Crítica de Misterios sin resolver temporada 3, de estreno en Netflix

La tercera temporada de Misterios sin resolver ha aterrizado hoy mismo en Netflix con los episodios "El misterio del kilómetro 45", "Algo en el cielo" y "Tres bolsas y un cadáver" de 50, 44 y 46 minutos de duración respectivamente.

El primero y el tercero narran dos casos de desapariciones y están en línea con otros true crime populares de la plataforma mientras que el segundo narra uno de los casos de avistamientos masivos de supuestas naves espaciales más documentado hasta la fecha ya que, además de la confirmación visual de múltiples testigos, los OVNIs fueron captados por un radar terrestre.

Ya estamos acostumbrados al nuevo formato de Misterios sin resolver, que se reproduce de nuevo tal cual lo conocimos en la primera temporada lanzada en 2020 y en la segunda temporada, ya en 2021. Viene avalado por los creadores de Unsolved Mysteries originales, así como del productor de Stranger Things, Shawn Levy, y su compañía 21 Laps Entertainment. 

Es decir que, de nuevo, nos hallamos ante un tono documental que prescinde de narración (aunque la presencia de la imagen de Robert Stack en los títulos de crédito nos estremezca) para que sean los testimonios de las personas involucradas en los casos, las fotografías, grabaciones y elegantes recreaciones especulativas las que nos lleven hasta las grandes incógnitas irresolutas. 

Pero si por algo se caracteriza Misterios sin resolver es por añadir además a todo lo anterior la exhortación al espectador. Esta serie no quiere que la veamos con tristeza, espanto o sorpresa (solo) sino embarcarnos en la aventura de lo desconocido buscando respuestas y uniéndonos a las investigaciones para buscar algo de luz.

Netflix trata de esquivar las distintas crisis con el true crime, y de momento les está funcionando

Dicen que el crimen perfecto no existe, pero está claro que es en el silencio cómplice, en los testigos silentes y en los fallos de instrucción donde residen las claves que podrían haber llevado paz a las familias de personas desaparecidas, asesinadas o dadas por suicidas sin que se haya llegado a la verdad.

Al haber investigaciones en curso, es probable que haya detalles, imágenes o informaciones que se hayan omitido (se ofrece un código QR para obtener info adicional), pero la serie no siempre apunta a  la búsqueda de nuevas fuentes de datos, sino que incluso pide que los espectadores compartan sus experiencias o aporten nuevas pistas para hallar a posibles asesinos con recompensas.

Huelga decir que con el paso del tiempo, la serie Misterios sin resolver ha madurado: más que temor a lo desconocido de forma irracional, vamos a encontrar historias con un fuerte componente humano, familias rotas de dolor por la pérdida de seres queridos cuyo final son incapaces de reconstruir o ni tan siquiera imaginar y fenómenos inexplicables que nos hacen conscientes de nuestra ignorancia.

Hay sospechas, especulaciones y se coquetea a veces con distintas posibilidades que se recrean en imágenes para producirnos inquietud pero que nos hacen decantarnos por las versiones más plausibles. El componente paranomal o sobrenatural, queda relegado a un segundo plano y apenas aflora en casos muy puntuales.

No podemos despedirnos sin añadir que esta tercera temporada de Misterios sin resolver, va a ser la más larga hasta la fecha puesto que contará con otros tres episodios de estreno el martes 25 de octubre y otros tres más el 1 de noviembre.

Nos propone por tanto nueve puzles imposibles y nos enfrenta a algunos de nuestros miedos atávicos. Y lo curioso es que no pasan tanto por los tópicos del terror sino por el propio mal que nos pueden hacer nuestros semejantes. Puede que lo que ponga más los pelos de punta en este arranque de temporada sea el testimonio de una forense diciendo que las personas somos capaces de los actos más viles.