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Crítica de Berlín, el spin-off de La casa de papel

La casa de papel: Berlín

Crítica de Berlín, el spin-off de La casa de papel con Pedro Alonso, Michelle Jenner y Tristán Ulloa y creado por Álex Pina y Esther Martínez para Netflix. Estreno el 29 de diciembre.

¿Echáis de menos La casa de papel? La exitosa serie creada por Álex Pina y Esther Martínez Lobato se convirtió en todo un fenómeno dentro y fuera de nuestras fronteras gracias a sus 41 episodios repartidos en 5 temporadas; las dos primeras sobre el atraco de la banda del Profesor a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, y el resto al atraco del Banco de España.

Netflix se hizo con los derechos de emisión de la serie en 2017 y cambió el formato de los episodios de cara a las siguientes temporadas, que pasaron de ser de 70 minutos a durar entre 40/50. Tan exportable es la fórmula que incluso hay otras versiones como Money Heist: Corea, que no consiguió alcanzar la misma popularidad, eso sí.

Berlín es el primer spin-off de La casa de papel, pero no la única serie derivada puesto que ya se está trabajando en una precuela titulada El golpe del siglo que verá la luz en 2024.

Por el momento, vamos a hablaros de esta serie, centrada en una versión mucho más amable, comprensible y humana del personaje al que da vida Pedro Alonso de nuevo. Ojo, eso no le quita un ápice de su verborreica y excéntrica personalidad que lo hace tan voluble como creativo a la hora de idear un plan genial o para robarle el corazón a una mujer.

 

La historia que se desarrolla a lo largo de ocho episodios, se ambienta en el pasado de modo que sirve como precuela (con la incursión de algunos personajes que, de hecho, conocemos como el de Itziar Ituño o el de Nawja Nimri).

Berlín planea robar una colección de joyas por valor de 44 millones de euros. O más concretamente, hacerlas desaparecer delante de los ojos de los vigilantes con la ayuda de su banda y una estrategia rayana en lo suicida cuando se queda prendado de compuesta por una mujer que poco le conviene al plan:

  • Keila (Michelle Jenner) es una ingeniería electrónica experta en códigos informáticos y ciberseguridad. Tan inteligente y sensible como inadaptada.
  • Damián (Tristán Ulloa) es ingeniero, físico, y químico. El perfecto ejecutor de las ideas imposibles de Berlín, y su íntimo amigo.
  • Cameron (Begoña Vargas) es una fuerza de la naturaleza que vive al límite, y nunca calcula el riesgo.
  • Roi (Julio Peña Fernández), es experto en abrir cerraduras y entrar en la cárcel. Hasta que conoció a Berlín y se convirtió en su alumno aventajado y fiel escudero.
  • Bruce (Joel Sánchez) es capaz de manejar cual cosa. Desde todo tipo de vehículos, a armas o una lanza térmica. Lúdico, encantador y con alma gamberra.

Un planteamiento estético distinto para un tono más suave

Las señas de identidad de La casa de papel eran visualmente muy reconocibles: las caretas de Dalí y los monos rojos se convirtieron en un icono de la serie y dentro de ella en el símbolo de la resistencia a la autoridad. Ese brindis a favor de ver el mundo arder y darle una victoria, por una vez, a los de la última fila, consistiera eso en salirse con la suya o morir con las botas puestas.

Con la serie original tiene en común el hecho de contar con dos líneas temporales: la planificación y la ejecución del robo, lo que permite por una parte crear algún vínculo con los personajes que ya conocíamos y por otra dosificar la información para introducir giros de guión y mantener el interés en la trama.

Pero aquí el planteamiento es otro: tenemos un personaje protagonista principal cuyas reflexiones y motivaciones son el eje de la acción como ideólogo pero sin punto de comparación con el Profesor. Si Tokio (Úrsula Corberó) funcionaba como narradora ahora es el propio Berlín quien cuenta su historia.

Los demás son secundarios que orbitan a su alrededor y tienen sus momentitos de gloria... aunque también caigan en tropos comunes y tengan líneas de diálogo sonrojantes. 

La localización, París, ya nos da una idea de cómo quiere ser un espectáculo bien distinto, con una fotografía más luminosa. Es una serie que sirve de entretenimiento escapista, planificada al milímetro para no dar un respiro (salvo quizás cuando la trama amorosa nos hace levantar el pie del acelerador antes de fusionarse con la trama del robo en sí).

A menudo nos quejamos de que las series tienen mucho relleno, impases en los que "no pasa nada" realmente relevante y que terminan por lastrar la función, pero Berlín funciona como una flecha lanzada con ballesta: funciona y engancha, aunque acuse cierta sensación de ser una hermana pequeña de La casa de papel al carecer de la misma intensidad y fuerza. 

VALORACIÓN:

Berlín es trepidante y sorprendentemente luminosa: engancha desde el primer episodio aunque no evite caer algún que otro cliché. Es menos intensa que La casa de papel y desecha los discursos sociales en pro de su lúdico planteamiento pero es igual de eficiente como entretenimiento de ritmo vertiginoso.

LO MEJOR:

El ritmo de la serie: Berlín va a toda caña y no da un respiro hasta el desenlace. Y tiene posibilidades de regresar con nuevos robos.

LO PEOR:

Se echa en falta la parte más oscura, tétrica y mezquina de La casa de papel. Alonso recibe un importante lavado de cara.
Hobby

77

Bueno

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Etiquetas: Netflix