Análisis de Atomic Heart - Más que un shooter, una experiencia radi-adictiva

Es complicado que un estudio de videojuegos "recién nacido" consiga con su primer proyecto un pelotazo, pero ese promete ser el destino de Mundfish, responsables de este Atomic Heart para PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X/S y PC. Mucho se ha hablado (con alguna polémica incluida) sobre este juego, pero lo que importa es que, al llegar, confirma ser una estupenda experiencia.

El estudio con base en Chipre reconoce que su pasión por juegos como Doom o Bioshock fue el germen de este proyecto, pero no quieren quedarse con la etiqueta de haber creado un clon. Ellos han concebido una historia, jugabilidad e incentivos propios, como vamos a ver en este análisis de Atomic Heart.

La historia nos lleva a un 1955 alternativo, con una URSS que se alzó vencedora en la Segunda Guerra Mundial, gracias al descubrimiento del polímero, una sustancia versátil, capaz de otorgar grandes avances en robótica y toda clase de tecnología. 

El agente P-3, un soldado de élite, acude a los preparativos de la red Kollectiv 2.0, una infraestructura capaz de conectar los pensamientos de toda la Humanidad, cuando de repente todo se viene abajo. Los robots que se encargaban de todas las labores cotidianas, desde la limpieza hasta los camareros, comienzan a masacrar personas. ¿A qué se debe este desastre?

El análisis de Atomic Heart en Hobby Consolas:

• El gameplay de Atomic Heart
• Nivel de dificultad de Atomic Heart
• ¿Cuántas horas dura Atomic Heart?
• ¿Cuánto cuesta Atomic Heart y dónde puedes jugarlo?
• La opinión de Hobby Consolas sobre Atomic Heart
• Nota: lo mejor y lo peor de Atomic Heart

Jugabilidad y gameplay de Atomic Heart

En un principio, parece que estamos ante un shooter subjetivo con narrativa como los ha habido a patadas en el pasado: arrancamos la partida en un entorno ideal y hasta utópico, justo antes de que todo se derrumbe. Pero, una vez entramos en harina, comenzamos a ver sus particularidades.

Al principio, solo contamos con un hacha para defendernos de los primeros robots, pero pronto aprendemos a sacar partido de Char-les, nuestro llamado "guante polimérico". Este guante nos da una serie de habilidades especiales, desde escanear el entorno para localizar enemigos o items hasta aprovechar capacidades ofensivas.

La más básica y útil es Zap, una descarga eléctrica que puede activar algunos interruptores, pero también inmovilizar temporalmente y dañar a los enemigos. Zap es obligatorio para la trama, pero al encontrar las llamadas estaciones NORA podemos canjear los neuropolímeros encontrados por otros "superpoderes" opcionales: hacer flotar a los enemigos o congelarlos son algunos de ellos.

Por supuesto, también obtenemos armas, pero nos lo tenemos que currar nosotros, ya que la mayoría de ellas no están tiradas por ahí: hay que encontrar su plano de fabricación y acumular los ingredientes para crearlas. Hay desde escopetas o pistolas hasta armas de energía que no usan munición pero tardan un tiempo en recargarse.

Lo más curioso es que tenemos montones de armas cuerpo a cuerpo, como la ya icónica Sviózdechka. Todas las armas se pueden mejorar (con los ingredientes necesarios, claro) con más daño, mejor retroceso o slots para cartuchos especiales con efecto de fuego o eléctrico.

Lo mismo sucede con los habilidades poliméricas, que podemos ir mejorando con un mayor área de efecto, daño adicional, etc.

Combinar armas y poderes es crucial para acabar con los enemigos y, de hecho, algunos serán especialmente resistentes a ciertos tipos de ataques, por lo que escanearlos en pleno combate para sacar sus puntos débiles puede ser clave para hacerse con la victoria.

Sus cuerpos también pueden tener zonas especiales. Lo habéis adivinado, a los robots humanoides es mejor dispararles a la cabeza para quitárnoslos de encima más rápido. Y ojo, cuidado con los sensores de seguridad, porque si nos detectan, atraerán más enemigos y subirán el nivel de alerta.

Un desarrollo que favorece el vodka a vodka

Pero no todo se basa en disparar, pues tenemos algunas zonas de plataformeo, en las que nos toca buscar los típicos asideros marcados en amarillo, pero también bucear en polímero. Estas extrañas estructuras, que recuerdan a la película Abyss, nos pueden hacer "volar" por túneles que nos lleven a lugares secretos.

