Crítica de Agencia Lockwood, la nueva serie de Netflix solo para los fans de los libros

El cine siempre se ha servido de los libros para encontrar nuevas historias que trasladar a la pantalla grande. Una estrategia que también siguen servicios de streaming como Netflix, especialmente si las novelas a adaptar ya tienen una gran base de fans. Precisamente el caso de la Agencia Lockwood, la nueva serie adolescente de la plataforma.

Basada en la saga de cinco libros del mismo nombre escrita por Jonathan Stroud, la serie nos presenta un Londres actual en el que "El Problema" ha provocado que los espíritus de personas fallecidas en un acto de violencia o extrañas circunstancias vaguen por la ciudad, aunque solo los adolescentes pueden verlos y atraparlos. 

O de eso se supone que trata la trama de Agencia Lockwood, pues parece que Netflix se ha centrado únicamente en hacer un producto especialmente dedicado a los fans de los libros, ya que como seas ajeno a estos te costará mucho entrar en el juego de la serie e incluso entender por qué los personajes hacen ciertas cosas o qué está sucediendo en ese momento. 

Una cuestión que hace muy complicado que esta serie sobre fenómenos paranormales vaya a conseguir sobrevivir en la plataforma de streaming si los fans de los libros no la consideran lo suficientemente buena, pues la falta de carisma de sus protagonistas o las tramas repetitivas no la convierten en un producto demasiado apetecible.

Nada de contexto

No hay ni un solo capítulo de Agencia Lockwood que te ayude a entender por qué Londres está infestado de fantasmas en la actualidad, pues los personajes hablan de "El Problema" como si fuese una situación sabida por todos. Tampoco hay explicación para otras situaciones claves para poder entrar en la serie. 

Como por ejemplo, por qué son los adolescentes los que luchan contra los fantasmas si luego tienen que estar supervisados por un adulto, o para qué se utilizan realmente los objetos que llevan los protagonistas como las espadas, las cadenas o las redes de plata. 

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Tampoco hay ninguna explicación de por qué los fantasmas son peligrosos para los habitantes de Londres, en fin, los espíritus siempre han estado presentes en el mundo del cine y la literatura, pero se han manifestado de formas muy distintas, siendo peligrosos, juguetones o completamente inofensivos. 

Es decir, si los adolescentes de la Agencia Lockwood tienen que acabar con su presencia en diferentes lugares encantados, estaría bien saber por qué hacen su trabajo y arriesgan sus vidas a diario. Una cuestión que, probablemente, aquellos que han leído los libros conozcan, pero que hace que la serie se vuelva completamente incomprensibles para aquellos que se acercan de nuevas.

Personajes faltos de carisma

Al no ser consumidora de los libros en los que se basa la serie de Agencia Lockwood desconozco cómo son los personajes escritos por Jonathan Stroud, pero los que se han trasladado a la pequeña pantalla no tienen ni un ápice del carisma que se les presupone. 

Al ser tres personajes tan estereotipados, un adolescente con aires de superioridad, una joven con un talento mucho mayor del que ella misma conoce, y un amigo "rarito" que es el que acaba salvándoles siempre gracias a su conocimiento, uno espera que los actores se comporten de cierta manera al interpretarlos. 

Sin embargo, ni el actor que da vida a Anthony Lockwood tiene el carisma suficiente como para interpretarlo, ni Lucy Carlyle es una joven autosuficiente y valiente, capaz de enfrentarse a los retos que supone ser una cazafantasmas con mucho talento. 

De hecho, es hasta frustrante ver a un personaje que, en teoría, quiere convertirse en una reconocida cazafantasmas, llorar y morirse de miedo cada vez está frente a uno. Una actitud que, por cierto, no tienen el resto de personajes masculinos. 

Tramas en bucle 

Al ser una serie sobre una agencia de cazafantasmas, no es raro que cada uno de los capítulos tenga como trama principal alguno de los encargos para cazar espíritus, mientras se desarrolla paralelamente una trama principal secundaria que se resolverá al final de la temporada. Una estrategia que Agencia Lockwood sigue, pero que no termina de afinar.

Pues aunque en cada capítulo vemos como los tres protagonistas dan caza a diferentes fantasmas, todas las tramas repiten una misma estructura que acaba resultando agotadora y poco sorprendente. No hay capítulo en el que los tres protagonistas no discutan sobre sus diferentes formas de afrontar el trabajo.

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Como tampoco hay episodio en el que Lucy no se sienta desplazada por sus compañeros y haya que ir a "convencerla" de que se vuelva a unir al equipo. Así como tampoco hay capítulo en el que no se resuelva el trabajo en la segunda ocasión que los tres se enfrentan al fantasma.

Unas tramas repetitivas y faltas de sorpresa que hacen que Agencia Lockwood se acabe transformando en una serie tediosa y confusa, especialmente para aquellos que no han leído los libros en los que se basan y a los que les resulta imposible entender para qué se utilizan las espadas o quiénes son todos esos personajes célebres que se mencionan sin ningún tipo de explicación.

Por otro lado, los efectos digitales parecen haber salido de una película de ciencia ficción de los 80 de bajo presupuesto y que otras mentes más brillantes, como Spielberg o los verdaderos Cazafantasmas, hubiesen solucionado con imaginación y que esta serie causa aún más rechazo, especialmente cuando los momentos "terroríficos" se acercan más a lo "cutre".

En conclusión, Agencia Lockwood es una serie hecha para los amantes de los libros de Jonathan Stroud que quieran ver cómo los personajes han cobrado vida en Netflix, pues parece bastante improbable que consiga atraer a un público que no los haya leído. Estreno en Netflix el viernes 27 de enero.