A Christopher Nolan no le gusta tener varias cámaras en el rodaje: prefiere un enfoque único
El director apuesta, casi siempre, por una sola cámara en escena para concentrar todos los esfuerzos en un mismo punto focal.
El estreno de Oppenheimer en cines ha traído de vuelta al mejor Christopher Nolan, uno de esos directores que no solo encandilan con su, a veces enrevesado, estilo narrativo, sino que tienen muy claro lo que quieren mostrar y cómo lo quieren mostrar.
Nolan ha vuelto a colaborar con uno de los directores de fotografía a los que más provecho ha sacado en los últimos años, Hoyte van Hoytema. Han trabajado juntos en películas como Interstellar, Dunkerque, o Tenet.
Hoytema ha estado charlando con Collider sobre los gustos de Christopher Nolan a la hora de filmar sus películas, especialmente su apuesta frecuente de no tener varias cámaras en el set filmando desde diferentes ángulos, como hacen directores como Ridley Scott, sino concentrar todos los esfuerzos en un solo plano.
El director no necesita pasar tiempo seleccionando planos que hayan salido mejor desde determinada perspectiva, sino que opta, por norma general, aunque hace excepciones, por filmarlo todo desde una única cámara. Todos los esfuerzos de interpretación, utilería, decorado, tofo, iluminación, etcétera, están destinados a ese único plano.
Christopher Nolan es hombre de una sola cámara
En su entrevista con Collider, Hoytema explica que a Christopher Nolan le gusta estar a menudo cerca del camarógrafo que esté operando la cámara en uso para tener la perspectiva que, en última instancia, tendrán los espectadores.
"La mayor parte del tiempo, trabajamos con una cámara en el set. Filmar con Chris es un espectáculo de una sola cámara que es una especie de caja mágica a la que todo lo que sucede a su alrededor tiene que dirigirse. Esa cámara se convierte en un epicentro. Tan pronto como pones dos cámaras en el set, esa atención se divide de alguna manera.
Chris también es alguien a quien le encanta sentarse muy cerca de la cámara para entender lo que está viendo, por lo que siempre está muy cerca al mirar el set junto a la cámara".
Como suele decirse, "cada maestrillo tiene su librillo", y el mundo del cine no es ninguna excepción. A Christopher Nolan le ha servido muy bien ese enfoque único en muchas de sus películas, llevando la atención del más mínimo detalle a su máxima expresión.
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