Crítica de Cobra Kai, temporada 5: sinfonía de galletas al compás del camino del puño

Esta vez no hemos tenido que esperar tanto: después de poco más de medio año, la temporada 5 de Cobra Kai aterrizará este viernes 9 de septiembre en Netflix para continuar con la máxima de "pegar primero, pegar duro y sin piedad".

Y es que el camino del puño no se recorre solo. La situación tras el Torneo de All Valley es dramática y el regreso de Terry Silver ha hecho que Cobra Kai sea más peligroso e influyente que nunca.

Después de unos calurosos meses marcados por Stranger Things o The Sandman, la vuelta al cole supone también el regreso al dojo, así que id cogiendo el gi, que toca entrenamiento.

Hoy, en Hobby Consolas, os traemos nuestra crítica de la quinta temporada de Cobra Kai, con el Valle convertido en un hervidero.

LA CALMA ANTES DE LA TEMPESTAD

Vamos a hacer una pequeña recapitulación de cómo nos quedamos en la temporada 4 de Cobra Kai. Daremos por sentado que estáis al día con la serie, así que estáis prevenidos de que tendremos spoilers de las temporadas anteriores.

El Torneo de All Valley concluyó y, aunque Halcón (Jacob Bertrand) se impuso en la categoría masculina, Tori (Peyton List) "ganó" la categoría femenina con ayuda arbitral comprada por Terry Silver (Thomas Ian Griffith).

Cobra Kai se impuso al Miyagi-Do Karate de Daniel LaRusso (Ralph Macchio) y al dojo Colmillo de Águila de Johnny Lawrence (William Zabka), lo que les obligaba a cerrar los dojos y abandonar el Valle, como los buenos western.

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Pero eso no significa que en Cobra Kai fuese todo caviar y champán. Terry Silver le hizo la envolvente a John Kreese (Martin Kove) y lo mandó a la cárcel, quedándose él con el dojo y vía libre para llevar a cabo sus planes.

Además, Miguel Díaz (Xolo Maridueña) escapó a México con la esperanza de encontrarse a su padre. Johnny Lawrence fue tras él.

Grosso modo, esa es la situación con la que vamos a iniciar la temporada 5. Los pupilos de Johnny y Daniel están alicaídos por la derrota, pero LaRusso tiene un arma secreta recién aterrizada desde Okinawa: Chozen Toguchi (Yuji Okumoto), su némesis en Karate Kid 2 a quien ya vimos en la temporada 3.

La nueva temporada de Cobra Kai va a arrancar con relativa calma justo donde nos quedamos. Vamos a tener algunos episodios que, aunque no carecerán de acción, van a centrarse en desarrollar las diferentes historias.

COBRA KAI NUNCA MUERE, MIYAGI-DO TAMPOCO

Con John Kreese entre rejas, Terry Silver necesita aliados para llevar a cabo sus maquiavélicos planes de expansión que, por cierto, conoceremos más en detalle a lo largo de los episodios.

De entre sus nuevos aliados destacará Kim Da-Eun, una sensei coreana interpretada por Alicia Hannah-Kim que, si fuera un animal, sería la cobra del dojo titular: fría, implacable y despiadada. Una grata adición en una serie que se estaba quedando sin viejos enemigos.

Su paso por la serie, además, deja muchos detalles, así que os sugerimos estar atentos a sus escenas para que podáis seguir montando el gran puzle que es unir las historias de la época de Karate Kid con las de su serie secuela.

Al igual que Alicia Hannah-Kim, tenemos que quitarnos el sombrero con Yuji Okumoto y su versión extendida de Chozen Toguchi. Este bandarra que casi mata a Daniel LaRusso en Okinawa se convierte fácilmente en uno de los personajes más divertidos de la temporada. Pero ojo, con una fuerte conexión a las sensaciones que evocaba el bueno de Pat Morita como el señor Miyagi.

En cuanto al resto del elenco, sin novedad en el frente. Se nota que la serie se centra más en los principales, algo que, en parte, se agradece. Algunos personajes terminaron su desarrollo y, aunque siguen apareciendo, lo hacen con un rol mucho más secundario.

Este es un punto positivo, ya que Cobra Kai pecaba de tener un exceso de personajes que, sin terminar de aportar grandes cosas a la historia, ocupaban tiempo en episodios que son ya de por sí cortos.

MEJOR EN MUCHOS ASPECTOS, AUNQUE SIGUE REPITIENDO ERRORES

Se nota que, desde que está en manos de Netflix, Cobra Kai ha subido un poco su nivel de producción (que ya era bueno cuando la serie militaba en YouTube Red).

Esta quinta temporada tiene el honor de contar con el episodio más largo de la serie, aunque no por mucho, superando en tres minutillos al episodio final de la temporada 4.

Podemos dividir la temporada en tres actos: el primero, más calmado, abarcaría los seis primeros episodios; luego tendremos un punto de inflexión de dos episodios que cocinan el apoteósico final que nos aguarda en los dos capítulos finales, especialmente en el último, claro.

El derroche de acción sigue siendo uno de los puntos fuertes en Cobra Kai, donde cualquier excusa es buena para que alguien se tatúe la suela de una zapatilla en la cara. No obstante, el despliegue que veremos en los compases de la temporada es, como decimos los madrileños, fetén.

En muchos aspectos, Cobra Kai se aleja de esos evidentes intentos de estirar la fórmula, dilatando conflictos hasta el infinito y más allá. La serie empieza a encontrar nuevos caminos y, si los desarrollan bien, puede conducir a un final fantástico que, pese a todo, no debería demorarse demasiado.

A pesar de todo, a veces sigue insistiendo en exceso con los mismos temas, haciendo que, a nivel narrativo, sean menos efectivos que la primera vez que se usaron: que la primera, la segunda, la tercera...

Son episodios que se disfrutan mucho, cuentan con un ritmo adecuado que ha caracterizado a la serie desde el principio, el mismo que hace que de repente digas "Ya he visto 6 capítulos?".

El equilibrio entre nostalgia y actualidad vuelve a ser otro de los puntos fuertes de una serie que ha demostrado conseguir atraer a los ochenteros y a los jóvenes por igual.

Recordad, el viernes 9 de septiembre tenéis una cita con el camino del puño en Netflix con la quinta temporada de Cobra Kai. Elijáis el tipo de kárate que elijáis, recordad que la mejor manera de evitar un golpe es no estar ahí.