Ahora que ya hemos publicado el análisis de Xbox Series X y el análisis de PS5, en que os contamos todas sus características, los juegos de lanzamiento, el interfaz y la experiencia de usuario, queremos comparar ambas máquinas al detalle. En este reportaje nos centramos en las características exclusivas de la consola de Microsoft.
Son 5 funciones de Xbox Series X que no puede replicar la consola de nueva generación de Sony, y que se deben tanto a la arquitectura del hardware como al software que corre en el interior de la consola. Con todo, ambas máquinas cuentan con características muy similares, como el uso de discos SSD Nvme ultrarrápidos, puerto HDMI 2.1, una CPU basada en AMD Zen 2 y GPU basada en RDNA 2.
Aún así, la "personalidad" de cada consola se puede descubrir en cuanto ponemos nuestras manos sobre ella. Estas son las características de Series X que no encontraréis en PS5. Y como no se trata de avivar la guerra de consolas también encontraréis en Hobbyconsolas un reportaje similar con 5 cosas que puede hacer PS5 y Xbox Series X no. Tened en cuenta que este reportaje se hace en el lanzamiento de ambas consolas, y que sus funciones podrían cambiar en los próximos meses con nuevas actualizaciones.
Retrocompatibilidad con todas las generaciones anteriores
Una de las características más atractivas para los jugones es que Xbox Series X es capaz de reunir en una sola consola todo el legado de las máquinas de videojuegos de Microsoft, desde la Xbox original, Xbox 360 hasta Xbox One. Todos los juegos (miles de ellos que podéis encontrar en el listado en la página oficial de Microsoft) tienen mejoras automáticas, que se disfrutan sin necesidad de modificar el código.
En este sentido, Microsoft ha confirmado que todos los juegos retrocompatibles disfrutan de HDR de forma automática, de forma que la gama de colores es más profunda. También se aplica de forma automática un filtro anisotrópico 16X que sirve para mejorar la calidad de las texturas oblicuas y que a la vez actúa como antialiasing y elimina los dientes de sierra.
Pero eso no es todo, los juegos retrocompatibles disfrutan de tiempos de carga muy reducidos gracias al disco SSD de la consola, y en algunos casos incorporan otras mejoras (a través de parches que deben lanzar los propios desarrolladores). Estas mejoras se aplican sobre la resolución de los juegos (hasta 4K si los jugamos en Series X) y a la tasa de FPS.
En cuanto a los juegos de Xbox One retrocompatibles, que no hay que confundir con aquellos que se actualizarán a su versión de Series X, se ha confirmado que podremos jugar en modo retrocompatible Fallout 4 a 60 FPS (el original iba a 30 FPS) o que Halo The Master Chief Collection alcanzará hasta 120 FPS con mejoras también en el modo a pantalla partida. Sin duda, la retrocompatibilidad en Xbox Series X es uno de los puntos fuertes de la máquina y se traslada también a todos los mandos y accesorios de Xbox One, salvo Kinect.
Reanudado rápido de juegos
Microsoft comunicó que había diseñado su nueva consola con los usuarios en mente, y se nota por elementos únicos, que puede hacer Xbox Series X y PS5 no, como el reanudado rápido o "quick resume. Este sistema nos permite mantener varios juegos en la consola, como si estuviesen ejecutándose en segundo plano, de forma que podemos saltar de uno a otro en cuestión de segundos. No es sólo que -por ejemplo- pasemos de jugar a DOOM Eternal a Gears 5 en un instante, sino que la consola recuerda el punto en que lo dejamos, y podemos seguir jugando, sin necesidad de haber guardado la partida o llegado a un checkpoint.
El sistema de reanudado rápido es aún más impresionante si tenemos en cuenta que funciona incluso cuando hemos apagado (y desenchufado) la consola. Podemos volver a jugar en el punto en que lo dejamos son esperas. Esta opción es especialmente útil si compartimos la consola con nuestro hermano o nuestra pareja, y cada uno guarda su partida en diferentes juegos, o si saltamos entre juegos largos que disfrutamos poco a poco y otros que nos permiten partidas rápidas.
Compatible con Game Pass
Xbox Series X es compatible con uno de los servicios por suscripción más revolucionarios de los últimos años. Gracias a Game Pass podemos (mediante una suscripción) acceder a cientos de juegos que se descargan a nuestra consola y podemos jugar mientras se mantengan en el catálogo. Este servicio es muy importante para Microsoft, y por tanto da la impresión de que está "priorizado" en el interfaz de la máquina.
El acceso a Game Pass es una de las 5 cosas que puede hacer Xbox Series X y PS5 no, y es la manera de tener una colección instantánea de juegos desde el primer día por un precio pequeño. Aunque hay que reseñar que es un formato de "alquiler" y que en el momento en que caduca nuestra suscripción, perdemos nuestros juegos.
Todos los juegos desarrollados por Microsoft llegan a Game Pass desde el día de lanzamiento, lo que nos asegura que podremos jugar a Halo Infinite, Forza Motorsport o los próximos desarrollos de los 23 miembros de Microsoft Studios desde el día 1.
Smart Delivery en todos los juegos de Microsoft
Todos los juegos de Microsoft (y algunos third party) cuentan con la función Smart Delivery. ¿En qué consiste? Simplemente la consola se encarga de descargar la mejor versión posible de nuestros juegos. De manera que si actualmente estamos jugando a títulos de MS en Xbox One y más adelante damos el salto a Series X, no hará falta volver a comprar los juegos, sino que recibiremos la actualización de forma automática y gratuita.
Esta descarga de versiones mejoradas no es exclusiva de Series X, lo que sí encontramos sólo en esta máquina (y en Series S) es el compromiso de que todos los juegos de Microsoft se actualizarán mediante Smart Delivery. En el caso de PS5 la mejora gratuita depende de cada título y cada estudio de desarrollo.
Ampliar la memoria mediante tarjetas SSD
Las consolas de nueva generación de Microsoft, Xbox Series X y Series S cuentan con un puerto de expansión propietario en la parte posterior. Esta ranura es una de las 5 cosas que posee Xbox Series X y PS5 no, y permite que aumentemos la capacidad del disco SSD interno, con sus mismas prestaciones, a través de tarjetas de 1TB. Dado que los juegos de Xbox Series X sólo se pueden ejecutar desde el disco SSD (y el tamaño de los lanzamientos continúa avanzando con cada generación) es una buena solución, sin necesidad de abrir la consola.
El espacio libre en disco después de tener instalado el sistema operativo de la consola queda en 802 GB en Series X, casi 20 gigas más de lo que quedaba libre en Xbox One X. En el caso de Xbox Series S, nos quedan 362,1 GB libres.
La tarjeta Seagate 1TB Storage Card tiene un precio de 249,95 euros, y por el momento no se han confirmado modelos de mayor capacidad. Se pondrá a la venta el 10 de noviembre, junto con la consola.
Descubre más sobre David Martínez, autor/a de este artículo.
Conoce cómo trabajamos en Hobbyconsolas.