Un aspecto que nos ha sorprendido para bien es la presencia de numerosos puzzles. Los hay sencillitos, como colocar colores en un orden determinado para abrir una puerta, pero otros pueden ser tan grandes como un hangar y nos obligarán a explorar bien el entorno para entender qué activa cada interruptor. Algunos son muy ingeniosos y nos han recordado a clásicos como Portal.

Mientras resolvemos todos estos desafíos principales, no podemos dejar de explorar el entorno para encontrar armarios que contengan munición, piezas o cápsulas de sanación, así como terminales o personas que nos den información sobre el contexto del juego. Algunas de ellas estarán muertas... Ya lo entenderéis al jugar, ya.

Tal y como os estamos contando el desarrollo, podría sugerirse que la aventura es "pasillesca", con objetivos basados de ir de un punto A a un punto B, pero lo cierto es que Atomic Heart apuesta por un interesante desarrollo híbrido.

Al avanzar un poco en el juego, llegamos a zonas muy, muy abiertas, al aire libre, en las que podemos optar por buscar los objetivos principales o bien explorar a fondo para hallar desafíos secundarios, como zonas de prueba con puzzles especiales que, por supuesto, esconden suculentos premios. El escenario abierto es tan grande que hasta podemos movernos en coche.

Cuando publicamos nuestro avance de Atomic Heart, os confesamos nuestro miedo en torno a que estas zonas abiertas diluyeran demasiado la ambientación y la experiencia, pero lo cierto es que, al jugar desde el principio y del tirón, todo se siente más natural, porque te van "educando" poco a poco en torno a lo que te puedes encontrar en esas zonas abiertas.

Además, las zonas abiertas y las más lineales se van entremezclando de una forma bastante orgánica, por lo que no se siente que estemos ante dos juegos diferentes, por así decirlo. Todo tiene su justificación y nosotros nos alegramos de ello.

¿Es difícil Atomic Heart?

En su momento, también os mostramos preocupación porque los enemigos eran terriblemente duros en la preview. Por suerte, en Mundish han tomado nota y ahora los desafíos son potentes, pero para nada tan "destroyer" como lo visto unas semanas atrás. Ahora, tienes la sensación de que todo depende de tu habilidad y de que te curres el mejorar armas y poderes previamente.

Eso sí, los jefes son muy duros de pelar y a veces pueden llegar por sorpresa. Aquí hay que tener más paciencia, porque es probable que muráis más de una vez, incluso en dificultad normal.

Hablando de esto, hay tres niveles. El más básico es más bien narrativo y no os supondrá mucho problema, pero el difícil es solo para tipos duros, duros, como los cosacos.

Las partes de puzzle también os pueden poner en algún aprieto, pero no es nada que no se pueda resolver parando un poco en seco para reflexionar y sobre todo escanear todo lo que haya a nuestro alrededor.

Nuestro guante, Char-les, da algunas pistas de vez en cuando sobre lo que el juego "espera" de nosotros, pero no esperéis que os lleven de la mano. Aquí hay que currárselo para seguir adelante. Y, de nuevo, nos parece bien.

Es cierto que en alguna ocasión puede parecernos que estamos ante algún desafío demasiado críptico o que echamos en falta un manual en el juego para ciertas tareas (por ejemplo, cómo configurar mejor el set de armas).

¿Cuántas horas dura Atomic Heart?

No estamos ante un shooter corto, amigos. La duración de Atomic Heart está en cerca de 20 horas, solo para el desarrollo principal. Hay alguna escena de corte, pero la mayoría del tiempo lo pasamos jugando y explorando, así que no está nada mal.

A esto hay que añadir las misiones y desafíos secundarios, que pueden añadir otras 15 horas fácilmente. Además, hay montones de textos opcionales para leer y entender mejor cómo funciona esta unión soviética alternativa.

Por su parte, P-3 y Char-les inician conversaciones de vez en cuando que giran en torno al guion principal del juego. Escucharlas es opcional, pero desde luego ayudan a bucear más en su particular lore.

Precio y plataformas disponibles

El juego está disponible para PC, Xbox One, Xbox Series X/S, PS4 y PS5. En el caso de la versión de PC, la edición estándar cuesta 59,99 euros, mientras que para consola el precio sube hasta 69,99 euros. En el caso de Xbox, además, está disponible desde el día uno en Gamepass. ¡Hurra!

Existe también una edición Gold por 99,99 euros que incluye un par de skins para armas (que ni merecen mucho la pena, la verdad) y el pase de temporada del juego, para el que aún se tiene que anunciar todo el contenido.

Por último, la edición Premium cuesta 109,99 euros e incluye todo lo anterior, además de un libro de arte digital y otro pack de skins.

