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Reseña de Batman, el Caballero Oscuro III: La Raza Superior

Jesús Delgado

Caballero Oscuro 3: La Raza Superior
Batman, el Caballero Oscuro III: La Raza Superior (DKR 3: The Master Race) es la obra firmada por Frank Miller, en colaboración con Brian Azzarello, Andy Kubert, Klaus Janson, Eduardo Risso y John Romita Jr. Pasamos a analizar este cómic.

Finalmente, llega a nuestras manos uno de esos tomos curiosos, que fue recibido con bastante expectación con su primera edición en formato grapa se lanzó hará un par de años. Nos referimos a Batman, el Caballero Oscuro III: La Raza Superior (DKR 3: The Master Race), el regreso de Frank Miller a su Batman sexagenario, broncas y ultraviolento.

¿Has visto esta gloriosa recreación del duelo final del Dark Knight Returns original?

Batman, el Caballero Oscuro III: La Raza Superior es la culminación de la saga de El Caballero Oscuro, iniciada por Frank Miller (Daredevil: Born Again, Sin City), allá por los años 80. Y, no, nada tiene que ver con El Caballero Oscuro de Nolan, más allá de su nombre y de estar protagonizada por Batman.

La trama es la conclusión argumental del arco iniciado en el cómic Batman: El regreso de Caballero Oscuro (Dark Knight Returns) que se ambientaba en un futuro no muy lejano, en el que muchos superhéroes se había retirado, otros habían muerto y muchos habían envejecido con (poca) dignidad.  Uno de estos héroes era Bruce Wayne, que tras más de diez años de jubilación, y más hecho polvo que otra cosa, volvía a meterse en las mallas del Bat-traje para luchar contra el crimen. Pero el mundo había cambiado demasiado, incluso para él, lo mejor que la humanidad podía ofrecer.

Ahora, casi treinta años después del lanzamiento del primer volumen de la saga, analizamos su conclusión: DKR 3: The Master Race, en la que unos ancianos Batman y Superman deben unir sus fuerzas para detener la amenaza que encarna una invasión de fanáticos kryptonianos que se han escapado de la ciudad miniaturizada de Kandor. 

No os contamos más, os explicamos por qué deberíais leer este cómic. Y lo hacemos, precisamente el día que se ha anunciado que Robert Pattinson podría ser el nuevo Batman. Y no, no es casualidad, porque la mandíbula del actor no deja de recordarnos a los trazos de Miller dibujando a su Bruce Wayne.

El viejo Batman canalla

En primer lugar, una lección de cómic, para mitómanos que se hacen un lío con esta versión y aquella de los distintos personajes y superhéroes del cómic: Dark Knight Returns fue y es un gran cómic, sí, pero no es la única lectura aceptada ni unívoca de Batman. Frank Miller revolucionó el género en su momento, desarrollando un concepto con el que hasta entonces se había coqueteado desde la distancia: ¿Cómo sería un Batman anciano que se negase a aceptar que se ha hecho mayor? Y, a su vez, se volvió a las ideas clásicas de vigilantes armados, como los de los años 30 y 40.

En perspectiva, a Miller, como a Alan Moore y otros cuantos autores, les debemos la renovación de los superhéroes y también el giro hacia la sordidez en los años 80, gracias a la cual se regeneró una industria que comenzaba a entrar en barrena y que frenó el batacazo que vendría a mediados de los 90. Gracias al trabajo de Miller, en concreto Daredevil y Batman reivindicaron el Pulp y la dimensión humana de los vigilantes, llevando a los personajes a costas por entonces inexploradas.

Gracias a ello, tenemos ahora historias como Injustice o el duelo de Batman v Superman y la visión de Zack Snyder del personaje, por no mencionar otros tantos productos y revisiones de Batman que a día de hoy se dan por hechas u oficiales. ¡Como si hubieran sido creadas de la nada!

Ahora, hemos también de entender que el Batman de Miller no es una Batman mainstream, ni tampoco es la norma que rige todas sus caracterizaciones. Es precisamente todo lo contrario. Salvando las distancias, se debe entender que ocurre lo mismo que con el Superman Hijo Rojo  de Mark Millar. No es el Supermán ortodoxo, pero sí es una lectura de primera, que diverge de la "versión oficial", ofreciendo matices.

Otro Batman muy radical es el Batman Vampiro de Lluvia Roja

El Batman de Miller es un viejo canalla, camorrista, con ganas de dar y recibir castigo y bastante tintado por la ideología y planteamientos vitales de Miller. En muchos aspectos, es cierto que ha influido en diversas lecturas del héroe, cierto, pero es, posiblemente, el Batman más controvertido y visceral que existe, y el más radical dentro de las versiones más conocidas del héroe.

En otras palabras: no es el Mejor Detective del Mundo, es un vigilante broncas, heredero de los hombres duros de los relatos noir y de los clásicos detectivescos de la época. Él lo sabe, Frank Miller lo sabe y tú también deberías saberlo.

Ahora, hecha esta distinción, podemos entrar a valorar propiamente el cómic. 

