La mitología eslava está de vuelta en Netflix con Monstruos de Cracovia, la serie sobrenatural recién llegada de Polonia que espera fascinar a los suscriptores con su oscura narrativa. ¿Lo consigue? En unos cuantos párrafos lo averiguaremos.
No son pocas las producciones internacionales que le han dado una alegría al tío Netflix. Series como Dark, Lupin o La casa de papel se han convertido en éxitos en numerosos países.
Por supuesto, la extensa sombra de El juego del calamar es imposible de obviar. La serie coreana se convirtió en 2021 en la más vista de la historia de la plataforma.
Con esto en mente, Netflix sigue buscando gallinas de los huevos de oro en muchos países. Esta semana le toca el turno a Polonia, que tirará de mitología eslava para tratar de cautivar al público.
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Kasia Adamik y Olga Chajdas son las encargadas de dirigir Monstruos de Cracovia (Krakowskie potwory), la serie polaca que aterrizó ayer en el catálogo de Netflix.
Hoy en Hobby Consolas os traemos nuestra crítica de Monstruos de Cracovia. ¿Podrá el género sobrenatural polaco volver a fascinar al mundo?
UN MUNDO MÁS ALLÁ DE LO QUE LOS OJOS VEN
Como siempre, vamos a arrancar la crítica con una breve sinopsis a modo de premisa para los que no tengáis idea de qué va la serie.
Alex es una joven universitaria a la que su pasado atormenta sin cesar. A pesar de sus buenas notas, vive una vida errática hasta que se une al grupo de un profesor que se ha rodeado de alumnos con dones fascinantes.
Pronto descubrirá que la Tierra, más concretamente la ciudad de Cracovia, se ha convertido en caldo de cultivo para el regreso de un demonio ancestral.
El primer episodio parece sugerir que, pese a tener una trama principal, la serie puede apostar por ir presentando parte de su "bestiario" de forma episódica.
Quitaos la idea de la cabeza, no estamos ante una nueva serie tipo Lucifer o Grimm, algo bueno, por un lado, pero que habría estado bien por otro.
OSCURA Y MÍSTICA, PERO CARENTE DE EMPATÍA
Siendo una producción de Europa Oriental, Monstruos de Cracovia viene precedida de la fama de muchos cineastas por apostar por tonos oscuros con personajes a juego.
Si a eso le sumamos el corte místico de la serie, encontramos una producción sombría que sin duda gustará a los fans de este género.
No obstante, el reparto compuesto por Barbara Liberek, Andrzej Chyra, Malgorzata Bela, Magdalena Kolesnik, Anna Paliga, Kaja y Maja Chan, Staszek Cywka, Malgorzata Rozniatowska, Malgorzata Gorol, Mateusz Górski, Julia Wyszynska, Stanislaw Linowski, Eryk Pratsko, Ewelina Zak y Daniel Namiotko acusa de falta de química.
A pesar de que se esfuerzan claramente por conectar entre sí, les falta algo que hace que, básicamente, al espectador no le importe lo más mínimo su porvenir.
Cada uno de ellos tiene un "don", ya sea escuchar pensamientos, "hablar con los muertos", y similares. Las gemelas Chan se pasan la serie mezclando el inglés sin especial lógica, lo que hace que a veces sean un poco pesadas.
En cuanto a la mitología eslava; posiblemente Monstruos de Cracovia sea más disfrutona para aquellos que conozcan más de ese entramado de criaturas, monstruos, demonios y deidades.
La serie presenta unas bases para que el espectador sepa lo que pasa, e incluso ofrecen un par de pinceladas de algunos de sus "monstruos", pero en general va al grano. Por eso decíamos antes que algunos episodios más enfocados a aportar contexto a través de historias algo más "autoconclusivas" habrían estado bien, como en Grimm.
POCOS MONSTRUOS PARA TAN BUEN ACABADO TÉCNICO
Dentro de sus limitaciones, Monstruos de Cracovia tiene un fantástico acabado técnico. Su diseño de producción no está sobrecargado, y el departamento de maquillaje y utilería consigue crear algunas aberraciones (en el buen sentido) dignas del título de la serie.
La pena es que monstruos hay pocos, podemos contarlos con una mano. Muchas de las "monstruosidades" son en realidad humanos con alguna característica peculiar (a nivel visual, ojo).
Si estabais esperando ver un festival de monstruosidades al estilo The Witcher, no las vais a encontrar en Monstruos de Cracovia.
En el campo de la fotografía y la iluminación tenemos que poner un "pero". La serie de Netflix incorpora 2 o 3 escenas con luz estroboscópica que son francamente incómodas de ver y que podrían haber solventado de otra manera (a mí no me suele afectar ese efecto y se me hizo algo molesto).
Los 8 episodios de entre 49 y 55 minutos tienen una historia cerrada, aunque dejan abierta la puerta a nuevas temporadas.
¿Es una serie que os va a enamorar? No lo es. Sin duda tendrá sus fans, y es muy probable que, como hemos indicado, quienes estén más puestos en mitología eslava, disfruten de algunos aspectos que nosotros no hayamos captado, pero necesita mejorar en algunos campos.
A su elenco le hace falta generar vínculos entre sí y con el espectador, y la narrativa necesita detenerse, cuando es preciso, para dar un contexto más conciso a algunos elementos.
Monstruos de Cracovia deja un par de cabos sueltos sin ninguna necesidad que debieron cerrarse en esta primera temporada.
Como thriller sobrenatural, cumple, pero no le pidáis mucho más. Si Netflix concede más temporadas a la serie, esperamos que rectifique algunos aspectos para ser más atractiva.