Crítica de Bird Box Barcelona, un regreso tímido a un universo ya conocido

En 2018 una película que había pasado por debajo del radar despuntó en Netflix posicionándose en la cima del streaming y causando sensación: se trataba de A ciegas (Bird Box), la adaptación de la novela de Josh Malerman "Bird Box" publicada en 2014.

Las similitudes con otras obras como El incidente (The Happenning) de M. Night Shyamalan, La carretera (The Road) de John Hillcoat (basada en la novela de 2006 de Cormac McCarthy), o la primera entrega de Un lugar tranquilo (A Quiet Place) eran evidentes, pero convenció al público en sus hogares y marcó un hito de visionados, así que no es de extrañar que se haya revisitado su universo.

¿Es Bird Box Barcelona una precuela, una secuela o un spin-off? Pues no a todo, es sencillamente una historia que se desarrolla en el mismo escenario postapocalíptico aunque en una nueva ubicación: la ciudad de Barcelona.

En esta ocasión el guión y la dirección han recaído en los hermanos Álex y David Pastor que tienen a sus espaldas proyectos como Los últimos días o la inquietante Hogar.

Han trabajado con un reparto coral e internacional encabezado por Mario Casas (No matarás) y Georgina Campbell (Barbarian) que funciona bastante bien y con secundarios estupendos como Michelle Jenner, Leonardo Sbaraglia, Diego Calva, Gonzalo de Castro, Lola Dueñas o Patrick Criado, entre otros.

El apartado interpretativo está cubierto con mucha solvencia por todos ellos, pero no se puede decir lo mismo ni del guión ni de los efectos especiales, que naufragan cada vez que se introduce un CGI que deja mucho que desear (son particularmente ineficientes los momentos en los que aparecen explosiones o fuego).

Casas da vida a Sebastián, un hombre que trabaja en el terreno de las renovables cuando empiezan a sucederse una serie de altercados en la delegación de Dusseldorlf de su empresa. Ante el temor generalizado hacia una amenaza desconocida que hace que quien la vea ponga fin a su vida de forma dramática e inmediata, decide regresar con su mujer y su hija, pero las cosas se tuercen aún más.

Al final se ve obligado a deambular por las calles en busca de otros supervivientes junto a los que subsistir teniendo en mente que todo el mundo está a la defensiva y las alianzas son siempre muy frágiles.

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Bird Box Barcelona (4 imágenes)

Lo primero que hay que señalar es que no es necesario haber visto A ciegas para enfrentarse a Bird Box Barcelona. Esta nueva entrega que llega a la plataforma el viernes 14 de julio es independiente por completo y explica a lo largo de su metraje todo lo necesario para comprender la trama sin necesidad de necesitar información previa.

Esto implica que los personajes son nuevos y su percepción del fenómeno que ha desatado el caos también es distinta. Temporalmente viaja más hacia atrás, aunque desde la perspectiva de España, mostrando cómo empezó a desatarse el fenómeno y a alterar la convivencia con una oleada de suicidios sin precedentes.

Por lo demás, la motivación de los personajes sigue siendo la misma: llegar a un santuario o lugar seguro en el que poder mantenerse con los ojos abiertos sin miedo. Eso sí, hay una especie de coda que pretende exponer un nuevo giro de cara a dejar planteado un cebo para otra posible continuación. Muy endeble, todo hay que decirlo.

¿Se desarrolla más esa mitología propia dando una explicación o un por qué? Pues no, en ese sentido Bird Box Barcelona es una película muy poco satisfactoria que no trasciende más allá de su predecesora.

De nuevo hay grupos que interpretan estas presencias de una u otra manera forzando comportamientos a menudo amorales, pero, nunca mejor dicho, seguimos "a ciegas" respecto a su origen y su finalidad última.

Esto, combinado con un giro de guión prematuro que nos desvela información relevante antes de tiempo, hace que la cinta se perciba como una sucesión de momentos de tensión idénticos unos a otros y que se haga bastante larga en sus 110 minutos de duración.

Bien ejecutada, con escenas de tensión calculadas con esmero y una atmósfera malrollera lograda, pero mal postproducida, sin grandes sorpresas y carente a fin de cuentas de "chicha" más allá del despliegue en pantalla. Tiene el potencial de resultar entretenida, pero aporta poco y se olvida deprisa.