Creed II - Entrevista con Dolph Lundgren, Michael B. Jordan y Steven Caple
Ahora que Creed II está a punto de estrenarse, podemos contaros las conversaciones que tuvimos con el director de la película, Steven Caple Jr. y con dos de sus protagonistas: Dolph Lundgren y Michael B. Jordan.
Dolph Lundgren se lo pensó mucho antes de retomar el papel de Drago: “Me costó tomar la decisión de regresar. No lo decidí hasta que leí el guión, hablé con el director y me di cuenta de que la película hablaría sobre los cambios de Drago en este tiempo, que sería un reto”.
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Trabajar con Sylvester Stallone de nuevo ha sido un placer: “Respecto a la rivalidad Drago/Rocky se rodó una pelea en la calle que se descartó del metraje final porque el director consideró que no funcionaba”. “Lo mejor y lo más divertido fue la escena con Stallone en el restaurante. Me gustó especialmente porque están los dos tranquilos, han pasado 35 años y está muy bien escrita. Y es un retorno en el que él verbaliza lo que le ha pasado en ese tiempo… En la película anterior no decía apenas una palabra”. En concreto, decía solo 46, de ahí que no deseara un rol similar. “Me gustó mucho también la secuencia del ring en la que había más de 2000 extras en persona (y lo que se añade por ordenador). Estar con Stallone, cada uno en una esquina, es casi surrealista”.
Para Michael B. Jordan, volver a meterse en la piel de Adonis Creed no ha tenido mucho misterio: “Odio decir que hacer algo así es fácil, pero la verdad es que una vez que has interpretado a un personaje, ya vive en ti y es fácil volver a él y además ya tenía establecida una relación con Stallone, lo que lo hace aún más sencillo. Físicamente, estoy acostumbrado a trabajar mi cuerpo, pasé de Creed a Black Panther y es una parte que me parece divertida: trabajar el personaje físicamente”.
En Creed II, Adonis tiene que afrontar una crisis de fe en sí mismo: debe aprender a reponerse y a adoptar una actitud más madura y reflexiva para encarar los malos tiempos y los reveses de la vida. Por ello, hemos preguntado a Lundgren si se ha sentido así alguna vez y quiénes le han ayudado a salir del bache: “Sí, varias veces me ha pasado y siempre he estado rodeado por mujeres que me han ayudado. Mi exmujer en un momento dado me ayudó a recuperarme cuando tuve una serie de problemas porque el cine es una montaña rusa y estuve 15 años sin hacer una película fuerte, solo cintas pequeñas, iba cuesta abajo y me ayudó mucho. Mi novia también me ha ayudado mucho, porque tuve que ir a terapia y a preparar esta película". Y no han sido las únicas: "Stallone también me trajo de vuelta con Los mercenarios y de joven tuve problemas con las adicciones, en el instituto y con mi padre, que era muy estricto. Tuve un instructor de artes marciales que fue para mí esa figura paterna que me faltaba. A lo largo de la vida siempre hay gente que te ayuda y estoy muy agradecido a todos”.
Por supuesto, a lo largo de todo este tiempo, la forma de filmar ha cambiado, pero no tanto en el género pugilístico: “Creo que las películas de boxeo no ha cambiado tanto porque el CGI no tiene tanto impacto. A fin de cuentas, tienes que poner a los boxeadores en el ring. La película de Vengadores habría sido imposible hacerla hace treinta años porque no existía esa tecnología. Lo bueno de la saga de Rocky es que no ha cambiado demasiado: tienes que poner a los actores sin camiseta ni dobles en el ring, lo que hace que sean películas muy especiales: son comerciales pero también tienen su dosis de drama”.
¿Perdurará su personaje en el tiempo? Lundgren se muestra positivo: “Sí, eso espero. En esta película y en Aquaman me ha tocado interpretar a padres. Lo espero la verdad porque no son blanco o negro, están en algún punto intermedio. Puede que no te guste lo que hacen estos personajes, pero puedes entenderlos. En el 85 pensé que Drago sería cosa de poco tiempo y han pasado 33 años, así que… ¡así es la vida!”.