El orgullo de los soviets

Han pasado 5 años desde que se comenzara a trabajar en este juego y, durante el proceso, se ha hablado mucho sobre él. Aquí no entraremos en polémicas en torno a la política del mundo real, sino que nos centraremos en el juego en sí.

Y, en ese sentido, os reconocemos nuestra satisfacción. No solo es un shooter muy potente, sino que además ha conseguido construir una atmósfera y personajes muy interesantes, empezando por el propio P-3, un soldado listo pero malhablado y canalla como pocos (ojo a sus expresiones como "hijoputillas" o "cabrones carbonizados"), que contrasta con el tono educado de su guante.

A su alrededor, hay una serie de robots de diseño simple, pero efectivo e inquietante, especialmente los que tienen más peso en la trama. Las gemelas bailarinas os van a quitar el sueño y dejarían patidifuso al propio Isaac Asimov.

El apartado técnico está a la altura de las circunstancias, especialmente en unos escenarios enormes y detallados, con mastodónticas estatuas de Lenin conviviendo con casas llenas de recovecos por explorar y pasillos atestados de cadáveres y efectos de iluminación inquietantes.

A nivel técnico, las versiones de consola se adaptan a las circunstancias. Nosotros hemos jugado en PS5 y es cierto que tenemos unos 4K adaptativos, con el objetivo de mantener la marca de los 60 fps la inmensa mayoría del tiempo. Lo mismo sucede en Xbox Series X.

Al bajar a Xbox Series S, la resolución se queda en 1080p y 60 fps. En ningún caso hay posibilidad de cambiar la resolución o el frame rate como sí pasa en PC, pero es verdad que el juego luce muy bien y nunca hemos encontrado tirones de fluidez.

En PC, podemos jugar en 4K y 60 FPS de forma constante y algunos efectos como los de agua lucen algo mejor, pero en cualquier caso las versiones de PS5 y Series X siguen viéndose de fábula. Cuando se juntan efectos de pertículas, explosiones y los diferentes enemigos en movimiento, sientes que estás dentro de un mundo retro-futurista casi real.

El apartado sonoro también está a un gran nivel, con estupendas y divertidas voces en castellano como la del protagonista o NORA, la máquina ninfómana, que os hará soltar más de una carcajada con las salvajadas que suelta. La traducción es muy, muy graciosa.

De hecho, os sorprenderá la cantidad de humor que alberga el juego, sin que ello interfiera con otros momentos más tétricos o surrealistas, que los hay. El conjunto es toda una experiencia, que se ve potenciada por la música techno y otras melodías tradicionales rusas. Os va a sorprender la música en varios momentos.

En el caso de PS5, DualSense se aprovecha para que ciertos mensajes grabados por NPCs se escuchen a través del altavoz del mando y la vibración háptica se nota en la recarga de las armas o en ciertos golpes. No es el uso más inmersivo del mundo, pero no está mal.

Eso sí, por alguna razón, la música por defecto está demasiado alta y "tapa" un poco los diálogos. Os recomendamos que nada más comenzar a jugar ajustéis los valores de sonido en el menú de pausa hasta notarlos a vuestro gusto.

No es el único defecto técnico que hemos detectado: hay algunas zonas en las que el personaje se nos ha quedado atascado e incluso una vez se nos "colo" por el suelo, solo para caer al infinito y obligarnos a cargar el último checkpoint.

No es que se estén dando fallos todo el rato, ni mucho menos, pero es cierto que se han colado algunos defectos de ese tipo, como algún enemigo que se quedaba corriendo de espaldas a nosotros de forma indefinida. Bueno, al fin y al cabo son robots, qué se le va a hacer...

Al margen de estas pegas técnicas que se dan muy puntualmente y que, en el fondo, son bastante "parcheables", hemos quedado muy satisfechos con un juego que te va atrapando más y más, especialmente por un diseño artístico y un guion que saben enganchar y dan una personalidad de lo más potente que hemos visto en un shooter en mucho tiempo.

La acción, los puzzles, la exploración y la historia se dan la mano para que siempre quieras un poco más. Su planteamiento en el que los polímeros hacen viable casi cualquier cosa hará que vuestra imaginación vuele a poco que seáis fanáticos de la ciencia-ficción.

Quizá, a nivel de dificultad y experiencia de usuario, el juego no acabe de estar pulido del todo, pero nos parece un verdadero portento que un equipo "novato" entre comillas haya parido un juego tan enorme, ambicioso y espectacular.

Atomic Heart es el juego que el mismísimo Lenin hubiera querido probar si los videojuegos hubieran existido en su época. ¿Quién sabe? Quizá con los polímeros exista de verdad un mundo en el que todo esto pasó...