Crítica de Los Simpson, temporada 31, ya disponible al completo en Disney Plus
Este 2021 se cumplirán 32 años desde que Los Simpson se estrenase en 1989 (como serie, no contamos los cortos de The Tracey Ullman Show). La serie de Matt Groening vivió un idilio televisivo a lo largo de la década de los 90 con episodios míticos que todos recordamos como El Flameado de Moe o Homer, el hereje, capítulos que siguen en boca de los fans a la hora de hablar de la serie.
El tiempo no ha pasado en vano por la serie, y a pesar de que Los Simpson sigue disfrutando de unas saludables cifras de audiencia, especialmente en Estados Unidos, sus episodios hace mucho que dejaron atrás sus mejores años.
Hoy en HobbyConsolas os traemos nuestra crítica de la temporada 31 de Los Simpson, que ya está completa en Disney Plus tras varias semanas lanzando episodios dobles cada viernes. Vamos a ver qué nos hemos encontrado.
La trampa de los gags
Los gags son parte fundamental de la naturaleza de Los Simpson desde que vieron la luz. Estas bromas rápidas que a veces incluso suceden en segundo plano son parte del ADN de las aventuras de Homer, Marge, Bart, Lisa y Maggie y buscan la risa fácil en un par de segundos. En ningún momento de los últimos 31 años la serie ha dejado de lado estos gags, pero en lugar de perfeccionarlos, o preferiblemente no tocarlos, los ha degradado.
A lo largo de los episodios de la temporada 31 de Los Simpson, y como por desgracia viene siendo habitual en las temporadas más recientes, nos encontramos con gags excesivamente largos que dan la sensación de acortar la trama. Otro problema que encontramos es que estos gags en muchas ocasiones son "payasadas" tan forzadas que pierden su gracia, especialmente algunos protagonizados por Homer, un personaje que nació como un personaje bobalicón y que se ha convertido en un payaso, y no como el alter ego que iba a tener en sus primeras etapas de concepción. Da la impresión de que cualquier aparición de Homer tiene que tener al cabeza de familia haciendo el ridículo, cuando antaño eso no era necesario.
A esto le podemos añadir la necesidad de meter coñas de forma sistemática en los títulos de crédito finales (y a veces en los iniciales más allá de los gags de la pizarra y el sofá). Cuando todo pretende ser gracioso, se consigue que lo realmente divertido sea menos hilarante.
La dependencia de los famosos
Los cameos de famosos son otra parte esencial de la que Los Simpson se han enorgullecido tradicionalmente. Figuras como Mel Gibson, Alec Baldwin o Stan Lee han tenido cameos en la serie. Y también Michael Jackson, mal que les pese a los productores de la serie. En su momento, los cameos eran homenajes divertidos, y a veces incluso permanecían ocultos tras pseudónimos. Actualmente los cameos, además de estar forzados, prácticamente carecen de valor representativo.
No vamos a hablar del bochornoso cameo de Jim Parsons en esta temporada de Los Simpson. Sinceramente preferimos recordar al actor de The Big Bang Theory por sus papeles representativos y no por aparecer metido con calzador en un episodio. No nos vayáis a entender mal, nos encanta que Los Simpson tengan ocasionalmente cameos, pero hay que meterlos bien en la historia, y desde luego no de manera reiterativa y con un cartel encima que diga "eh, mirad, un famoso".
Hay que decir que parte del declive humorístico de la serie se debe a que lleva muchísimas temporadas tratando de imitar el humor de otras series de animación para adultos como Padre de Familia o la propia Futurama. Los Simpson han traicionado su propia esencia para emular a esas series y sus bromas, sin tener presente que la serie se autocensura a sí misma y provoca que el efecto sea completamente opuesto, ya que hay líneas rojas que los guionistas no se atreven a cruzar con Los Simpson (y que no necesitarían cruzar si hubieran sido fieles a las raíces de la serie o hubieran concluido la misma hace unos cuantos años).
También persiste un viejo problema en el doblaje y la localización de la serie al castellano. Sin duda el equipo da lo mejor de ellos para asimilar las personalidades de sus personajes, pero no todos lo consiguen. Y muchas bromas no se localizan debidamente para entenderse en España, y nos dejan muy fríos.
¿Lo mejor de la temporada?
Bueno, no vamos a ser tan cenizos. Vamos a lo salvable, aunque ya os anticipamos que salvable es lo que antaño eran "capítulos reguleros". Nos ha gustado mucho el homenaje al Universo Cinematográfico de Marvel y a la eterna polémica de los spoilers que se produce en el capítulo Bart, el malo, con guiños a Vengadores: Infinity War y Vengadores Endgame y con cameos (bastante bien hilados) de Kevin Feige, Cobbie Smulders y los hermanos Russo.
El capítulo de Autopista hacia el pozo coloca a Homer y Marge enfrentados por un negocio de venta de marihuana legal en Springfield con algunas situaciones que nos recordaban a los momentos icónicos de la edad de oro de la serie, al igual que el capítulo Enseña los dientes, que ha revivido aquellos capítulos "escolares" en la que la vida de Bart y Lisa en el colegio era el centro de la trama.
Hemos visto algunos "darditos" a Disney en guiños a la adquisición de Fox por parte de la Casa del Ratón. Los Simpson rompían la cuarta pared con estas bromas bastante bien traídas. Y por supuesto, el capítulo de La casa del árbol del terror es siempre una parada obligada en cada temporada de Los Simpson, en este caso ampliado al especial de Acción de Gracias, que también ha tenido una temática similar.
Vamos a terminar diciendo que, quienes no se hayan criado con las primeras temporadas de Los Simpson es posible que valoren más el contenido y las bromas de estas nuevas temporadas. Sin embargo, aquellos que podemos comparar, y no para bien, aquellos episodios, no podemos evitar desear en nuestro interior que la serie finalice por fin y la dejen descansar. Siempre pueden abrir el melón por otro lado.
VALORACIÓN:
La temporada 31 de Los Simpson ya está en Disney Plus al completo con 22 nuevas historias que lamentablemente dan fe de que la serie ya hace mucho que dejó su época de esplendor.LO MEJOR:
La serie sigue manteniendo su capacidad de crítica social y de autoparodia. De vez en cuando recuerda su propia esencia original.LO PEOR:
Alarga demasiado muchos gags. Los personajes han perdido su génesis. Dependen demasiado de los cameos.59
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