Blade Runner casi se queda sin su gran villano el primer día por una broma

Hace 41 años, Blade Runner se convirtió en un imprescindible de culto de la ciencia ficción que ha servido de inspiración para decenas de largometrajes y series del género posteriores. Ridley Scott, que ya había despuntado en la industria con Alien, el octavo pasajero, tomó las riendas de la película protagonizada por Harrison Ford.

Pero uno de los elementos más representativos de Blade Runner reside en su villano, Roy Batty, el replicante interpretado por Rutger Hauer cuyo monólogo final resuena en la mente de muchos cuando leen el título del filme.

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El actor firmó un papel carismático y memorable que sigue siendo celebrado después de más de cuatro décadas. Sin embargo, Ridley Scott casi lo echa de la película el primer día por las pintas con las que se presentó a su primer encuentro.

Queriendo causar impresión, Rutger Hauer acudió a su primer encuentro con Ridley Scott vestido como un hippie: con pantalones rosa chillón y gafas enormes al estilo de Elton John.

¿Qué habría sido de Blade Runner sin su gran villano?

Tal y como la productora Katy Haber recordaba en Daily Mail hace unos años, a Ridley Scott no le hizo ni pizca de gracia la broma. Hauer causó impresión en el director, sí, pero no para bien.

Scott tildó al actor de payaso y lo definió como "bloody woofter", que en jerga británica es un despectivo para aludir a los homosexuales. Haber logró convencer al director de que le diese una oportunidad a Rutger Hauer y, efectivamente, todo quedó en anécdota.

Actor y director congeniaron durante el rodaje y lograron dar forma a un personaje que llega a eclipsar a Harrison Ford en algunas escenas.

La implicación de Rutger Hauer en Blade Runner fue absoluta, dotando a la película de 1982 de uno de esos villanos que uno no se cansa de ver. Todo habría sido muy distinto si Ridley Scott hubiera decidido darle la patada aquel primer día.