Un canto de cisne, con mis amigos

Uno de los problemas que arrastra Frank Miller desde hace décadas es la decadencia de su propio trabajo y de su discurso. Desde su 300, el viejo dibujante y escritor se convirtió en una sombra de si mismo, ganando notoriedad a golpe de controversia. Sirva como ejemplo, su Holy Terror, cuya premisa fue un Batman vs. Al-Qaeda. Este fue un cómic, del que DC huyó espantando, en tanto Dark Horse "compraba" la idea, publicándolo con un "Batman y Catwoman" creados ad hoc para esta historia.

En este mismo periodo editorial de decadencia se enmarcan distintas obras, que no se encuentran precisamente entre los mejores cómics de Frank Miller. Más bien todo lo contrario. Sin ir más lejos, el capítulo puente entre DRK y este cómic que hoy analizamos fue vapuleado sin piedad por la crítica. Y con razón. Batman: El contraataque del Caballero Oscuro nació en plena histeria por los atentados del 11-S y así lo refleja su historia gratuita y sus diálogos maniqueos. Que el dibujo de Frank Miller en esa época tampoco fuera de lo mejor de su producción artística, tampoco ayudó a que se ponderará más benévolamente.

Sin embargo, como opuesto de este paradigma, tenemos precisamente Batman, el Caballero Oscuro III: La Raza Superior, que viene a rescatar la chispa de genio del artista, dando carpetazo a la trilogía y exhibiendo mayor sabiduría y templanza en el autor. En buena parte, este éxito se debe a que Frank Miller realiza su canto de cisne artístico, rodeado con los que son de lo más granado del mundo editorial yankee. Muchos de ellos, amigos y colaboradores suyos regulares: el guionista Brian Azzarello, los dibujantes Andy Kubert, Eduardo Risso y John Romita Jr. y, su entintador fetiche e histórico colaborador, Klaus Janson.

Dicho de otro modo, Miller está rodeado de un equipo con el que incluso la obra más mediocre pasaría por título valorable. La conjunción de todos, con plena lucidez y uso de sus facultades, por tanto, hacen que El Caballero Oscuro III: La Raza Superior sea una maravillosa obra crepuscular, con la que se despide a una forma de entender a Batman, quien es, a su vez, reflejo de su propio "padre" dentro de esta continuidad. Es decir, el propio Miller. 

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El discurso de DKR 3: The Master Race desdice y da la vuelta a todo lo que Miller nos había contado a lo largo de su trilogía. Pero lo hace de forma natural, consciente de sí misma y con una fórmula fluida. Es decir, Batman sufre una segunda madurez en este relato. Algo que también refleja en su envenenada relación Superman, que en este cómic adquiere otro sesgo y una nueva perspectiva.

Esto no hace sino revelar también el cambio de enfoque y de mentalidad del propio Frank Miller, que aprovecha para destruir la figura de "Boy Scout" con la que tanto se ha atacado sin clemencia al Hombre de Acero y abraza el concepto de Superman, pero con sus propias reglas. Si no nos creéis, ojo al duelo final. 

Ciertamente, hemos de destacar que si bien Miller demuestra cierto agotamiento a la hora de recurrir a figuras retóricas y temas (y que las partes que él ha ilustrado no son precisamente lo mejor de su producción artística), hemos de incidir que  hay que tener presente (muy a pesar de esto) que no esperéis encontrar en esta obra al Frank Miller revolucionador y revolucionario de los años 80. No es tampoco el salvaje incendiario anti-establishment de Martha Washington o aquel que cargaba contra el Occupy Wall Street. Es otra cosa, que a muchos les puede parecer descafeinado. A pesar de los posos de genialidad (alimentados por su colaboración con el siempre certero Azzarello).

Como guinda, reconocemos la labor de Andy Kubert, como uno de los principales dibujantes de la obra. Al igual que el resto, Kubert intenta imitar el estilo clásico Miller, (el utilizado en el DKR original y en el Elektra Lives Again). Este juego de imitación dota al cómic de aspecto insólito pero muy atractivo. Recuerda a lo mejor y más brillante del autor, pero dibujando por otro artista. Esta práctica, en manos de un ilustrador menos avezado hubiera sido desastrosa. En los dedos de Kubert, sencillamente es deliciosa y un regalo lleno de matices y detalles.

Por tanto, concluimos diciendo que DKR 3 es una conclusión digna y lógica, que recomendamos a los fans de Batman y de Frank Miller. También a los lectores de cómics con ya cierto callo lector, que serán quien mejor sepan apreciar la obra. A los neófitos solo nos queda recomendarles leerla, pero cuando pueda contrastar y saborear sus matices. Solo entonces le sacarán auténtico partido.

Caballero Oscuro 3: La Raza Superior

Batman, el Caballero Oscuro III: La Raza Superior ya se encuentra disponible en formato de tapa dura. El volumen recopilatorio de tapa dura recoge la trama a lo largo de 392 páginas a todo color. Su precio recomendado es de 35,50 euros.

VALORACIÓN:

Batman, el Caballero Oscuro III: La Raza Superior es una despedida por todo lo alto de Frank Miller, rodeado de lo mejorcito de la industria. Sin ser un hito del cómic, como el primer episodio de la trilogía, DK3 es de lo mejor de Miller en mucho, mucho tiempo.

LO MEJOR:

Los pinceles de Andy Kubert, el cierre de la trama, las colaboraciones de otros artistas punteros.

LO PEOR:

Dista mucho de ser el Frank Miller revolucionario y brillante que recordamos. Los lápices del autor demuestran su agotamiento.
Hobby

85

Muy bueno

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