Análisis de MotoGP 21 para PS5, Xbox Series X-S, PS4, Xbox One, Switch y PC

Apenas unas semanas después de que arrancara el Mundial de Motociclismo, se pone a la venta MotoGP 21, su simulador oficial, desarrollado, una vez más, por Milestone, como viene siendo habitual desde la temporada 2013. Tras el emocionante regreso de Marc Márquez a la competición hace sólo cinco días, igual que él, ardíamos en deseos de volver a subirnos a las máquinas de dos ruedas más veloces del mundo, aunque, en nuestro caso, sean sólo virtuales.

La saga MotoGP debuta este año en PS5 y Xbox Series X-S,pero también repite su habitual paso por PS4, Xbox One, Switch y PC. Nosotros hemos podido analizar esta entrega en la consola de nueva generación de Sony, y hemos visto un acelerón en la simulación… y la habitual pereza de la compañía italiana en lo que al apartado técnico y los modos de juego se refiere, motivada parcialmente por la gran cantidad de proyectos que trata de abarcar cada año y que, incluso, tienen personal compartido. Pero vayamos parcial a parcial.

Con la licencia en regla

El juego cuenta con la licencia oficial de la temporada 2021, por lo que están las categorías de MotoGP (con veintidós pilotos), Moto2 (con treinta) y Moto3 (con veintiocho). En una actualización posterior al lanzamiento, se añadirán también MotoE y la Red Bull Rookies Cup, junto con los diseños actuales de algunos equipos.

Además, los fans más veteranos agradecerán la presencia de pilotos clásicos de tres épocas distintas: doce de la era de los 500cc (de 1992 a 2001), dieciocho de la etapa inicial de los 990cc de MotoGP (de 2002 a 2006) y once de la etapa de los 800cc de MotoGP (de 2007 a 2011). Poder encarnar a Mick Doohan, Álex Crivillé, Norifumi Abe, Nicky Hayden, Sete Gibernau, Dani Pedrosa, Jorge Lorenzo o Casey Stoner es un auténtico gustazo.

En cuanto a los circuitos, hay un total de veinte. Forman parte tanto los que están incluidos en el calendario oficial del campeonato como los de Austin y Termas de Río Hondo, donde aún no está claro que se vaya a correr esta temporada. 

Como novedad en MotoGP 21, debuta la particular ‘montaña rusa’ que es el circuito de Portimao. A cambio, se cae un clásico como Brno. Además, hay que destacar que, en Montmeló, se ha incorporado la remodelación de la curva 10, que da entrada a la zona del estadio.

Mando DualSense de PS5

Con novedades como la vibración háptica o los gatillos con resistencia variable, el gamepad DualSense de PS5 ofrece nuevas sensaciones de juego que aumentan la inmersión. La consola solo viene con un mando, así que necesitas otro para jugar en multijugador local.

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Un trabajo de ingeniería

Como es habitual en los juegos de Milestone, lo mejor es la simulación, más cuidada que nunca. Eso sí, se han añadido tantas opciones de configuración, para intentar contentar a todo tipo de jugadores, que resulta bastante engorroso dar con una equilibrada. No en vano, en esta ocasión, podemos toquetear aspectos como la modulación de la frenada, la aceleración, la toma de curvas o la electrónica, en diferentes grados.

Si no acertamos, ya sea por exceso o por defecto, la moto puede volverse muy difícil de conducir. Por ejemplo, hasta que nosotros dimos con un combo óptimo, nos resultaba imposible trazar las curvas, ya que la moto no giraba ni derrapaba lo más mínimo, con lo cual tendía a irse recta. 

En ese sentido, aplaudimos la mejora del control de las motos clásicas: en anteriores entregas, eran indomables, pero, en esta ocasión, se manejan como si tuvieran un poco de electrónica, lo cual las hace más dóciles y satisfactorias de pilotar.

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Otro aspecto de la simulación que se ha mejorado es el del consumo de combustible y la temperatura de los frenos. Ahora, hay que estar muy pendiente del mapa motor que tenemos en cada momento. Si perdemos la concentración y dejamos el mapa más potente todo el rato, veremos con desesperación cómo nos quedamos tirados antes de llegar al final de una carrera. Sí, hemos sufrido dicho ridículo un par de veces mientras hacíamos este análisis de MotoGP 21…

Otra incorporación que apuntala el realismo es la recuperación manual de las caídas. Hasta el año pasado, si acabábamos por los suelos, el piloto reaparecía al instante, por arte de birlibirloque, sin apenas perder tiempo. 

Sin embargo, ahora, podemos elegir la opción de que el piloto deba levantarse y correr hasta donde haya ido a parar la moto. Es tan realista que puede llegar a ser un poco desesperante, pero se agradece que se dé la opción. En ese sentido, se mantiene la habitual opción del rebobinado, así que nadie podrá quejarse.

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Milestone también se ha puesto las pilas con MotoGP 21 y la forma de aplicar las sanciones. Antaño, si recortábamos, se nos añadía una penalización de tiempo más o menos proporcional al acabar la carrera. 

