Crítica de Futurama temporada 11. Sus 6 primeros episodios tienen mucho futuro

Pocas series han peleado más resurgir de sus cenizas que Futurama, la genial y cómica aventura futurista creada por Matt Groening hace ya 24 años. Tras varias cancelaciones, las andanzas de Fry, Leela y compañía han pasado por hasta tres productoras distintas (Fox, Comedy Central y Hulu). Ahora, vía Disney Plus, nos llega por fin la temporada 11 de Futurama tras meses en el horno.

Los acontecimientos se retoman justo en lo que, sinceramente, parecía el gran final de la serie con la temporada 10, con todo el universo congelado en el tiempo. Ahora, todo vuelve a la normalidad y asistimos a una nueva tanda de aventuras autoconclusivas por parte de los miembros de Planet Express.

Nosotros hemos podido ver los 6 primeros episodios de la nueva temporada (de un total de 10), con lo que os damos una valoración general de ellos. Esta temporada llegará a Disney+ el 24 de julio y se irá publicando un capítulo cada semana.

Lo cierto es que, tras unas últimas temporadas bastante más flojas a todos los niveles, esta parece haber recuperado (aun sin la brillantez absurda de las primeras) los puntos fuertes de la serie.

Por un lado, tenemos la vertiente puramente de ciencia-ficción soft, que no inventa nada que no hayamos visto ya en la serie, pero que recupera algunos de los elementos más atractivos, como los viajes en el tiempo o conocer nuevas especies alienígenas. Sí, también conocemos más sobre el ciclo reproductivo de Kif. Buajjjj.

Por otro, los gags cortos, en los que, como suele ser habitual, los protagonistas son Bender y Zoidberg, sobre todo, si bien hay momentos para la mayoría de personajes. Aquí, aunque simpático, es cierto que quizá el humor no acaba de ser tan descacharrante como en el pasado, probablemente porque la fórmula ya está muy usada...

Sí son más simpáticas las referencias culturales, a películas como Dune o... A ver quién es capaz de pillar el homenaje a la mismísima Los Simpson o a (Des)encanto, la otra serie creada por Matt Groening.

Donde sin duda destaca más esta temporada es en el apartado de la sátira social, algo en lo que siempre ha estado muy fina Futurama. En esta ocasión, aparte de burlarse de sí mismos y de sus constantes cancelaciones, los guionistas dan mucho juego con la cultura de las series en streaming y nuestra obsesión por maratonearnos series más allá de lo que sea bueno para nuestra salud.

También hay hueco para la locura por las criptomonedas o, por lo que parece mostrar en el avance, alguno de los capítulos finales también se atreverá con la pandemia del coronavirus.

Posiblemente, el capítulo más brillante de esta nueva tanda es el centrado en criticar a Amazon y a su capacidad para idiotizarnos mientras se expande sin control. La forma en la que se lanzan puyas a Alexa o la manera en la que resuelve todo es puro Futurama.

Lo mejor de cada galaxia

En cuanto al plantel de personajes, tenemos pocas novedades, salvo 3 recién llegados al mundo de Amy que ya iréis viendo. Otros, como Calculón o Mamá tienen bastante protagonismo. Echamos en falta más tiempo en pantalla de personajes como Zapp Brannigan, pero quizá en los cuatro capítulos finales podamos resarcirnos.

Como podéis suponer, el ingrediente principal es el humor, con algunos momentitos de acción y aventura y pinceladas de moralejas buenrolleras, pero no esperéis (al menos, por ahora), giros bruscos hacia el dramón. Con un perro de Fry ya hemos tenido suficiente, gracias.

A nivel visual, se mantiene a tope la estética clásica, con un dibujo tradicional para los personajes y algunos efectos renderizados para la nave y otros vehículos. 

Lo más agradable ha sido comprobar que, diez años después, vuelven todas las voces originales, tanto en inglés (a pesar de que John Dimaggio, voz de vender, casi se baja del barco) como en español. ¡Qué gusto da escuchar a los actores de siempre!

En conjunto, los primeros episodios de la temporada 11 de Futurama confirman que merecía la pena este regreso, una vez más. Vale, la serie ya no es tan rompedora como lo fue hace más de dos décadas, pero mantiene una personalidad por encima de la media de las series de animación. Esto puede ser verdad, o puede que el Himnosapo nos haya hipnotizado para decirlo...