Hemos seleccionado diez remakes de películas que cambiaron tantas cosas de la película original que parecen otras nuevas. A veces eso es algo bueno... y a veces no tanto.
Los remakes tienen mala prensa en el mundo del cine (aunque no tanto como en el de los videojuegos), pero son ley de vida. Las historias que funcionaron una vez, para una generación, suelen ser lo suficientemente buenas como para funcionar varias veces.
A veces, un remake de una película es muy fiel al original. Otras, el remake es tan diferente que solo mantiene el nombre (o ni eso), y casi resulta una película totalmente nueva.
No hay ninguna fórmula mejor que otra. A veces los remakes tan fieles se les critica por poco imaginativos, pero a veces si haces demasiados cambios corres el riesgo de alejarte tanto del original que resulta irreconocible.
En este reportaje recordamos 10 remakes de películas que se desviaron tanto de su fuente que parecían otras nuevas. Y como puedes ver, los resultados son muy dispares.
La Momia (1999)
Remake de La Momia (1932), de Karl Freund.
Aunque maltratada por los críticos en su día, el tiempo ha jugado en favor de este remake de La Momia protagonizado por Brendan Fresar y Rachel Weisz. Puede que sea la nostalgia la que habla, pero para toda una generación esta fue su Indiana Jones, una película de aventuras muy divertida, con avanzados efectos especiales y toques de terror.
Aunque no lo parezca, es un remake del clásico de Universal de 1933 con Boris Karloff como el resucitado Imhotep. La idea de hacer remakes de los monstruos de Universal corrió por los despachos de la productora durante toda la década, y durante mucho tiempo se planteó como una película de terror de bajo presupuesto, inspirada en Terminator, y con George A. Romero elegido como director.
Ninguna de esas ideas cuajaron, porque Universal necesitaba un blockbuster, y Stephen Sommers estaba encantado de hacer una película de aventuras que, contra todo pronóstico, conectó con el público y fue un éxito en taquilla, a pesar de coincidir con Star Wars Episodio I.
Infiltrados (2006)
Remake de Juego sucio (Infernal Affairs, 2002), de Andrew Lau y Alan Mak.
Infiltrados (The Departed) es la única película que ha dado a Martin Scorsese un Óscar, y curiosamente es con un remake de una película hongkonesa estrenada solo cuatro años antes, Infernal Affairs.
Ambos siguen la historia de un policía infiltrado en la mafia, cambiando la ubicación: las triadas en Hong Kong y la mafia irlandesa en Boston, en el que chocan un policía infiltrado en la mafia y un topo de la mafia en la policía.
Pero la dirección es muy diferente: Infernal Affairs tiene un montaje mucho más enérgico, similar a las películas de acción de Hong Kong, mientras que Infiltrados es más realista y pausada, explorando mejor a los personajes y las razones socioeconómicas que les llevaron a esa situación.
King Kong (1976)
Remake de King Kong (1933), de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack.
La película de 1933 es el clásico indiscutible del cine fantástico. No era la primera película de monstruos o que usara efectos en stop motion, y las películas estrenadas años después mejoraron enormemente su técnica.
Pero King Kong fue enormemente popular, ambiciosa e imaginativa como pocas, con escenas inolvidables como King Kong luchando contra los tiranosaurios o escalando el Empire State.
Ninguna de esas escenas se mantuvo en su primer remake de 1976, protagonizado por Jeff Bridges, Jessica Lange y un Kong que era un actor disfrazado. En esta película se llevó a su época y en vez de una expedición cinematográfica era un petrolero. En la isla Calavera no había dinosaurios (lo más exótico que hay aparte de Kong es una serpiente gigante), y Kong escala las no menos icónicas Torres Gemelas, recién levantadas.
Sin embargo, el remake no fue el éxito esperado, y los efectos especiales no convencían mucho, a pesar de ser galardonados con un Oscar especial por la construcción de un King Kong animatrónico a escala real. El remake de Peter Jackson es muchísimo mejor, aunque la del 76 ha ganado algo de aprecio de los fans como película de culto.
El precio del poder (Scarface, 1983)
Remake de Scarface, el terror del Hampa (1932), de Howard Hawks.
Scarface (El precio del poder) es considerada hoy una de las mejores películas de gángsteres de la historia del cine y uno de los papeles más recordados de Al Pacino, el director Brian de Palma y el guionista Oliver Stone.
La huella que ha dejado esta película hace que muchos olviden que es un remake de una película de 1932 de Howard Hawks y producida por Howard Hughes, basada además en una novela sobre la vida de Al Capone.
Pero la película de 1983 tiene a otro protagonista ficticio, Tony Montana, inspirado en el personaje de Tony Camonte de la original, a su vez inspirado en Al Capone, que se extiende durante 170 minutos.
Quizás, más que un remake, sería considerada una reinterpretación de la novela, o incluso un homenaje que está dedicada a Hawks y el guionista de la original Ben Hecht.
Desafío Total (2012)
Remake de Desafío Total (1990), de Paul Verhoeven.
Total Recall es una de las películas de ciencia ficción icono de los 90, protagonizada por Arnold Schwarzenegger y dirigida por Paul Verhoeven, director también de RoboCop y Starship Troopers.
Es una locura basada en un relato de Philip K. Dick en la que una empresa puede implantarte recuerdos y aventuras falsas. Pero a un hombre aparentemente corriente le hacen aflorar recuerdos de una aventura en Marte como un agente secreto, que lucha para derrocar un tiránico gobierno.