Ahora, como sucede en la realidad, se nos van dando avisos y, si pisamos fuera del asfalto varias veces, se nos castiga con una sanción de vuelta larga, consistente en tomar un desvío que hay colocado estratégicamente en una determinada curva, lo que supone perder varios segundos. Eso sí, el carril es tan sumamente estrecho que resulta difícil atinar, por lo que existe una opción para que la CPU lo haga de forma automática por nosotros.

No obstante, al sistema de sanciones le falta un pequeño hervor. Si recortamos las curvas por la parte de dentro, en seguida salta el aviso de que hemos superado el límite de la pista, pero, si lo hacemos por la parte de fuera, el juego no siempre lo entiende como una ilegalidad, aunque ganemos tiempo. Además, en MotoGP 21 podemos tirar a otros pilotos y que no se nos castigue por ello.

También le falta un pulimento a la inteligencia artificial de los rivales. Podemos configurar su habilidad entre una extensa horquilla de niveles, pero, a la hora de desenvolverse sobre la pista, los rivales son bastante inconsistentes. En las curvas, se desempeñan más o menos bien, pero, en las rectas, es posible recortarles una minutada con relativa facilidad, como si fueran al ralentí.

Neumáticos desgastados

Los modos de juego de MotoGP 21 son, en esencia, los mismos que llevamos viendo desde hace eones. Podemos disputar grandes premios sueltos, contrarrelojes, campeonatos y carreras online, pero lo más destacado es el modo Trayectoria, donde hay que crearse un álter ego y llevarlo hasta lo más alto.

Ahora bien, la sensación de progresión y de trasfondo del modo brilla por su ausencia. Hace unos años, había cierto componente rolero, que hacía que la habilidad del piloto fuera mejorando progresivamente, pero eso desapareció hace tiempo para plantear un modo sin profundidad, que permite elegir, incluso, en qué categoría queremos debutar, sin necesidad de pasar por Moto3 o Moto2. Los pocos elementos de gestión se reducen a contratar un representante y varios ingenieros, así como a asignar puntos a un árbol de mejoras de la moto.

Tampoco están el motorhome o las noticias de hace unos años, que daban algo de vidilla al modo. La única novedad reseñable es que, igual que ha hecho Valentino Rossi en la realidad, además de ser pilotos, podemos promover equipos junior de Moto3 y Moto2 para apadrinar a nuevos pilotos. Aparte, regresa el sistema que permite personalizar las decoraciones de las motos o los cascos.

El juego es sobresaliente en cuanto a la jugabilidad, pero se echa en falta que haya modos que le den un poco de profundidad. Podrían ser desafíos con los que desbloquear recompensas o vídeos históricos, un modo cooperativo como el que va a tener este año F1 2021… Seguro que, si Milestone hiciera una tormenta de ideas, se le ocurrirían cosas, pero, de momento, toca conformarse con la misma cantinela de siempre.

Sin grandes apéndices aerodinámicos

En materia audiovisual, de nuevo, como hemos comprobado durante esta review de MotoGP 21 es un juego muy continuista. El salto a la nueva generación ha traído consigo una mayor fluidez, pero no se observa una evolución demasiado significativa en cuanto al grado de detalle. Eso sí, se han incluido nuevos detalles, como el rango horario del atardecer para la prueba de Moto3 de Losail o las animaciones de los pilotos para correr hasta su compañera de fatigas tras una caída.

La poca evolución se nota, especialmente, en las caras de los pilotos en los vídeos de la parrilla y el podio. No se ha hecho nada por mejorarlos. No obstante, sí se nota cierto mimo por la licencia, observable en la presencia visual de directores de equipo como Alberto Puig o Takeo Yokoyama, del Repsol Honda. En lo técnico, MotoGP 21 es un juego cumplidor, sin más.

Hay que destacar que, en su versión de nueva generación, el número de participantes en las carreras multijugador ha crecido hasta los veintidós, frente a los trece de las otras plataformas. Por otra parte, esperábamos algo más del uso de los gatillos adaptativos del DualSense de PS5, pues están desaprovechados y apenas transmiten las sensaciones de las frenadas o las aceleraciones.

En cuanto al apartado sonoro, el ruido de los motores, sin ser espectacular, hace su papel. Lo malo es que Ernest Riveras, voz del motociclismo en España, sigue estando tremendamente desaprovechado, pues apenas hace una introducción y una conclusión genéricas, sin siquiera llegar a nombrar a los pilotos. Y ya no hablemos de contar anécdotas relacionadas con ellos o con los circuitos.

A dos velocidades

MotoGP 21 es un juego con dos caras muy diferenciadas. Como simulador y como juego oficial del Mundial de motociclismo, es excelente, merced a una jugabilidad más completa que nunca y a un buen trato a la licencia. Ahora bien, como juego de velocidad y como continuación de una saga anual, se echan en falta más novedades, pues el núcleo del modo Trayectoria o los pilotos clásicos que se han incluido vienen ya de muy lejos.