Crítica de Quédate a mi lado: una historia conmovedora que te hace reír y llorar

Cuando apareció por primera vez el título en castellano de Spoiler Alert, que no es otro que Quédate a mi lado, muchos volvimos la vista de forma involuntaria a la película de 1998 protagonizada por Julia Roberts y Susan Sarandon pero solo comparten eso, nada tienen que ver a nivel argumental o temático.

Estamos ante la adaptación del libro "Spoiler Alert: The Hero Dies", una suerte de autobiografía de Michael Ausiello, periodista especializado en la industria televisiva que desarrolló gran parte de su carrera en la publicación TV Guide, si bien se centra en su vida sentimental desde el momento en que conoció al fotógrafo Kit Cowan.

La película comienza revelando el gran giro de guión en la vida de estos dos hombres: el momento en el que Cowan está a punto de morir entre los brazos de su pareja. De ahí el título y también el tono de la película, siempre amable incluso en los momentos más duros y rezumando una gran humanidad que hace que sea imposible no tomarle cariño a los personajes y empatizar con ellos.

Emociones a flor de piel: de la risa al llanto

La calificación por edades de Quédate a mi lado aconseja una edad de al menos 12 años para enfrentarse a ella pero no por las razones habituales de lenguaje, violencia o sexo explícito sino porque requiere de cierta madurez para poder abordarla.

De hecho, a partir de esa edad es muy recomendable: cuenta con el distintivo de estar "especialmente recomendada para el fomento de la igualdad de género".

Quédate a mi lado narra la historia de amor de Michael y Kit, dos hombres con muchas cosas en común y también con personalidades muy distintas que, sin embargo, se complementan a la perfección: A través de su pareja, Michael consigue tener la familia que perdió en su infancia sobre todo gracias a los padres de Kit, que lo acogen con los brazos abiertos. 

Kit por su parte, descubre un amor que nunca antes había conocido en el que la entrega, el cariño y con una proyección a largo plazo que llega incluso a darle un poco de vértigo.

A pesar de que Michael piensa que su historia se desarrollará como la de cualquier comedia romántica al uso, un "giro de guión" hará que vuelva a tocar el suelo y a darse cuenta de que la vida no es como nos la cuentan en la ficción.

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Arrancarse la tirita de cuajo

Lo dice el título del libro de memorias de Ausiello, lo dice el título de la película en versión original y es el primer plano de la película, así que no hay trampa ni cartón: ésta es una historia de amor truncada por una enfermedad prematura.

Pero ese punto, aunque definitorio, no es lo más importante de la historia sino que llega a ser tan conmovedor por el desarrollo previo, desde la presentación de los protagonistas hasta el desarrollo de su relación, pasando por momentos dulces y otros amargos.

Obra en favor de Quédate a mi lado la excelente química entre los dos protagonistas principales: Jim Parsons (hay vida más allá de su Sheldon Cooper de The Big Bang Theory como lo ha habido de Kaley Cuoco gracias a The Flight Attendant) y Ben Aldridge (Llaman a la puerta). Pero además la película cuenta con varios secundarios de excepción como son Sally Field y Bill Irwin.

Menos acertado resulta el recurso de introducirnos en las ensoñaciones del protagonista, que tiende a imaginarse a sí mismo siendo aún un niño como integrante del reparto de una clásica sitcom.

Estos incisos en la historia son quizás los menos interesantes, aunque tienen la finalidad de hacernos bucear un poco más por su pasado y recalar en sus traumas infantiles, que marcan la persona en la que se convierte como adulto: el sobrepeso y la pérdida de su madre.

En suma, aunque Quédate a mi lado pueda parecer una película convencional (no es especialmente ambiciosa a nivel técnico ni busca revolucionar el género), alcanza algo que otros muchos dramas no rozan ni con la punta de los dedos: despertar emociones sinceras en una audiencia que queda devastada al comprobar el grado de similitud con la realidad.