En cuanto al enfoque patriótico, también hay matices: “Ahora la película es más sobre los individuos, no tanto sobre las naciones. Está claro que los chicos malos son los rusos, se ve incluso que en el sistema ni yo ni mi hijo les importamos, pero al público sí. Creo que es muy importante que la película está escrita por personas que han crecido en sitios complicados, han entendido lo que es crecer sin ventajas. También en este sentido la película es más madura, dado que se llega a una especie de reconciliación, hay esperanza. Como Rocky dice: todo el mundo puede cambiar”.
No es una leyenda negra que Lundgren lesionó a Sly y que eso hizo célebre una de sus sentencias en la película: “Es verdad: tuvo que ir al hospital, se hizo daño. Hay guiones maravillosos con frases memorables, pero algunas a veces se quedan en el inconsciente colectivo como ‘Volveré’ o ‘Tócala otra vez, Sam’… En este caso fue ‘I must break you’”.
Respecto a su evolución como director, Caple declara que ha sentido grandes cambios en los últimos tiempos gracias a su progresión: “Hay películas en las que tratas de mantener tu voz y en otros casos intentas dejar pequeños guiños que son parte de ti, como el momento en el que pide la mano a su novia o el test de embarazo. En general, cuando pasas del cine independiente al de las majors tienes que estar preparado para oír muchos ‘noes’ hasta que por fin tienes un ‘sí’ y hay que aprovechar el momento. Cambia el presupuesto, claro, y por supuesto tienes muchas más conversaciones porque tienes que responder a un legado”.
Por supuesto, hay mucho trabajo detrás de esta película: “Me documenté mucho yendo a combates en Nueva York, vídeos, hable con Mike de sus boxeadores favoritos y además teníamos que ver cómo se enfrentaría un luchador de su complexión a otro que es muchísimo más grande. Florian sabe de boxeo, también nos ayudó mucho”.
Y respecto a la despedida de Stallone, cuenta cómo fue el momento: “Fue una noticia para todos, el último día de rodaje, cuando dijo en el set que no iba a seguir, pero trabajar con él es un honor: es una persona muy sabia, lleva años trabajando en la franquicia, sabe de boxeo, de los personajes…”. Michael no tiene tan claro que sea un adiós definitivo: “Él, como eje de esta franquicia, puede entrar y salir de ella cuando quiera. Hubo momentos en los que no quería hacer Rocky II y Rocky III… Las cosas pueden cambiar en cualquier momento, se entiende que esta película es más una historia sobre Adonis y su familia, Bianca y su hijo, y trata de crear su propio mundo. Rocky es aquí como un padre para Adonis, pero se entendía como parte de la historia que él tenía que arreglar su relación con su hijo natural, y también tenemos a Ivan y Viktor".
Una de las cuestiones que siguen dando que hablar es el enfoque inclusivo. Caple comenta: "me gusta que cualquier persona se pueda identificar con los personajes, independientemente de su etnia, porque lo importante son las experiencias vitales”. Eso sí, preguntado acerca de la visibilidad del colectivo afroamericano y el relevo generacional sentencia: “Estamos aprovechando el momento. Ha habido personas que han estado luchando durante años y hemos tomado el relevo y sobre todo tenemos que hacer trabajos de calidad". Michael B. Jordan añade: “Tratamos temas universales y tener a personas de color también detrás de las cámaras demuestra que también sabemos jugar a esto. [...] Cada cosa sucede cuando tiene que suceder. Es nuestro momento, es nuestra responsabilidad respecto a las próximas generaciones incluso. La idea es que dentro de unos años esto ya no sea un tema de conversación”.
Descubre más sobre Raquel Hernández Luján, autor/a de este artículo.
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