Crítica de Esto va a doler, la comedia romántica a lo Black Mirror que se estrena en Apple TV+

Apple TV+ sigue fortaleciendo su oferta cinematográfica con ambiciosas producciones, como Los asesinos de la luna y Napoleón, que llegarán próximamente a la plataforma, pero también con largometrajes más modestos, como Esto va a doler.

La nueva película de Christos Nikou tras Apples ha pasado por distintos festivales como el Zinemaldia de San Sebastian y hoy mismo se estrena en Apple TV+, aunque llegue sin demasiada promoción.

Al publicar el trailer de Esto va a doler comentamos que Apple nos animaba a buscar el amor verdadero con esta película y lo cierto es que algo de verdad hay en la frase.

Esto va a doler es una película muy entretenida que sigue el esquema de series como Black Mirror, que buscan hablar sobre un tema importante a través de la implementación de una tecnología. En este caso, es del amor. Sea el amor verdadero, el que se apaga, el que no se encuentra o el incompatible.

Con un enfoque que también puede recordar a Separación en la propuesta formal, narra las vivencias de varios personajes alrededor de un instituto al que se acercan las parejas para formarse en cómo mejorar sus relaciones. Se someten a un curso que acaba con una prueba poco agradable...

A ambos se les arranca una uña que se analiza en una máquina. Y después se les informa de cómo son de compatibles, o más bien de si se quieren o no. Dan igual sus palabras o lo que transmitan, el resultado es inapelable.

Más romanticismo que amor

Esto va a doler tiene un reparto encabezado por Jessie Buckley (Fargo), Jeremy Allen White (The Bear), Riz Ahmed (Sound of Metal) y Luke Wilson (Zombieland: Mata y remata). 

La elección del casting es más que acertada. Si bien es cierto que no es un guion que demande demasiada intensidad, los protagonistas y el diseño de vestuario definen los prototipos que representarán durante los 113 minutos que dura la historia.

El guion es lo más cojo de Esto va a doler, algo especialmente molesto en una película de tesis. Aunque entra con buen pulso en la trama y tiene momentos cómicos, llegado un momento se vuelve demasiado predecible, no cierra bien la historia y pervierte el tema que trata de analizar al mezclar romanticismo con amor.

¿Hay amor no romántico? Esta puede ser una pregunta que salte a quien vea Esto va a doler. Se reduce todo lo amoroso a unos tropos y una estandarización absurda de lo que es una pareja, o lo que se considera necesario para formalizar una relación.

Al final va quedando la sensación de que toda la ambición de la propuesta queda subyugada por la necesidad de cumplir con un espectador que probablemente se acerque más a Esto va a doler desde la búsqueda de una historia romántica que desde la reflexión sobre el amor que podría existir.

Aunque la comparación no sea del todo justa por distintos motivos, como el reparto, un ejemplo de película con elementos similares que profundiza acertadamente en los sentimientos podría ser Olvídate de mí. Sin embargo, en este caso nos quedamos con un visionado mucho más olvidable.

Cuando vi Esto va a doler en el Zinemaldia, pensé que era un largometraje para plataforma, con todo lo que suele significar en cuanto a modestia de la propuesta y, desgraciadamente, necesidad de ser una película cómoda de ver para cualquier espectador.