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Crítica de Smiley: amor a primera vista en Netflix

Smiley

Crítica de la serie de Netflix Smiley, que adapta la obra de teatro de Guillem Clua sobre una pareja gay en clave de comedia romántica. Estreno el 7 de diciembre.

Estamos fritos del arranque de "chico conoce a chica", así que la nueva comedia de Netflix, basada en la obra de teatro del dramaturgo Guillem Clua, se propone revitalizar la fórmula con un "chico conoce a chico". Smiley es una comedia romántica de ocho episodios de unos 35 minutos de duración de media que se consume en un suspiro.

Agrega al libreto de la obra algunas subtramas que abundan en la diversidad que es emblema de la serie y que desarrolla historias que discurren paralelas a las de los dos protagonistas.

Ellos son Álex y Bruno, en principio dos hombres de personalidades antitéticas, que sin embargo tienen una conexión que va más allá de la simple atracción sexual. Lo que les une es, ante todo, la búsqueda de una relación formal estable. 

Todo arranca cuando Álex, que va de un desengaño amoroso a otro, le deja un mensaje a su ex explicándole que le ha fallado. Sin embargo, para su desesperación, le llega a otra persona: a un arquitecto solitario llamado Bruno. Conmovido por sus palabras, se decidirá a ir al Bar Bero en el que Álex trabaja para conocerlo en persona.

Físicamente le atrae sobremanera, pero cuando entablan conversación las cosas se complican. Bruno considera que Álex es bastante inmaduro y que le presta demasiada atención a su físico y Álex por su parte cree que Bruno es un estirado. A pesar de todo, congenian hasta el punto de que no pueden parar de pensar el uno en el otro.

 

Comedia romántica 100%

Equívocos, momentos de sinceridad de abrirse las carnes en canal, reencuentros de última hora y muuuuucho azúcar. Smiley es una serie de género pura como hacía tiempo que no veíamos. No es que normalice la homosexualidad o al colectivo LGTBI+ sino que lo lleva todo más allá: aquí lo minoritario son las relaciones heterosexuales y quedan en un muy segundo plano.

De facto, la acción discurre en un bar de ambiente regentado por un personaje que hace las veces de drag queen al que interpreta Pepón Nieto (algo que nos avanzó hace más de un año en una entrevista con motivo del estreno de Los hombres de Paco). Como Álex y Bruno, busca una pareja estable, pero le está costando librarse de ciertos prejuicios.

Otra de las subtramas la protagonizan Vero y Patri, dos mujeres lesbianas que están a punto de irse a vivir a su nueva casa y en cuya relación aflora una crisis: ¿están preparadas para dar el paso? ¿Necesitan algún tipo de aliciente en su pareja?  

Smiley
Netflix

Así que por el camino se abordan diversas temáticas que no se alinean con las habituales de la exclusión social, la enfermedad o la marginalidad sino con otras de orden afectivo: las relaciones abiertas, la infidelidad, el reencontrarse con uno mismo y, por encima de lo anterior y de muchas maneras distintas: el amor.

Siempre contándolo todo con un lenguaje muy actual y en el que la tecnología incide de forma directa: nos comunicamos con emoticonos, sufrimos cuando nos hacen ghosting y muchas de las interacciones que tenemos son gracias a aplicaciones de mensajería o de citas.

El formato, que de por sí es ligero, se permite jugar con los montajes paralelos, las pantallas partidas y las expectativas de la audiencia, a la que incluso trata de engañar en algunas ocasiones. 

Smiley se sustenta en dos premisas básicas: todo lo que sucede en pantalla irradia buen rollo (más allá de un par de momentos algo melodramáticos) y la premisa principal es la de la búsqueda del amor y la estabilidad emocional. Como personas diversas que somos, no hay una única forma de alcanzar ese objetivo y en eso la serie es generosa, apuntando en distintas direcciones según el caso.

Sobre el trabajo de Carlos Cuevas (Historias para no dormir) y Miki Esparbé (Reyes de la noche) como principales estandartes del elenco, hay que decir que ambos se entregan a sus respectivos papeles, con todo lo que eso implica: no solo la construcción de personajes tridimensionales con sus complejidades, sino escenas se sexo bastante explícitas con sus consiguientes desnudos.

Como es evidente, la calificación por edades recomienda el visionado de Smiley solo para mayores de 16 años. Lo bueno es que la historia queda bien cerrada y que aporta algo distinto al panorama seriéfilo. Tiene la capacidad de dejar al espectador con una sonrisa y deseándole lo mejor esta atípica pareja.

VALORACIÓN:

Tierna, cálida y ciertamente distinta a pesar de abundar en los tópicos de las comedias románticas, Smiley se deja ver con una sonrisa. Es fácil identificarse con los personajes y desearles un final feliz.

LO MEJOR:

Pepón Nieto en el rol de Quina Mandra es refrescante así como la forma despreocupada y abierta en la que la serie aborda las relaciones sentimentales.

LO PEOR:

Es una comedia romántica de manual: no se salta una sola coma de los preceptos del género.
Hobby

68

Aceptable

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Etiquetas: Netflix