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Crítica de Valle de sombras, la angustiosa historia de supervivencia en el Himalaya con Miguel Herrán

Valle de sombras (2024)

Crítica de Valle de sombras, la nueva película de Salvador Calvo (Adú) con Miguel Herrán perdido en el Himalaya, el llamado "Triángulo de las Bermudas" de la India donde han desaparecido muchos turistas...

Valle de sombras es la tercera película del director Salvador Calvo, quien siempre nos traslada a escenarios exóticos muy lejos de nuestras casas. En 2016 estrenó 1898: Los Últimos de Filipinas, sobre los últimos soldados españoles sitiados en la por entonces colonia española.

En 2020 estrenó Adú, con el que ganó el Goya a Mejor Director por sus historias paralelas en Camerún y Melilla, narrando los crudísimos desafíos de los menores africanos que intentan emigrar a Europa.

En su tercer largometraje se vuelve a ir a Asia, concretamente a la cordillera del Himalaya, aunque esta vez acompañamos a unos turistas españoles en busca de un peregrinaje espiritual que solo ese valle puede ofrecer: senderismo, naturaleza, pero también fiesta y droga: la marihuana crece de forma natural.

Sin embargo, las cosas pronto se torcerán para estos turistas, una pareja formada por Miguel Herrán y Susana Abaitua (ambos recién vistos en Los Farad) y el hijo de ella. Y es que la película se inspira en casos reales: decenas de turistas mochileros que han desaparecido durante los años 90, en un valle donde nadie puede ir a buscarlos.

Salvador Calvo nos lleva al Triángulo de las Bermudas de la India

Salvador Calvo, junto a su guionista habitual Alejandro Hernández, no adapta ningún caso concreto, pero pone en pantalla por primera vez el "misterio" del "Triángulo de las Bermudas de la India", algo de lo que las guías de viaje en los años 90 ya advertían.

Es un material que casi cualquier director hubiera convertido en un thriller de supervivencia, misterio, acción o incluso terror. 

Pero como ya vimos en sus Últimos de Filipinas, un drama psicológico mucho antes que una película bélica, a la pluma de Hernández y la cámara de Calvo les interesa mucho más el conflicto interior, el trauma del ataque, la culpabilidad del superviviente, y el crecimiento emocional ante otra cultura.

Valle de Sombras

El viaje de sanación espiritual que emprenden los protagonistas en su visita al Himalaya acabará siendo mucho más profunda de lo que podían imaginar, cuando acaban perdidos en un remoto pueblo montañoso, totalmente desconectado, incluso geográficamente, del resto del país.

La única forma de sobrevivir no es solo curarse las heridas físicas, también las emocionales. Y hacerlo en una sociedad tan diferente como la tibetana, con tradiciones antagónicas con la impaciencia de los occidentales. Y eso que se ambienta en 1999, antes de los smartphones.

Como podéis imaginar, la película se adentra en la dinámica del choque cultural, el de pez fuera del agua, un recurso siempre atractivo pero con riesgo de caer en topicazos condescendientes y predecibles. 

Valle de sombras esquiva todo peligro gracias a un reparto de personajes autóctonos (entre ellos la actriz y cantante Alexandra Masangkay, de OT 2011) con muchos matices.

La puedes ver con la tranquilidad de que hay autenticidad y documentación en su guion, de que estos cineastas no van a caer en la tentación del impacto gratuito ni giros rocambolescos, incluso con el coste de tener una pirámide invertida de emoción con un final que puede resultar anticlimático (pese a una escena hacia el final que me resultó terriblemente angustiosa).

Valle de Sombras (2024)

Lo que se cuenta está a la altura de lo que se ve: las localizaciones son naturales y sobrecogen, pero no son solo postales bonitas: sientes la belleza y también el peligro de las montañas, las tormentas, los ríos helados y los fenómenos naturales. El trabajo de producción es apabullante... pese a la forma poco convincente con la que solucionan una de las secuencias que hubieran requerido de más efectos especiales.

Valle de sombras tiene parte de thriller, alguna escena incluso de terror, pero más que cualquier otra cosa es un drama humano sobre cómo tratar con nuestros demonios internos y convivir con ellos.

Puede decepcionar a quien espere algo de aventuras o de supervivencia extrema (hay otra película para eso), pero es una de esas películas que son capaces de hacerte sentir que de verdad has viajado a otro país, casi otro mundo, y a su vez salir del cine extrapolando sus enseñanzas para tu día a día: muy concreta y universal al mismo tiempo.

VALORACIÓN:

Valle de Sombras tiene toques de thriller y aventuras, y aun a riesgo de ser algo anticlimática y predecible, evita caer en excesos que desmerezcan el viaje de la película, que es interno: cómo vivir con el trauma y culpabilidad. Sus paisajes y localizaciones naturales merecen la pena verse en pantalla grande.

LO MEJOR:

La fotografía y grabación en escenarios naturales sobrecogedores, la evolución de su protagonista y personajes que le rodean con muchos matices.

LO PEOR:

Aunque evita caer en tópicos excesivos, no puede evitar pasar por varios lugares comunes que esperarías de una película así.
Hobby

78

Bueno

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