Crítica de Garra, el drama deportivo con Adam Sandler y Juancho Hernangómez ya disponible en Netflix

El idilio entre Adam Sandler y Netflix continúa con la suma de un nuevo título al catálogo del gigante del streaming: Garra. El drama deportivo llegará de forma limitada a las salas hoy 3 de junio y estará disponible en la plataforma a partir del día 8.

Después de que viera la luz en Netflix la comedia The Ridiculous 6 (por cierto, azotada de forma inmisericorde por crítica y público), Sandler que además de intérprete es productor y guionista, firmó un acuerdo en 2020 para crear cuatro nuevas películas de producción original, lo que le ha permitido centrarse en su faceta de actor, intercalando papeles cómicos y dramáticos.

Así, lo hemos visto en películas tan dispares como Criminales en el mar o la celebrada Diamantes en bruto. Está claro que quiere desencasillarse pero sin dejar de lado del todo la comedia ligera, como demostró en El Halloween de Hubie.

En Garra lo vemos retomando de nuevo su faceta dramática al dar vida al ojeador de los Philadelphia 76ers (o simplemente Sixers, si lo preferís) Stanley Sugerman, un exjugador de baloncesto y apasionado del deporte muy comprometido con su equipo.

Su búsqueda de nuevos talentos lo lleva a viajar de un lado a otro hasta recalar en España, donde conoce al jugador de streetball Bo Cruz. Admirado por su capacidad en la pista y su excelente forma física, reconocerá en él las condiciones apropiadas para formar parte de la NBA de modo que lo reclutará para pulir sus habilidades y hacerlo competir contra los mejores.

Sin embargo, un cambio en la dirección de los Sixers le llevará a enfrentarse con el heredero del equipo, con lo que su carrera a la cima se encontrará con numerosos obstáculos.

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Garra es el segundo largometraje de Jeremiah Zagar tras We the Animals y ha sido escrita por Taylor Materne y Will Fetters y producida por Adam Sandler y LeBron James.

De modo tal que podemos decir que es una carta de amor al baloncesto por varios motivos: la implicación de un elenco repleto de estrellas deportivas y un guión muy centrado en el proceso mediante el cual se alcanza la excelencia en el deporte. Así vemos el proceso físico (a lo Ricky Balboa, con guiño incluido) pero también el psicológico.

Las cartas de amor, como bien sabemos todos ya, tienen una buena dosis de idealización, así que se saca de la ecuación alguna que otra cosilla que habría podido perturbar el in crescendo de la película. Hay cierto ninguneo a los equipos europeos, pero de los tratamientos médicos que se permiten al otro lado del charco para crear verdaderos prodigios físicos, chitón, por poner un ejemplo.

En el ánimo de Garra no hay ni un solo resquicio a la crítica: crea un par de villanos formularios y a partir de ahí todo es disfrutar del deporte y de lo que se puede llegar a conseguir en él saliendo de la nada. Es el sueño americano presentado con un brillante lazo rojo. La película es eficiente y disfrutable, pero se le ven las costuras de lejos.

Esto no le resta valor a la producción, en la que la dirección es arriesgada: en este sentido, hay que recalcar la maestría de Zagar para crear tensión en los uno contra uno con primeros planos de los rostros, pero sin restarle tampoco impacto a las secuencias con tomas más largas que dan visión de conjunto del juego. 

El gran aliciente para la audiencia española es el reparto, dado que Bo Cruz es interpretado por Juancho Hernangómez en su primer papel protagonista. Lo acompaña la actriz María Botto que da vida a su madre en la ficción.

¡Pero tenemos muchos más rostros conocidos! Queen Latifah, Ben Foster, Kenny Smith, Ainhoa Pillet, Raul Castillo, Jordan Elizabeth Hull, Heidi Gardner, Jaleel White (sí, Steve Urkel en Cosas de casa) o Robert Duvall completan un reparto, en el que, en realidad, el gran pasatiempo es "cazar" a las estrellas del basket. 

Hay chispa y buena química entre Sandler y Hernangómez (también aparece su hermano) y la mayoría de los cameos se introducen de forma muy natural. Es un verdadero desfile de personalidades: desde grandes leyendas de la NBA como Julius Erving, Dirk Nowitzki o Charles Barkley a Álex Abrines o incluso el actual seleccionador nacional, Sergio Scariolo.

Los amantes más acérrimos al deporte tienen oportunidad de encontrarlos a todos en los créditos finales donde se ve quiénes se interpretan a sí mismos o han dado vida a personajes creados exprofeso para la narración. En suma, es una película que, a pesar de la limitación de sus ambiciones, degustarán quienes sean apasionados del baloncesto.