El remake de 2012, dirigido por Len Wiseman y protagonizado por Colin Farrell y Jessica Biel, se tomó la historia mucho más en serio y perdió el humor negro típico de Verhoeven, convirtiéndola en una película de acción mucho más genérica de la que nadie se acuerda ya.
The Italian Job (2003)
Remake de Un trabajo en Italia (1969) de Peter Collinson.
El remake americano de The Italian Job, una comedia de acción de 1969 protagonizada por Michael Caine, mantuvo el nombre pero cambió casi por completo la historia de esta venerada película británica de robos. Contra todo pronóstico, los resultados fueron muy positivos.
En el remake, protagonizado por Mark Wahlberg, Charlize Theron y Jason Statham, la acción se lleva a Venecia y Los Angeles, creando personajes totalmente nuevos, como el antagonista de Edward Norton, y llevando las persecuciones (y atascos gigantescos) a un nuevo nivel.
El resultado es una película de acción moderna y muy entretenida, mucho más recomendable para ver hoy día que la original, que tuvo un gran éxito entre el público y crítica y aún podría recibir una secuela tardía... Como curiosidad, la película original tuvo una adaptación al videojuego... ¡de Rockstar!
Ultimátum a la Tierra (2008)
Remake de Ultimátum a la Tierra (1951) de Robert Wise.
Keanu Reeves protagonizó el remake de una de las películas de ciencia ficción más recordadas de los años 50, The day the Earth stood still, aunque inevitablemente los cambios son enormes.
La original de 1951, estrenada en un contexto de propaganda contra la Unión Soviética, era en su lugar una película pacifista en la que un extraterrestre llegaba a la Tierra para mandar un aviso no violento para que se detuviera la producción de armas nucleares, que llegaría a un punto que pondría en peligro la vida en otros planetas.
El remake, dirigido por Scott Derrickson (Doctor Strange), con Keanu Reeves como el extraterrestre Klaatus, sigue la misma trama, aunque con muchos cambios en el tono para hacerla más seria y a la vez más destructiva y con más acción.
Los Siete Magníficos (1960)
Remake de Los siete samuráis (1954), de Akira Kurosawa
El cine de Akira Kurosawa dejó una impronta enorme en Hollywood que todavía vemos en películas de todas las generaciones, desde Star Wars a Matrix, El Señor de los Anillos o Mad Max Fury Road.
Quizás el vínculo más directo sea el remake "no acreditado" de Los siete samuráis de John Sturges en 1960, con Yul Brynner y Steve McQueen, aunque después Kurosawa regaló una katana a John Sturges al quedar encantado con el remake.
El western adaptó la misma historia que la película de Kurosawa, ambientada en el Japón feudal (finales del siglo XVI). Los siete samuráis son aquí siete mercenarios contratados por un pueblo para defenderse los bandidos que les asolan, una premisa que ha sido imitada hasta la saciedad en otras películas y series, pero que está basada en una historia real... aunque fueron seis.
A su vez, Los Siete Magníficos tuvo un remake moderno en 2016 con Chris Pratt, Denzel Washington e Ethan Hawke, dirigido por Antoine Fuqua, que no está nada mal. Aunque estas dos versiones americanas son buenas, la película de Kurosawa es muy superior por el tratamiento de los personajes y su modernísimo estilo de dirigir la épica y la acción.
La Cosa (1982)
Remake de El enigma de otro mundo (1951), de Howard Hawks y Christian Nyby.
La Cosa es uno de los casos en los que el remake es considerado ampliamente superior al original. Separadas "solo" por 30 años de diferencia, la película de terror de los B, un clásico en su momento, pero una película de serie B al fin y al cabo, fue convertida por John Carpenter en una de las películas más terroríficas y absorbentes de los 80, que hoy día sigue funcionando igual.
En La Cosa, unos exploradores en la Antártida se encuentran con una entidad de otro mundo que puede parasitar humanos, de forma que todos son sospechosos.
A pesar de que fue un fracaso en su día (salió a la vez que E.T., y la gente prefería ver al adorable extraterrestre de Spielberg), se convirtió en una película de culto gracias... al videoclub.
Ha nacido una estrella (2018)
Remake de A Star is Born (1937, 1954 y 1976).
A Star is Born es una de esas historias cíclicas que, como Mujercitas, El Fantasma de la Ópera, Robin Hood o Les Miserábles, han sido contadas una y otra vez. La más reciente fue un gran éxito de crítica y público, que ganó muchos premios en 2018, incluyendo para su actriz principal Lady Gaga.
La primera Ha nacido una estrella se estrenó en 1937, con Fredric March y Janet Gaynor, como una de las primeras películas de Hollywood en hablar sobre el propio Hollywood. La historia era la misma que la que vimos con Gaga y Bradley Cooper: un actor alcohólico en horas bajas se enamora de una joven promesa, y mientras su carrera asciende, la de él se hunde.
Fue a partir de 1954, con Judy Garland y James Mason, cuando se convirtió en un musical, algo que sem mantuvo también en el remake de 1976 con Barbara Streisand y Kris Kristofferson. La de 2018, aun con la misma historia principal, perfeccionó la caracterización de la pareja y añadió al personaje de Sam Elliott, el hermano y manager del cantante.
Descubre más sobre Javier Escribano, autor/a de este artículo.
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