que los lazos de ambas series puedan entrelazarse por la propia constricción narrativa de los cómics originales.

Un saludo a los nuevos hermanos Winchester

Los Detectives Muertos tiene ese mismo aire de fábula onírica que caracteriza a Neil Gaiman y que hemos disfrutado en Good Omens o la propia The Sandman. Y gran parte de la culpa se la debemos al elenco actoral.

Los dos protagonistas, George Rexstrew y Jayden Revri, hacen un trabajo fabuloso para representar no sólo la disparidad de carácteres de ambos, sino la época de la que vienen. Edwin, el personaje de George, murió a principios del siglo XX. El de Jayden es un hijo de aquellos maravillosos 80.

El trabajo en los diálogos de ambos personajes, e incluso en su adaptación para la traducción de los subtítulos, es un detalle subrepticio en el que merece la pena pararse. Además del vestuario y de su remilgado manerismo, Edwin utiliza expresiones clásicas que se convierten en un contraste perfecto de la vigorosa y desenfadada actitud de Charles.

Los agradecimientos a Steve Yockey, guionista y showrunner de la serie junto a Beth Schwartz, en cuya filmografía también está —redoble de tambores— Supernatural. Que la serie haya cambiado la edad original de sus protagonistas, que en el cómic tienen 12 años, hasta los veintitantos no ha sido casualidad.

Se acerca mucho más al rango adulto al que también se enfrentaban los ya míticos Dean y Sam Winchester, a pesar del irreverente tono con el que impregnan toda la primera temporada para rebajar el golpe, y también al melodrama casi adolescente de amoríos con un inteligente añadido «queer» para el ahora más adulto Edwin.

Los Detectives Muertos

Los Detectives Muertos es una serie creativa, pretendidamente boba y adictivamente superficial. La armonía con la que desarrollan personajes y tramas se vuelve tan ligera que sus episodios son muy fáciles de digerir, con el inevitable riesgo que eso supone: su casi inexistente trascendencia.

La primera temporada amplia el universo Sandman desde una perspectiva menos fundamental; a la vez tan atrapante como el carrusel de vídeos de TikTok, como poco memorable una vez hayas deslizado al siguiente.

Y no hay nada de malo en ello. Los Detectives Muertos explota conceptos juveniles de la forma más divertida, se preocupa en exceso por ser «aesthetic» —mis primas adolescentes estarán orgullosas de esto— y sus actores están mimetizados de una forma excelsa con sus personajes. Así que, ¿por qué no deslizar con la misma velocidad por cada uno de sus episodios? 

VALORACIÓN:

La primera temporada de Los Detectives muertos es una sorpresa pasajera para amantes y neófitos de la historia que se posiciona como una de las mejores propuestas actuales del género; una serie divertida, fresca y dinámica cuyo único pecado, como el de tantas con el bombardeo de contenidos en el que vivimos, es su reducida trascendencia.

LO MEJOR:

Es ligera, fresca e irreverente con una estética que potencia los conceptos del Universo Sandman para atrapar a los amantes del misterio juvenil.

LO PEOR:

La misma ligereza que potencia su ritmo es un arma de doble filo: necesitará muchas temporadas para que se vuelva trascendente.
Hobby

78

Bueno

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Etiquetas: Netflix