¿Por qué se considera que Black Mirror ataca a Netflix en el capítulo Joan es horrible?
- ATENCIÓN: Este artículo incluye spoilers de la temporada 6 de Black Mirror.
- El episodio de apertura de la nueva temporada de Black Mirror es una sátira mordaz hacia uno de los aspectos más controvertidos de Netflix, y de casi cualquier compañía de internet.
El pasado jueves aterrizó en el catálogo de series de Netflix la nueva temporada de Black Mirror. Han pasado casi cuatro años desde que la temporada 5 debutó en la plataforma y los fans tenían muchas ganas de que Charlie Brooker volviese a meterles el miedo tecnológico en el cuerpo.
La nueva temporada de Black Mirror en Netflix ha debutado con el episodio titulado Joan es horrible, protagonizado por Annie Murphy, Salma Hayek y Michael Cera.
El episodio en cuestión ve a una mujer convertida en la protagonista de una serie de ficción que la pinta como el peor ser humano de la Tierra. Streamberry, la parodia de Netflix en el universo de Black Mirror, recrea al milímetro la vida de Joan, pero añade toques ácidos y que no sucedieron.
El problema es que ella no ha dado permiso a Netflix, es decir, a Strreamberry, para usar su vida y su imagen en una serie original de televisión. Bueno, no ha dado permiso, que ella sepa.
Una mordaz crítica a Netflix y muchas otras compañías
Cuando la trama del episodio de Black Mirror avanza, Joan se reúne con su abogada, quien le revela que, básicamente, ha autorizado a Streamberry a hacer uso de su imagen cómo y cuando lo deseen.
Se cita y enseñan en ese momento los términos y condiciones de usuario, esos que muchísima gente no se lee al registrarse en plataformas y páginas y que, en muchas ocasiones, tienen letra pequeña que nos puede traer quebraderos de cabeza.
Esto nos lleva al mundo real, donde Netflix se ha beneficiado de esa letra pequeña en los términos de usuario para realizar cambios significativos como el cambio de tarifas o la supresión de la posibilidad de compartir cuenta fuera del hogar.
Esta original sátira de Black Mirror no descarga el problema que supone que los propios usuarios ignoren o acepten sin mirar los términos de los contratos, pero ridiculiza la verborrea legal en que están escritos y la ingente cantidad de cláusulas que provocan tedio a todo usuario que se enfrente al reto de leérselos.
Los detalles meta siempre han sido frecuentes en cada temporada de Black Mirror y, en esta ocasión, no han perdido ocasión para poner el foco en Netflix y en cómo muchos "venden su alma" para ver sus películas y series. Eso sí, muchos han seguido el mejor paso para desvincularse de los términos y condiciones: dejar de ser clientes de Netflix.
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