El director de No mires arriba dice que el número de teléfono de la película que conecta con una línea erótica "fue algo accidental"
Adam McKay, director de la sátira global No mires arriba, asegura que el número de teléfono que se ve en la película y que conecta con una línea erótica no fue intencionado.
No mires arriba se ha convertido en una de las películas más exitosas de Netflix en términos de espectadores, aunque en otros aspectos está siendo más divisiva.
La película protagonizada por Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence llegaba a Netflix en Nochebuena, tras un breve paso por las salas de cine.
Se trata de una sátira hacia la política y los medios de comunicación, amén de la sociedad y como nos dejamos llevar por la corriente ante una crisis de carácter global. Vamos, que lo llamamos sátira hasta que vemos que es, básicamente, lo que sucede a diario.
La película es uno de esos casos que admiras u odias, sin que mucha gente termine asentándose en un término medio. Pero eso no es por lo que estamos hoy aquí.
Hace unos días os contábamos la infeliz coincidencia que se produjo en No mires arriba, que incluyó un teléfono real en una de sus escenas.
La gente con ese extraño fetiche por llamar a teléfonos que deberían ser ficticios descubrieron que, originalmente, el teléfono era para una colecta de fondos para una sociedad médica, pero después se convirtió en una línea de sexo telefónico.
Hablando con People, el director de No mires arriba, Adam McKay, explicó que la inclusión de ese número de teléfono fue algo accidental.
El director dijo que se plantearon la idea de incluir un número de teléfono promocional para la película, pero descartaron la idea al tomar la decisión demasiado tarde.
McKay dice que ni él ni su equipo incluyeron un número de teléfono de sexo telefónico deliberadamente, sino de forma aleatoria (y recordemos que antes no prestaba ese servicio).
Curiosamente, el de No mires arriba no es el único problema con un número de teléfono que Netflix ha tenido que afrontar en 2021.
Muchos recordaréis el caso de El juego del calamar, el hit coreano de Netflix que incluyó una tarjeta de visita con un número real. El propietario de ese teléfono terminó desesperado después de que cientos de personas le llamasen queriendo participar en los juegos.
Todavía seguimos buscando un estudio que explique qué es lo que lleva a alguien a llamar a un número incluido en una obra de ficción. Si están regalando chalets o coches avisad, que no queremos ser los últimos en enterarnos.
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